The Damned, pioneros del punk británico, dieron en Montevideo un inédito concierto el lunes 17 de marzo. Fue una presentación combustible que encendió la mecha de buena parte de los presentes, desató pogos y dejó a casi todos los presentes más que satisfechos. Su despliegue les valió la aprobación general inmediata por la energía, actitud y profesionalismo que la banda demostró con creces, y que mantiene hasta el día de hoy. Y todo eso con integrantes ya septuagenarios, pero que tienen más pilas que muchos músicos con 40 años menos. El legado de The Damned está repleto de estrellas —como lanzar el primer single y el primer álbum punk de Reino Unido— y de nada menos que 12 álbumes de estudio.

Uno de los atractivos principales del show fue la alineación de la banda para este nuevo ciclo. Un auténtico privilegio fue haber podido ver una formación con pesos pesados históricos. Tras limar diferencias añejas y profundas se presentaron con su baterista original, Rat La Rata Scabies (en español el apodo significa “Sarna de Rata”), el guitarrista Captain Sensible y el fantástico Paul Gray, un bajista con clase y estilo depurado armado con su inefable bajo Rickenbacker (como Lemmy de Motorhead, fan incondicional de la banda).
En las vocales, obviamente, apabulló aquel que nunca abandonó y sostuvo a The Damned desde su fundación: el majestuoso Dave Vanian, vestido totalmente de negro con guantes de cuero a tono. Escondido detrás de sus oscuros lentes, impactó como siempre a su público, con sus tonadas graves características traídas desde el más allá y un despliegue escénico envidiable.

Montevideo no escapó tampoco a la estrategia aplicada en sus últimas giras, con shows anclados casi exclusivamente en los discos de su primeras épocas, que según ellos, son "los que más gustan" a sus fans.

Fue un banquete de grandes canciones del primer disco, Damned Damned Damned, así como de los álbumes Machine Gun EtiquetteThe Black Album y Strawberries.

Resultó un repertorio lanzado como balas a las cabezas del público iniciado por "Love Song" y "Machine Gun Etiquette". Cartuchos explosivos que sacudieron al instante las primeras filas delante del escenario.

Fueron paso a paso progresando con finezas como "Wait For The Blackout" y "The History Of The World", de The Black Album. Después, el aluvión no paró hasta los bises con himnos inmortales, como "New Rose" y "Smash It Up". Un total de 22 temas escupidos sin piedad y tocados con variantes, improvisaciones o algunos acomodos sonoros pero altamente efectivos.

Felicidad absoluta que esta vez hayan incluido también un tema exquisito como "Dr. Jeckyll and Mr. Hyde", hecho a la medida para la voz de Vanian.

Mi conclusión no cambió. The Damned es una de las mejores bandas del género sin dudas por autenticidad, cabeza y versatilidad demostrada.

La gira sudamericana del grupo se dio pocos días después del fallecimiento inesperado de Brian James (6 de marzo), guitarrista fundador del grupo, algo que caló hondo en sus integrantes. El show sirvió en cierto modo como homenaje al difunto. El cantante Dave Vanian le dedicó palabras al presentar algunos temas suyos. James falleció con 70 años y dejó su sello en los dos primeros discos de la banda, por lo cual muchos lo consideran un "pionero" punk.

Un destaque para dos grandes valores: Paul Gray en el bajo hace que cada nota suene como miel, además de mostrar precisión absoluta. Rat Scabies desató todo el poder en la batería y dejó claro que él es un verdadero "Damned", dotando a los temas de la fuerza necesaria para fluir como merece el sonido de la banda.

Por lo que mostraron aquí en Montevideo, en Buenos Aires, San Pablo y en Chile -donde el repertorio fue casi el mismo-, los Damned están vivitos y coleando, y derrochando energía musical. Demostraron con creces que deben ser más que respetados y que tienen un lugar en la historia musical, gracias a su prolífica carrera de casi ya 48 años. Ahora su periplo de ruta seguirá en mayo por Estados Unidos y en junio vuelven a Europa, comenzando por el festival Azkena en España, y cerrarán en el Rebellion en Inglaterra.

Su interés central fue siempre su sonido y una actitud auténtica, no la fama.Todo siempre se trató de su sonido y cómo lo hacían. Hasta hoy siguen haciendo lo que realmente quieren, sin vender el alma al diablo. Es por eso obligatorio remarcar que su legado de influencia muscial es indiscutible. Y cuando llegue el final de los finales para The Damned, bien podrían poner en su lápida un epitafio como este: "Aquí yace una banda auténtica, que siempre hizo lo que quiso y se ganó su lugar en la historia sin deberle nada a nadie".