Por Gianfranco Premuda
La leña: el petróleo del Uruguay

¡Somos un país petrolero! Esta es UNA MENTIRA. Sin embargo contamos con una riqueza mayor al petróleo. Hoy tenemos plantados tantos bosques que, sin plantar más, podríamos producir con ellos diez veces más energía de la que precisamos, sin perder nuestra riqueza forestal.

Diciendo esto de otra manera: el 10 % del crecimiento natural de los bosques ya plantados nos permitiría, de contar con centrales térmicas a leña, duplicar la producción de la represa de Salto Grande, Baygorria, Palmar y Rincón del Bonete y las centrales térmicas de Montevideo. Debemos recordar que tenemos plantada una pequeña superficie de bosques todavía.
Una central térmica funcionando con leña y entregando la potencia de Rincón de Bonete, Baygorria y Palmar juntas, necesita una superficie de bosques equivalente a la mitad de hectáreas que hoy ocupan los lagos de las tres represas. El bosque es una pila solar muy eficiente en nuestro país. Un árbol en Finlandia tarda 80 años en crecer, mientras que nosotros podemos cortar árboles para quemar cada 5 años.


CULTURA
En Uruguay podemos dar clases al mundo en tecnologías relativas a la quema de leña en calderas. Tenemos tres tecnologías para elegir y una en estudio:
· quema directa
· gasógeno y cámara torsional de gases
· chipiado y cámara torsional de sólidos
· quema de materia prima verde (tecnología en estudio)

Las estamos exportando y lo estaríamos haciendo en mayor escala si fuéramos suecos o alemanes. Debemos ser conscientes que para Uruguay es más fácil exportar soja, arroz o carne que marcapasos, aparatos contra las heladas, controles de ascensores, unidades potabilizadoras de agua o centrales térmicas a leña.

Somos el único país del mundo que logró sustituir el 60% de su energía térmica industrial derivada del petróleo. Lo logramos usando leña como combustible. Lo hicimos durante unos cuantos años. Esta tendencia se está dando ahora nuevamente. La razón: cuesta la mitad del combustible más barato de plaza que es el gas.

Llevé, hace algunos años, al decano de la Universidad Estatal de Río de Janeiro, Ing. Meireles, a conocer una fabrica textil de plaza. Cuando llegamos a la sala de calderas y vio lo simple que era el manejo de la leña exclamó entusiasmado: ''esto es mucho mejor y tiene más sentido para América que todo nuestro plan de usar alcohol como combustible''.

Hace un mes llevé a tres industriales italianos a conocer una caldera nuestra funcionando con leña y recuerdo complacido la mezcla de asombro y entusiasmo en sus caras.


EL PROBLEMA LOGÍSTICO
¿Por qué no tenemos centrales eléctricas a leña? ¡Sí que las tenemos! Conozco por lo menos cuatro grandes empresas de plaza que pueden producir su propia energía eléctrica a partir de la leña y podrían venderla si las dejaran.

Sin embargo debemos reconocer que usar leña es engorroso, antiestético y primitivo.
Plantar árboles, esperar que crezcan, cortarlos, transportar la leña a las centrales eléctricas, esperar que se seque, moverla a las centrales térmicas y quemarla da pereza sólo al pensarlo. Y lo peor: no lo hace nadie en el mundo en gran escala.

Si comparamos esto con la tecnología del gas donde llega el combustible por un caño y pasa al quemador automáticamente, no ganaremos nunca, salvo que sea más barato. Conozco casos donde la inversión de reconvertirse a leña se recuperó en tres meses. Todo depende del valor político que tenga el gas o el fuel. Tenemos todo a favor de la leña menos la logística.

A continuación describiremos algunas ideas tendientes a reducir los problemas de logística de una central térmica a leña.

Generalmente se plantan árboles en los lugares donde la tierra es apta. Es lo que se hace, pero éste no es un principio absoluto. En un país como el nuestro, donde la tierra es barata y el costo de transporte es caro, podemos encarecer la producción de leña por plantar en terrenos más caros si compensa el costo de transporte. Si se cuantifica el costo de una vía de transporte en el caso de una franja de cuatro kilómetros de cada lado de plantaciones de eucaliptos y si esta vía conduce a la central térmica y se compara el costo de una central hidráulica con su lago, gana la central térmica a leña lejos.

La vía de transporte puede ser un río o rieles para un ferrocarril que funcione a leña y esté diseñado para el transporte de leña.

Se debe tener en cuenta que no se pueden construir más centrales hidráulicas porque ya no tenemos más ríos aprovechables. Además, estas centrales son mucho más contaminantes que las centrales a leña por el metano que se genera en los lagos de las represas.

Debe pensarse que si para una central hidráulica los lagos siempre se construyen al lado de la central, para una central térmica a leña el bosque debe construirse al lado de la central también.


SECAR PARA NO ALMACENAR
Toda instalación conocida que quema leña para generar vapor usa como materia prima leña seca. Esto exige, por ejemplo, de 3 a 6 meses de estacionamiento en pilas de dos metros de altura y pasillos de tres metros. Hay variantes a esta técnica.

El costo de mantener este stock es alto y requiere un gran espacio: 10 hectáreas para 40 toneladas por día de consumo de leña. Las empresas generalmente compran leña verde para asegurarse una humedad final constante.

Lo anterior vale si se usa leña de 50 cm. a 100 cm. de largo. En el caso de usar chips o residuos el secado al aire se complica. Para evitar el manejo de este stock para secar, la propuesta es USAR LEÑA VERDE COMO MATERIA PRIMA. Esto se puede hacer si se diseña un secadero eficiente, automatizado, capaz de secar grandes volúmenes en poco espacio.

Un buen secadero se caracteriza por entregar a cada leño una historia de secado igual. Los secaderos rotativos de las azucareras permiten ingresar sólidos húmedos junto a aire caliente por una punta y las rotaciones horizontales mezclan a los sólidos haciendo que entren en contacto con el aire caliente. Los secaderos de granos son recipientes verticales donde los granos bajan por gravedad y el aire caliente los cruza horizontalmente.

En los altos hornos o en los gasógenos el material entrante se introduce por la parte superior a través de una válvula que permite la entrada del sólido y no deja entrar o salir al aire o los gases interiores. Baja por gravedad y se transforma en otro material que sale del fondo a través de una válvula rotatoria.

En todos estos casos conocidos se logra que la historia de cada trozo de material sea la misma.

Algunas experiencias realizadas demuestran que un leño a 200 grados se seca en dos horas sin perder poder calorífico. El secadero que estamos proponiendo para leña de hasta un metro de largo o chips es esencialmente un gasógeno donde la temperatura de 200 grados no deja que la leña se transforme, saliendo por abajo como leña seca.

La forma del secadero es cilíndrica. Su diámetro mínimo dependerá del largo de la leña. Su altura determina la producción que se requiere por hora, recordando que el tiempo de permanencia a 200 grados será de dos horas. Los gases calientes para el secadero pueden provenir de la chimenea de la caldera.

Nos hemos detenido algo en la descripción del secadero porque es el elemento que permite usar como materia prima la leña verde con su posible automatización y mejora en todo el manejo.

En definitiva, el empleo de la leña abre una oportunidad muy interesante. Su puesta en práctica depende solamente de decisiones políticas y comerciales, no de la tecnología.


Gianfranco Premuda es Ingeniero Industrial, especializado en sistemas mecánicos e industriales


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