Contenido creado por Gerardo Carrasco
Ciencia

Algo sabido

Huesos medievales lo confirman: ser pobre siempre fue más insalubre que ser rico

Esqueletos inhumados en Cambridge dan testimonio de las consecuencias físicas de la desigualdad social.

25.02.2021 11:23

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2021-02-25T11:23:00-03:00
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Una investigación llevada a cabo en Cambridge, Inglaterra, puso en negro sobre blanco a desigualdad social que primaba en el país durante la Edad Media. Más que en las dificultades que afrontaba a diario la clase trabajadora, esta diferencia social quedaba de manifiesto en las consecuencias de una jornada laboral larga y tortuosa.

La investigación de la Universidad de Cambridge, que se publicó en el American Journal of Physical Anthropology en enero de este año, demostró precisamente eso. Los investigadores identificaron que el pesado trabajo manual de esta parte de la población tuvo como consecuencia un "trauma esquelético".

El síntoma principal de la desigualdad social en ese momento era la presencia de fracturas, fisuras y lesiones en los huesos, según explicó la autora principal del estudio, la arqueóloga de la Universidad de Cambridge Jenna Dittmar, a BBC News.

Para llevar a cabo la investigación, los expertos recogieron y analizaron 314 esqueletos enterrados en tres cementerios diferentes en la ciudad de Cambridge, Inglaterra, sepultados entre los años 1100 y 1530. Las osamentas, que fueron encontradas en la región donde hoy se encuentra el centro histórico de la ciudad, estaban completos al menos en un 25%.

Cambridge era entonces era una ciudad con trabajadores principalmente agrícolas, religiosos, artesanos y comerciantes. Estas personas, por tanto, fueron el principal objeto de estudio del artículo.

Los esqueletos pertenecían a individuos que murieron a los 12 años o más, edad en la que la mayoría de los habitantes de la región ya iniciaban su vida laboral. Dittmar explicó que estas personas fueron sometidas a "largas horas de trabajo manual pesado", como la labor de herreros y albañiles, por ejemplo.

Los investigadores concluyeron que el 44% de las personas de clase trabajadora, cuyos esqueletos fueron descubiertos en un cementerio parroquial, tenían fracturas óseas, siendo este el número más alto.

Por otra parte, entre los restos encontrados en un cementerio cercano a un convento agustino, el 32% de los enterrados presentaba heridas graves. En ese sitio fueron inhumados miembros de la orden religiosa y personas adineradas, quienes en general donaban a la institución.

El porcentaje más bajo se identificó en el cementerio del Hospital St. John the Evangelist, donde el 27% tenía traumatismo esquelético. Para el autor del estudio, esto fue sorprendente. Después de todo, los hospitales son el lugar donde van a parar los enfermos y lesionados.

Aun así, sufrieron menos daños que las personas de los estratos más pobres de la sociedad inglesa en sus rutinas ordinarias. Por lo tanto, se concluyó que las personas estaban más seguras dentro de la instalación que durante sus horas de trabajo.

"Podemos ver que los trabajadores ordinarios tenían un mayor riesgo de lesiones en comparación con los frailes y sus benefactores o los internos de hospitales más protegidos", explicó Dittmar.

En general, los investigadores comprobaron que los hombres tenían más lesiones que las mujeres: del total de huesos analizados, el 40% de los esqueletos masculinos sufrieron lesiones, mientras que el porcentaje fue del 26% para las mujeres.

Sin embargo, durante el análisis realizado para la investigación, los arqueólogos también lograron identificar algunos casos específicos de traumatismos en los huesos. El esqueleto de una mujer en particular llamó la atención de los expertos, dado que presentaba signos de posible violencia doméstica.

Los restos de la mujer presentaban daños en las mandíbulas, costillas y pies. La mayoría de las vértebras se habían curado antes de que la mujer muriera, lo que puede indicar que mantuvo sus heridas en secreto.

El esqueleto de un fraile que se había roto los huesos del muslo también llamó la atención de los cientificos. La hipótesis es que pudo haber sufrido un accidente de carruaje, algo a lo que los médicos de entonces no estaban acostumbrados, lo que dificultaba el tratamiento.

Otro de los esqueletos mostraba un brazo roto y traumatismo en la cabeza. Para los investigadores, esto podría significar que estaba tratando de defenderse de un ataque.