Mientras tanto, los aspectos sociales del conflicto se soslayan, se ocultan o simplemente se ignoran. Los procesos legales, las demoliciones y el modo como el Estado se ha conducido hasta el momento representan una posibilidad real de que, a muy corto plazo, la comunidad allí radicada sufra cambios drásticos o, simplemente, sea expulsada. Visto desde un punto de vista social, lo que está en juego no es la perdurabilidad de ciertas construcciones sino la continuidad del conjunto humano arraigado en el lugar.

Dice Dayci Vivas:

"Las autoridades han conocido siempre que el asentamiento se viene realizando. Por eso llama la atención que de golpe aparezca esta cosa de que quieren romperlo y lo tachan de ilegal y de otras cosas, siendo que era harto conocido."

"En Polonio todos entendemos que la destrucción por si sola no arregla nada sino que, en realidad, lo que hace es herir muchísimo. Estamos dispuestos a corregir errores, a cambiar cosas, a mejorar en lo posible. Pero la destrucción por si sola, sin un plan, es perniciosa. No soluciona y hace daño".