Los abogados de la Asamblea de Gualeguaychú recordaron que el desmantelamiento de la planta de Botnia es una posibilidad que la Corte de La Haya no descarta, y aseguran que si se admite la violación del Tratado del Río Uruguay la planta no puede continuar. "Es como admitir que se condene a un violador a seguir ejerciendo el vejamen a la víctima hasta la eternidad", afirman en Gualeguaychú.
El equipo de abogados de la Asamblea Ciudadana Ambiental recordó ayer que el desmantelamiento de la planta es una alternativa que lanzó la Corte Internacional de Justicia de La Haya en el 2006, cuando leyó la resolución de la cautelar que presentó la Argentina para frenar las obras
Según informa El Argentino, los abogados entienden que si en el fallo se constata la violación del Estatuto del río Uruguay, entonces sería contradictorio permitir que siga produciendo pasta de celulosa.
El artículo de la Corte que menciona La Haya indica que "si fuera establecido que la construcción de obras conlleva un menoscabo a un derecho, no podemos ni debemos excluir a priori la posibilidad de una decisión judicial que disponga el cese de los trabajos o la modificación o desmantelamiento de las obras".
En la editorial del diario, El Argentino hace alusión a la contradicción judicial que significaría que se reconozca la violación al tratado y se permita que siga funcionando la pastera.
"Tanto Botnia-UPM, como el Estado uruguayo y gran parte de la clase política argentina pretenden naturalizar la posibilidad de que aunque se haya violado nada menos que un Tratado internacional, sea castigada la comunidad que fue ofendida".
Recurren a la forma jurídica de "prevaricato" para explicar que no puede esperarse que la Corte reconozca la violación y permita que siga funcionando la misma empresa que inspiró dicha omisión.
"¿Alguien puede sostener en términos de justicia que quien es encontrado responsable de una violación serial y sistemática a un Tratado Internacional quedará impune y al mismo tiempo se condenará a quien fue agredido? Si hay un juez capaz de sostener semejante desatino, entonces le cabe la figura de prevaricato", afirman.
"Es como admitir, sin más cuestionamiento, que se condene a un violador a seguir ejerciendo el vejamen a la víctima hasta la eternidad. ¿A qué pueblo se le puede pedir semejante inmolación?", concluyen.
