En Portugal, una nueva ley aclara una lista de nombres que los padres no pueden poner a sus hijos, como Ovni, Marx o Mona Lisa.
El portal del Ministerio de Justicia portugués ofrece para los recientes padres 39 páginas en las que se detallan nombres legalmente aceptables, desde Aarao a Zuleica, al igual que 41 páginas de nombres no aceptables.
Entre los últimos están Lolita, Maradona y Mona Lisa, al igual que Guevara, Marx y Rosa de Luxemburgo.
Los funcionarios encargados de llevar los registros de nacimiento en Portugal vienen desempeñando este papel durante casi un siglo. Pero ahora el Ministerio de Justicia ha recibido algunas peticiones para que una nueva ley haga que las listas de nombres pasen a la historia, tanto los aceptables como los prohibidos.
Portugal se ha convertido así en el último país en lidiar con la creciente complejidad de los nombres de bebés.
"Hemos propuesto cambios a la ley de modo que pueda haber libertad de elección en la medida en que no sea ofensiva la idea de la dignidad humana", dice Maria de Lurdes Serrano, funcionaria de uno de los registros civiles de mayor movimiento en Lisboa.
Para los padres procedentes de lugares con pocas restricciones en cuanto a nombres, como Estados Unidos o Reino Unido, tales leyes pueden parecer extrañas.
"Fue increíble tener que pedir permiso para poner nombre a mi hijo", dice Tanya O'Hara, una norteamericana que en 2004 dio a luz al pequeño Liam en Portugal. "No tiene sentido para nada".
O'Hara tuvo que obtener una carta de la embajada que diera autenticidad al nombre Liam y realizar una traducción certificada del documento.
Regulados o no, los nombres de bebés pueden perjudicarlos, según dicen los expertos.
"Lo que hace es perjudicar a un niño que tiene que vérselas con él", dice Albert Mehrabian, un emérito profesor de psicología de la Universidad de California y autor de "Acta de nacimiento: Nombres de bebé beneficiosos y perjudiciales".
Algunos padres son capaces de actos de locura. La lista de nombres inaceptables de Portugal incluye "Ovni."
Las autoridades danesas rechazan los nombres Mono y Lucifer.
Niños con nombres más atractivos son más populares, mientras que a las personas con nombres menos interesantes les va peor en la escuela y en el trabajo.
