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La Justicia en jaque por ola de denuncias y falta de recursos

La Suprema Corte al borde del colapso

Los Juzgados en todas las materias, pero especialmente en Laboral, Penal y de Familia, están atiborrados de expedientes y cada día llegan más personas presentando denuncias por situaciones conflictivas derivadas en buena medida de la crisis económica y social que atraviesa Uruguay. En medio de graves restricciones financieras, los jueces no dan abasto y en ocasiones deben fallar velozmente para que no los tapen los expedientes.

Los Juzgados en todas las materias, pero especialmente en Laboral, Penal y de Familia, están atiborrados de expedientes y cada día llegan más personas presentando denuncias por situaciones conflictivas derivadas en buena medida de la crisis económica y social que atraviesa Uruguay. En medio de graves restricciones financieras, los jueces no dan abasto y en ocasiones deben fallar velozmente para que no los tapen los expedientes.

"No es lo mismo que se quemen los fideos en un momento de crisis que cuando la pareja puede decidir ir a comer afuera", dijo la jueza de familia Esther Nande ejemplificando que la crisis afecta la tolerancia en las relaciones familiares.

En todos los juzgados las denuncias se han incrementado "extraordinariamente", coinciden en afirmar jueces de las distintas materias jurídicas. Para la magistrada en lo Penal Aída Vera, el incremento de casos en los últimos años se ubicó en más de un 20%.

Además de potenciar las denuncias, la crisis provoca que las características de los hechos sean "más complejos y violentos", dijo Vera. La jueza explicó que en los últimos tiempos se registran más casos de hurtos y menos de rapiña y por lo tanto se procesa con prisión mayor cantidad de personas ya que aumentó la pena mínima de estos delitos. Según Vera, en los últimos cinco años la cantidad de presos se incrementó en un 40%.

La creciente actividad en los juzgados hace que los jueces estén saturados de trabajo y tengan "más expedientes en igual tiempo y con la misma cantidad de funcionarios", explicó Vera, quien agregó: "La cantidad de casos enlentece el movimiento en general y resiente la calidad técnica".

Las jornadas laborales de los jueces superan las ocho horas establecidas y se extienden inclusive a los fines de semana, cuando los magistrados dedican esos momentos libres a estudiar los expedientes. Con audiencias cada media hora, sólo es posible tomar testimonio a los declarantes sin tiempo suficiente para estudiar en profundidad los casos.

El ministro de la Suprema Corte de Justicia Leslie Van Rompaey dijo al mensuario Estado de Derecho que los jueces "deben crear una jurisprudencia de valores y principios" basada en el problema que se les plantea y no exclusivamente en la norma legal vinculada al caso.

Los jueces consideran que la cantidad de trabajo no les permite analizar en detalle el expediente y "profundizar lo suficiente para citar distintos autores" y enriquecer la sentencia.

Durante el turno de un juzgado, que dura siete días, un juez recibe cerca de 400 llamados de casos nuevos, de los cuales "un 15% es rescatable", dijo Vera. "Yo entiendo que una persona que es amenazada por un vecino tiene el mismo derecho de ser atendida pero satura un mecanismo que está para otras cosas", añadió.

Actualmente, cuando se recibe en una comisaría una denuncia es el policía el que se comunica directamente con el juez de turno y le informa los hechos denunciados. "A veces estás tomando declaraciones por un homicidio y te llaman por el hurto de una gallina o una riña entre vecinos", relató Vera.

La jueza consideró que en materia Civil hay diferencia entre si es un reclamo por un monto alto o uno menor; sin embargo, en lo Penal no se diferencia a los casos menores de los importantes y "hay que atender desde el hurto de una gallina hasta el vaciamiento de un banco". Los juzgados de Familia y Laboral también están saturados.

El cierre de empresas provocó una masiva concurrencia a los juzgados laborales. Según la jueza de Trabajo Josefina Tommasino hace algunos años concurría al juzgado uno o dos trabajadores por empresa pero en los últimos meses la presencia de empleados es masiva.

La magistrada también constató que durante los juicios laborales todas las partes están angustiadas: el empresario que tuvo que cerrar su fábrica, el empleado que se quedó sin su trabajo y con pocas posibilidades de conseguir otro, y el juez, que tiene poco tiempo para decidir sobre el caso.

Un juez realiza mensualmente más de 100 audiencias. También en materia laboral los juicios tienen características diferentes a las de hace algún tiempo. Hace unos años las demandas eran contra grandes empresas; ahora son de menor cuantía y contra unipersonales "porque ya no existen grandes empresas", dijo la jueza Ivonne Perrelli.

En los juzgados de Familia también se incrementaron de manera notable los nuevos casos, especialmente luego de la aprobación de la ley de violencia doméstica, hace tres meses. El juez de Familia Germán Iglesias explicó que hay más denuncias por hechos de violencia física, psicológica, sexual o patrimonial, los que se suman a la mayor cantidad de divorcios y juicios por pensión alimenticia.