Ino Guridi encontró inspiración en varios pilares de su entorno. Lienzos modificables en cada rincón. En el rock y en el candombe, o en la infraestructura de sonido de Chile, donde exploró la música por tres años. En los discos, en los libros, en las películas.

Cuenta que, a los cinco años, le preguntó a su padre —el músico Renzo Teflón— qué era un productor musical, y que a los 15 escuchaba a Eduardo Mateo y a Zitarrosa. Ino Guridi se recuerda siempre como una niña que se movía a contracorriente, pero que siempre naturalizó su infancia. Y hoy encuentra su motor creativo en el estado de vigilia, uno que le da nombre a su nuevo disco.

Aunque lo integra desde hace años, dice que no se identifica del todo con el sonido del panorama musical uruguayo. Pero la reivindicación de los sonidos autóctonos fusionados con la electrónica es una constante en su carrera. Se manifiesta también en Vigilia (2025), su segundo álbum de estudio. Se presenta el 6 de octubre en la Sala Hugo Balzo del Sodre, y las entradas pueden adquirirse aquí

También integrás la banda Isla de Flores, con Krishna Della Valle y Cecilia Simón. ¿Cómo se trabaja en más de un proyecto creativo sin caer en la repetición de ideas y elementos?

Yo me tomo la música como un trabajo; entonces para mí, tocar en otra banda es poder divertirme un poco más. Lo principal es divertirme, proponer y jugar desde un lugar donde no me cae todo el peso de la composición solo a mí, y eso me encanta en Isla de Flores. Además, yo soy una bajista frustrada de alguna forma, porque he compuesto líneas de bajo, pero no sé tocarlo bien. Entonces compongo con el sintetizador y me divierto jugando a que soy bajista. Obviamente con la tecla podés hacer cosas más rápido y más fácil que con el bajo. Invento algunos sonidos medio locos y me redivierto. La dinámica de trabajo con Isla de Flores es muy grupal, cada uno aporta lo suyo sobre esa composición inicial de Ignacio de los Campos, y después va creciendo y se va haciendo una masa leudante muy zarpada. Después, Krishna mete mano también en la mezcla, todos van colaborando y se va generando algo bastante contundente.

Contaste que Vigilia es un álbum gestado en las penumbras de la madrugada. ¿Fue así? ¿Cómo se dan los procesos de inspiración en un artista? 

En cuanto a mi proceso creativo, yo trato de componer todos los días; llueva o truene trato de estar ahí con la computadora y el teclado haciendo cosas. Pero la realidad es que cuando tengo una canción que está buena, la compongo usualmente pegada a otras canciones que también están buenas. En este caso, Vigilia fue compuesto en un mes, y la única limitación que me puse fue no juzgar las creaciones. Con Pasará, mi primer disco, fui muy jodida, al punto de la locura. Era mucha presión para mí sacar un primer disco, y ahora que ya lo saqué, el segundo quería que fuera más divertido de hacer.

Un mes es poco tiempo, ¿te llevó menos tiempo que el primer disco?

Me llevó menos. Yo paso muchos meses componiendo y no me sale ninguna canción, salen pedacitos de cosas que no van a ningún lado. Y un día te sale algo que sí va para algún lado, y al otro día capaz que también y al otro también, y así fue como se formó Vigilia.

¿Sabrías decir de qué depende esa inspiración?

No, y de hecho me vuelve loca. Yo ahora quiero hacer el próximo disco, obviamente, aunque esté enfocada en sacar a la luz el segundo. En realidad creo que componer es un espacio mental, es llegar a una especie de estado zen en el que querés estar en el futuro, pero todavía no es; querés tomar del pasado, pero no te querés quedar ahí; querés hacer tu mejor trabajo, pero tampoco te tenés que juzgar mucho, porque si no, no te sale nada. Es como tener ansiedad y estar tranquilo, y en mi opinión es más un estado mental que cualquier otra cosa. Y cuando llegás a ese estado mental empiezan a salir cosas. Ahora, llegar a ese estado mental lleva mucho trabajo y mucha perseverancia. 

Tiene que ver con esa lucha entre lo racional y lo que te sale, y el hecho de estar arriba de lo que hiciste para perfeccionarlo.

Totalmente, aparte la creatividad hace lo que quiere también. Estar con la mentalidad para crear para mí es un trabajo arduo, que una vez que lo lográs, todo fluye y se desarrolla. Pero llegar a ese equilibrio para mí es muy exigente.