Contenido creado por Gerardo Carrasco
Medioambiente

Tuve tu veneno

¿De qué hablamos cuando hablamos de agrotóxicos? Escribe Bernardo Borkenztain

Son letales para las plagas que combaten, pero sus efectos se extienden a otras especies. Y también a los humanos.

21.02.2019 14:05

Lectura: 6'

2019-02-21T14:05:00-03:00
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Este tema no es exactamente del agua, pero tiene una gran incidencia sobre las superficiales, por lo que es importante saber de qué se habla cuando se menciona a los agrotóxicos.

Lo primero es diferenciarlos de los fertilizantes, ya que éstos producen el efecto de eutrofización del que hablábamos en la nota anterior, pero estos son lisa y llanamente venenos que se supone son letales solamente para las plagas que atacan, pero no son inertes respecto de otras especies, ni siquiera el ser humano, que tiene serios efectos de intoxicación por gran contacto accidental o por efecto de consumo crónico.

Lo segundo es que, a diferencia de los nutrientes que no son directamente tóxicos, (sí sus consecuencias, como las cianotoxinas producidas por las floraciones de cianobacterias) estos sí lo son, y se acumulan en los peces y los animales que beben el agua contaminada, por lo que son consumidos por quienes los comen, y no hay estudios suficientes del daño que estas ingestas producen.

Una digresión necesaria: la naturaleza existe en dos situaciones, la del equilibrio y la de transición entre dos estados de equilibrio, pero jamás es un sistema estático. Es dinámica y mucho, involucrando un gran número de especies para generar la impresión de que "está siempre igual". Por ejemplo, una pradera requiere de los insectos, los arácnidos, las aves y reptiles e incluso de los mamíferos que las habitan para controlarse entre sí, ya sea descomponiendo la materia muerta, consumiendo las plantas en exceso o controlando las poblaciones de hervíboros. Técnicamente, el único animal que destruye esos equilibrios es el ser humano con su efecto disruptor (1).

El caso del monocultivo es la tormenta perfecta, al sustituir una enorme superficie de terreno previamente en ese estado que mencionábamos de multiplicidad de especies, por un solo tip0 de plantas, mientras utiliza gran cantidad de fertilizantes para mantener la productividad del suelo y de pesticidas para matar hormigas y otros insectos que se las comen. Este sistema excesivamente simple de bajo número de especies es muy inestable y requiere de estas intervenciones de manera continua, pero no necesariamente tienen que ser contaminantes. Veamos un caso.

En la granja, con una gran superficie sembrada de una sola especie como, en este caso manzanos, existen entre otros dos problemas comunes, la carpocapsa o gusano de la manzana (ese que encontramos a veces dentro de la fruta) que al madurar se convierte en una polilla. En esta especie las hembras emiten sustancias que atraen a los machos, llamadas feromonas. Al instalar emisores de feromonas los machos no pueden encontrar a las hembras (el método se llama confusión sexual) para fecundarlas, y estas mueren infértiles y no pueden poner huevos. Método sin toxicidad ni efectos duraderos. Otro caso es el de introducir especies controladoras que no puedan proliferar demasiado, como ciertas avispas que se usan en la soja para controlar la lagarta.

Otra forma es utilizar los tóxicos como los denominados neonicotinoides y el FIPRONIL que, mientras son destinados a controlar poblaciones consumidoras como las hormigas, por un efecto secundario matan especies que se desea proteger, como las abejas. En el caso de los primeros (neonicotinoides) las eliminan en el lugar, pero el FIPRONIL les permite llegar a las colmenas y contaminarlas, generando la exterminación masiva de toda la comunidad (2) . Para peor, las especies predadoras generan resistencia (a diferencia de métodos como la confusión sexual cuando se puede usar) pero no las abejas. Lo que se llama el efecto de la "ley de Murphy". La solución habitual es usar mayores cantidades o específicos cada vez más potentes y las consecuencias ambientales son las obvias y son nefastas.

El caso más famoso es seguramente el GLIFOSATO, que es del tipo de los organofosforados y es herbicida, elimina la multiplicidad de especies vegetales para favorecer el monocultivo (cuyas modificaciones genéticas cuando existen les dan resistencia) y por su alta toxicidad (3)  se han dado casos de envenenamiento por malas condiciones de almacenamiento o accidentes al aplicar. Y son serios (4).

Otro problema que se da es lo que se llama "período de latencia". Al aplicar algunos productos como el fungicida (elimina hongos) MANCOZEB en las frutas, se requiere esperar un tiempo antes de remitirlas al consumo, pero mientras en Uruguay éste se mide en días, en Europa se hace en SEMANAS O SE ENCUENTRAN RESTOS EN LOS REMITIDOS, lo que ocasiona riesgos potenciales de que sean ingeridos.
Por último, no solamente el riesgo está en qué se aplica, sino también cómo se hace. Porque si bien hay una prohibición de usar a cien metros de los cursos de agua, cuando se usan aviones es imposible no sobrevolar las cañadas pequeñas y éstas arrastran los químicos hacia caudales más grande y se suman al final a los ríos, produciendo la acumulación que habíamos mencionado en la fauna ictícola.
Una aclaración: es obvio que no se puede poner a todos los empresarios en la misma bolsa. Hay muchos que son responsables y hacen las cosas bien, pero hay suficientes de los otros como para que este efecto que perjudica las aguas que son de todos sea bastante grave.
Como vemos, este es un tema electivo, pero es el gobierno el que tiene que tener a la vez la firmeza de regular y la capacidad de controlar, porque sin rubro para drones, inspectores y análisis es imposible impedir que cada uno haga lo que se le cante.
Y nos perjudicamos todos mientras unos pocos se enriquecen.

1) La introducción de especies foráneas que no tienen en el sistema otras que las controlen es un caso típico, así como las deforestaciones masivas o la excesiva contaminación de suelos y aguas. El monocultivo, al eliminar la multiplicidad de especies es otro caso bastante grave.

2) Nos repetimos, pero si desaparecieran las abejas esto podría, con altísima probabilidad desencadenar un efecto de extinción masiva en el planeta.

3) Hay cuatro clases de riesgo de menor IV a mayor I y el glifosato es III. Con toxicidad aguda y crónica demostradas

4) Por supuesto si los empresarios se dignaran a un mínimo de inversión en gestión del riesgo esto podría reducirse, pero evidentemente no es una prioridad para ellos.

Q.F. Bernardo Borkenztain

borky@montevideo.com.uy

TWITTER @berbork