Uno, dos, tres, catorce
y hasta quince aeropuertos vacíos tiene España
con un poco de mala fe, mucho de saña
podría decirse que por acá
lo que sobra son
trabajadores en el paro y aeropuertos fantasma
Uno diría que no es central ponerse a hablar
de tanta obra construida y jamás usada.
Lo que pasa es que quizás el despilfarro
y el demencial volumen de dinero mal gastado
permitan entender cómo se ha llegado
y hasta dónde se ha llegado.
Por empezar con un ejemplo que en estos días
por acá esta de moda
¿tiene sentido hacer un aeropuerto a menos de una hora
de otros dos ya existentes, funcionando y en expansión?
Eso es lo que pasa en Valencia con el de Castellón,
inaugurado hace poco mas de un año
y en el que aun no sube ni baja un solo avión
Ciento cincuenta millones de euros quemados
por la gloria del cacique local,
un político llamado Carlos Fabra,
actualmente investigado por la justicia
por tráfico de influencias y delito fiscal.
Lo que se dice, un tipo de palabra
Otro caso sangrante
de mala gestión evidente y flagrante
es el del Aeropuerto de Ciudad Real,
a dos horas de Madrid.
Una ciudad de menos de 80 mil habitantes,
una inversión de 500 millones de euros,
la mitad de ellos indirectamente públicos,
con planes y dimensiones para gestionar
mas de dos millones
de pasajeros madrileños al año.
Al aeropuerto finalmente solo llegaron
dos vuelos diarios con diez personas en cada uno.
Y eso es mejor que Castellón,
en donde aun no llega ninguno.
En el origen, a mitad de los noventa
el plan era ser la alternativa
al saturado Madrid Barajas
Pero cuando el aeropuerto de Ciudad Real fue inaugurado en 2008,
Barajas hacia tiempo que había sido ampliado.
La pregunta es obvia:
¿cuándo se hicieron los planes, algún experto fue consultado?
o fue solo plata dulce en manos de algún gestor
o muy ladrón o muy tarado.
La lista de aeropuertos fantasma es larga
e incluye nombres como Huesca - Pirineos,
un aeropuerto para esquiadores
en un lugar en donde la temporada de nieve
dura como máximo un par de meses al año.
También resuena el nombre de Lleida,
en donde para que suba o baje algún avión,
tiene que untarse a las empresas con
con el dulce de la subvención
En el resumen lo que queda es la impresión
de que en el peor de los casos
seguirán apareciendo tramas de acomodo y corrupción.
Y en el mejor,
lo que hubo fue arrogancia y una muy mala gestión
Solo los aeropuertos mencionados han costado
790 millones de euros en total
Un solo dato final
que ilustra esa locura de gasto
que tuvo un final tan nefasto:
en la entrada al Aeropuerto de Castellón
se levanta una escultura de casi 30 metros
inspirada en el mencionado e investigado
Carlos Fabra
Para que después digan
que faraones eran los de antes.