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Descubren dos nuevas causas de la celulitis: el azúcar y el exceso de hierro. Además, también propiciarían el envejecimiento prematuro de la piel.
Edematosa (de aspecto acorchado, causada principalmente por la retención de líquidos); fibrosa (dura, a veces solo apreciable al pellizcar, con un componente genético y hormonal); blanda (causada por exceso de grasa, flacidez, falta de tono y mala circulación); o de grasa paralela (o profunda: el tejido adiposo que la conforma se sitúa entre la grasa superficial y los músculos, no varía ante una reducción de peso y afecta a la silueta más que a la piel). Según explican los especialistas, estas eran, hasta hace poco, las cuatro tipologías médicas de la celulitis.
Pero por si no fuera suficiente, se han encontrado nuevas causas: celulitis por glicación o celulitis causada por exceso de hierro. A la consumidora no le afecta demasiado, pero el universo cosmético y estético se ha visto obligado a actualizar protocolos e invertir en patentes para combatir estos nuevos espectros adipocíticos.
A la primera de ellas se la conoce como "la celulitis de las modelos"; afecta incluso a las mujeres más delgadas y jóvenes y es provocada por la glicación (los hombres la padecen mucho menos): un proceso que produce que las fibras de colágeno de la piel se vuelvan rígidas y duras y encapsulen los nódulos de grasa formando la tan odiada piel de naranja.
El azúcar es el nuevo coco de la apariencia de la piel. Nicholas Perricone, famoso dermatólogo y padre de la teoría de la inflamación (esta como causa del envejecimiento), no se cansa de repetirlo: "El azúcar es el enemigo natural del colágeno. Y el envejecimiento es producto del proceso de la glicación. Los carbohidratos de alto índice glucémino y el azúcar, que se convierten rápidamente en glucosa al entrar en sangre, provocan la reacción llamada glicación, en la que las moléculas de azúcar en exceso se adhieren a las fibras de colágeno".
¿La consecuencia? "Estas pierden fuerza y flexibilidad y la piel se vuelve vulnerable a la flacidez", añade. ¿Sería entonces tan sencillo frenar el envejecimiento y el avance de la celulitis como ponerse a dieta y desterrar esos alimentos de la rutina cotidiana?
Pero en torno al azúcar hay demasiada controversia médica. Y al mismo tiempo que se asientan estas teorías, surgen voces que avalan la importancia de este producto en la dieta. La doctora Carmen Gómez Candela, jefa de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Universitario La Paz, es una de ellas.
En el reciente XV Encuentro Nacional de Salud y Medicina de la Mujer afirmaba que el consumo de azúcares y carbohidratos no era causa directa de sobrepeso en la población. "Los hidratos de carbono son valorados por su potencial energético, su poder endulzante y su alto contenido en fibra. Además, los azúcares y carbohidratos inducen una mayor saciedad que las grasas", resaltó la doctora Gómez Candela.
La polémica está servida, pero al margen de ella, en los centros de estética ya se están introduciendo vías de tratamientos anticelulíticos basados en la teoría de la glicación.
Culpable de hierro
Según un estudio publicado por Pasquale Motolose en The European Journal of Aesthetic Medicine and Dermatology, existe otra causa para la celulitis que hasta hace poco no se había observado: la acumulación de trazas de hierro y dehemosiderina (forma altamente insoluble de almacenamiento de hierro) en el tejido graso, según da cuenta el diario El País de España.
Estos metales tóxicos están directamente asociados a la degeneración de los tejidos que se produce en la celulitis. La presencia de estos metales, que es más alta en las zonas de mayor alteración del tejido fibroso, produce una degeneración de los tejidos al provocar una inflamación crónica y su acidez. El hierro va ejerciendo, de forma gradual y continua, una acción tóxica en el tejido adiposo subcutáneo que desencadena todos los procesos que conducen a la celulitis.


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