El festejo español en Uruguay
El mejor pulpo a la gallega
12.07.2010 07:21
Uruguay no ganó el Mundial, pero el festejo igual se hizo sentir en nuestro país. La comunidad española explotó con el gol de Andrés Iniesta tras 116 minutos de angustia en la final ante Holanda, con una celebración en el Club Español que reunió a uruguayos junto a jóvenes y veteranos españoles.
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Más de 116 minutos de angustia se borraron de un plumazo y se convirtieron en una desbordante alegría para los españoles de Uruguay, quienes vieron como su equipo se convirtió en campeón del Mundial de fútbol de Sudáfrica 2010.
Más de 200 españoles y simpatizantes de la Roja se congregaron en el Club Español de Montevideo, uno de los locales más representativos de la diáspora española en el país, para ver el partido y alentar a la selección desde la distancia.
En la enorme sala, adornada con numerosas banderas españolas y con globos de color rojo y amarillo, los aficionados observaron con detalle el juego y apenas lograron despegarse de sus asientos, en medio de una tensión indescriptible que sólo se rompió con el gol de Andrés Iniesta en los minutos finales de la prórroga.
La alegría, que se transformó en una caravana de autos que recorrió la capital ondeando banderas rojas y amarillas, que se podían adquirir en casi todas las esquinas del centro de la capital, fue precedida por el sufrimiento de todos los aficionados.
Veteranos emigrantes y jóvenes becarios procedentes de todo el país se aunaron en dar esperanzas a los jugadores de 'la Roja' junto a decenas de simpatizantes uruguayos.
"Estoy bárbaro ahora, pero sufrimos. Menos mal que mantuvimos la fe hasta el último minuto", dijo a Efe Daniel Pérez, un veterano asturiano que lleva más de 40 años residiendo en Uruguay.
Aún así, otro de los espectadores, el uruguayo José Fernández, resumió el sentir del público en medio de los festejos cuando afirmó que "España jugó bien, pero no tiró mucho al arco, por no decir nada".
Para Miguel Fernández, un santanderino con 50 años de residencia en Montevideo, la alegría era infinita.
"Me siento muy contento. Sufrimos, pero todo bien. Estamos muy lejos de España y también estamos muy cerca, por eso nos alegramos tanto", apuntó.
Tras el partido, los abrazos y los besos se repartieron entre todos los presentes, que pronto iniciaron planes para seguir festejando la victoria, presumiblemente durante toda la noche.
EFE