Novedosos “tiburones tripulados”

En la historieta "El tesoro de Rackham el Rojo", publicada en 1943 y protagonizada por el célebre personaje Tintín, los héroes de la serie gráfica zarpaban en busca de un tesoro perdido en el mar y que había pertenecido a un ancestro de otro de los personajes: el entrañable Capitán Haddock.

La aventura oceánica resulta ideal para que el tercer protagonista de la historieta -el sordo y despistado científico Silvestre Tornasol- ensaye uno de sus inventos: un submarino de bolsillo y con aspecto de escualo, dentro del cual Tintín explorará las profundidades.

Ahora, los australianos Rob Innes y Dan Piazza, dos fanáticos de los deportes acuáticos, llevaron a la realidad el diseño del atolondrado hombre de ciencia, diseñando los denominados "Seabrechers".

En rigor, estas aerodinámicas naves con forma de depredadores marinos, no cuentan con una gran capacidad de inmersión. De hecho, sólo pueden sumergirse a una profundidad de entre cincuenta centímetros y un metro, y durante unos veinte segundos en cada ocasión. Luego, con un rápido tirón de la palanca de control, el vehículo emerge con un espectacular y fotogénico salto que puede elevar al metálico tiburón a unos diez metros por encima de la superficie.

Innes y Piazza comenzaron a ensayar en este tipo de diseños a fines de los años '90. Ahora, los perfeccionados aparatos han logrado superar los defectos iniciales. Son seguros, no filtran una sola gota de agua, y pueden desarrollar una velocidad de hasta 80 km/h.

Los aparatos, construidos a partir de fuselajes de aviones de guerra fuera de servicio, salen de fábrica con llamativos diseños, generalmente pintados como tiburones u otros predadores marinos. Sin embargo, el cliente que desee comprar uno -a un precio cercano a los 65.000 dólares- puede visitar el sitio www.seabreacher.com y solicitar un modelo personalizado.