El ex dictador Augusto Pinochet renunció este jueves a su cargo de senador vitalicio no electo, tres días después de que la Corte Suprema de justicia lo sobreseyera definitivamente por demencia de un juicio por crímenes perpetrados durante su régimen, de 1973 a 1990.
Pinochet, de 86 años, entregó al jefe de la Iglesia Católica chilena, el cardenal Francisco Javier Errázuriz, una carta en la que manifestó su intención de abandonar el escaño que ocupaba desde 1998 y que él mismo creó a través de la Constitución que instauró durante su régimen, en 1980.
"Las condiciones de salud no le permiten ejercer plenamente como senador y por eso ha presentado la renuncia", dijo a periodistas el cardenal Errázuriz, quien llevó personalmente la misiva al presidente del Senado, Andrés Zaldívar.
El sobreseimiento de Pinochet del proceso abierto en su contra por el asesinato y desaparición de opositores a su régimen luego del golpe de estado que encabezó en septiembre de 1973, desató una inmediata polémica sobre si el ex dictador volvería a ocupar su escaño en el Senado.
El gobierno chileno había indicado que, tras la declaración de demencia, era imposible que Pinochet reasumiera como senador. Sin embargo, sus adherentes y familiares insistieron en que la decisión de renunciar o no a ese cargo sólo estaba en manos del propio ex dictador.
El hijo del ex gobernante, Marco Antonio Pinochet, informó que la decisión fue adoptada tras ser analizada junto con sus abogados defensores y entregada al presidente del Senado por intermedio del cardenal Francisco Javier Errázuriz.
Según Marco Antonio, su padre resolvió dimitir a su banca para cerrar un capítulo doloroso en la historia del país.