Contenido creado por Martín Otheguy
Los siete sentidos

Los Siete Sentidos XXVI

POR GUSTAVO ESCANLAR

Es televisión. Es show. Es entretenimiento. Los Siete Sentidos, la columna de Gustavo Escanlar en Montevideo Portal.

06.10.2006

Lectura: 10'

2006-10-06T00:00:00-03:00
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gustavoescanlar@montevideo.com.uy

Es televisión. Es show. Es entretenimiento. No hay que pedirle realidad o verdad. Te tiene que enganchar. No puede decaer. Hay que tomarlo como eso, nada más. No importa si coincide con la realidad, con el mundo extratelevisivo, extrapantalla. La realidad televisiva no tiene nada de verdad. Los personajes solamente recitan un guión. Actúan. Son virtuales. Son ficción. Son espectáculo. Los argentinos la tienen más clara, y nadie discute la validez de los códigos entre emisor y receptor. A nadie se le ocurre putear o pegarle por la calle al actor que hace de malo en la telenovela. Si la ve en una rave, nadie le va a decir a Natalia Oreiro que se quede con Belloso, que es mejor actor que Arana, que será lindo y muy buen tipo, pero que actuando siempre fue de madera. La cosa se complica cuando a los protagonistas de un programa les toca actuar de periodistas. No deberíamos confundirnos: no deja de ser televisión, sigue tratándose de un espectáculo cuyo objetivo es capturar espectadores. Si no hay espectadores, si no hay gancho, terminan levantándolo. Y en su horario ponen de nuevo la quinta temporada de los Simpson. Y termina teniendo mayor rating.

(Pedro Bordaberry y Rafael Michelini discutieron en el último programa de Zona Urbana. Fue apasionante, porque en ningún momento la tensión decayó. Es obvio que los dos hablaban seriamente, pero también es obvio que la gente no los miró por eso. Los miró porque ahí estaban los dos, ofreciéndoles sangre, vísceras, reality-show)

Miro el DVD de Madonna, I'm going to tell you a secret, un documental bastante similar a Truth or Dare, de 1991. Lo filmó antes y durante Re-invention Tour, del 2004 y lo dirigió Jonas Akerlund. Aunque la mano censora de la diva es tan notoria que se convierte en una parte del juego. Lo mejor del DVD son los fragmentos de los shows, que dejan con las ganas de ver solamente eso, el concierto pelado y nada más. Como en Truth or Dare, Madonna habla tanto que al final se pone densa. Como justificándose, se pone en plan gurú y baja línea religiosa, mística, corporal, artística, familiar, maternal, política - uno de los momentos más tontamente correctos es la escena en que aparece el activista-con-disfraz-de-periodista Michael Moore. Madonna no para, y enseña cómo divertirse, cómo mantenerse en forma, cómo hace una artista de su talla para llevar adelante con éxito y amor su vida cotidiana. Madonna da clases de diversidad y de amplitud, como si su vida fuera una eterna Marcha por el Orgullo. También canta, baila y actúa. Pero poco. Ella quiere hablar. Y habla habla habla habla. Habla tanto que al final te dan ganas de borrarla, como a las mujeres inseguras. No hay discusión: Madonna es la número uno. Pero a veces se pone del lado de esos artistas que dejan de hacer lo que mejor les sale, lo que saben de verdad, y se ponen a hacer cosas que no importan, que deberían ser privadas. Me importa tres carajos la Kaballah, la religión de Madonna, cómo cría a sus hijos, cómo recompuso la relación con su padre. Me importan sus canciones, sus shows, sus actuaciones. Y de eso, en este DVD, no hay casi nada. Eso sí: con I'm going to tell you a secret viene el primer disco en vivo de Madonna. Son 14 canciones entre las que están Vogue, American Life, Holiday y Like a prayer. El negocio no para, y el DVD posta, el del concierto, lo editan en diciembre.

(I'm going to tell you a secret, de Madonna. Está en su tienda de discos más cercana. Cuesta 15 dólares)

Es un debate. Y hay que ponerle adrenalina para que no se convierta en un embole. Mucho más si el tema es el pasado, la verdad, la historia, el Plan Cóndor, los asesinatos de las dictaduras. La adrenalina hay que ponérsela con las sorpresas, las grabaciones escondidas, las puteadas, los enfrentamientos, la probabilidad de que termine a los piñazos. Primer Gran Momento Televisivo: mientras Ignacio Alvarez entrevistaba a Bordaberry, Michelini cayó sin avisar y entró al estudio. Al principio, su trabajo actoral buscó la cuerda emocional de los espectadores. Pero ante la agresividad, la mala leche y la ausencia de códigos de su contrincante, Michelini endureció su estilo y respondió golpe con golpe. Llegaron a gritarse y a no dejar que el oponente hablara. Viendo el caos que se iba armando, Alvarez, en un golpe de timón magistral, pidió que cortaran los micrófonos de los debatientes. Fue uno de los momentos más tensos del programa. La audiencia se multiplicaba. Nadie cambiaba de canal. Segundo, fundamental, Gran Momento Televisivo.

(Según Ibope, Zona Urbana tuvo 14 puntos de rating. En el momento del debate, subió a 20)

Empezó la nueva temporada -la sexta- de Los Soprano. No puede ser que Tony muera en el primer episodio, y que lo mate el tío en un ataque de paranoia y demencia senil. Tiene que haber una vuelta que lo resucite como en un teleteatro de Andrea del Boca. Claro: como Tony vive en un lugar donde las cosas funcionan más o menos aceitadamente, el 911 restrea su llamada y logra rescatarlo en el último suspiro. El sistema democrático civilizado funciona tan bien que es capaz de rescatar y de resucitar aun a un capo de la mafia, a un criminal buscado por el FBI. Va a pasar cinco capítulos en el hospital. Mientras tanto, las cosas se le irán complicando en el mundo exterior. Ni Carmela ni Christopher ni sus colegas van a ser los mismos que eran antes.

(Domingos a las 23 por HBO. Repite los jueves a las 22 y los sábados a las 4 de la mañana. En Internet hay foros donde se puede comentar la serie -uno en francés, por ejemplo, en http://thesopranoscrew.free.fr/forum/index.php. Alguien llegó a diseñar un juego basado en Tony y sus amigos. Está en http://www.lossoprano.net/content/view/55/54)

Es la primera vez que se habla abiertamente del tema de los tupamaros y la guita que hicieron con los robos y con los secuestros. No sirve para nada en la órbita judicial, pero sí en la esfera simbólica: es claro que los buenos, los perseguidos, los que luchaban por un mundo mejor y por el hombre nuevo, no fueron solamente mártires torturados e inocentes. Secuestraron, mataron, es muy probable que hayan torturado. Consiguieron fortunas con algunos de sus golpes. Hay dinero que desapareció. Alguien se lo llevó. Víctimas y victimarios, ninguno de los dos luchaba sólo por sus convicciones. Hoy, aquellos personajes son ancianos que, en algunos casos, llegan a provocar algo de compasión. Como Pedro y Rafael, los dos invocando las figuras de sus padres, los dos penando por sus hogares destruídos. Después del debate, al otro día, no hubo quien no dijera cosas obvias: que Bordaberry tenía al padre y Michelini no, que Michelini mintió, que Bordaberry no manejó elegantemente su traición al grabar sin avisar. Los viejos tupas salieron a desmarcarse, con poco éxito, respecto al tema del dinero. Pero en todos los casos lo más comentado y discutido fue la forma del debate, y no su contenido. Es que la tele es eso: la forma de decir algo siempre le gana a lo que se diga, al contenido. Las caras, los estados, las situaciones, los momentos, son más recordadas, más importantes, que el tema del debate.

(¿Bordaberry no estaba más gordo que cuando era ministro? ¿Michelini no estaba demasiado desprolijo?)

(El viernes, tanto Brecha como La Diaria como La República, de modo muy hijo de puta, insisten con que se trató de un "show mediático2. ¿Qué tienen contra los shows mediáticos?)

(También insisten en hablar de la cama que le hicieron a Michelini, pobre Rafael, como si él no fuera adulto y lúcido como para darse cuenta de las cosas. Si no estaba dispuesto a interpretar su personaje, no hubiera ido al estudio)

Pregunto: ¿el Día del Patrimonio y la Noche de la Nostalgia no son más o menos lo mismo?

(Aunque no me dice nada el Día del Patrimonio, al presidente de la comisión, Manuel Esmoris, lo banco. A muerte)

Recibo la dirección web de Jorge XuggaeX, un escritor de cuentos de terror que vive en México. Me hace acordar -mucho- a Gerardo Bloomerfield, que no tan casualmente también está viviendo allá. Bloomerfield tuvo dos apariciones mediáticas transgresoras y espectaculares. En Debate Abierto se sonó los mocos con la Biblia y Sotelo lo echó del estudio. En Vidas, Facundo intentó comprenderlo y Bloomerfield intentó tomarle el pelo. Tampoco es casualidad que justamente Bloomerfield presente la página de XuggaeX con un prólogo diabólico, donde dice, entre otras cosas, que "dentro de XuggaeX se esconde un artista que hace de la perversión una auténtica poesía", que parece "una versión uruguaya del protagonista de Henry: Retrato de un Asesino" y "tiene el infierno tatuado en su piel". Bloomerfield concluye que "XuggaeX es de esos tipos que, de no estar escribiendo horror, de no estar vomitando su furia, iría ya por la quinta o sexta víctima en una incontrolable carrera de serial killer". Hay dos libros de cuentos que se pueden bajar gratuitamente y leer, eso sí, con las luces prendidas. Son La vida escupe, la muerte invita y Hemorragias del corazón. Están en pdf.

(http://www.xuggaex.clan.st. Si me diste pelota y te gustó Chuck Palahniuk -cuyo libro Fantasmas recomendé con fervor hace algunas columnas- te va a gustar XuggaeX)

Entro a las páginas digitales de los diarios argentinos Clarín y Perfil. La de Clarín tiene una sección que está buenísima, que también tienen los sitios web de algunos diarios europeos como Liberation o El País de Madrid, que se llama Primeros Capítulos. Ahí publican, justamente, los primeros capítulos de las novedades literarias. Leo los primeros capítulos de dos o tres libros que todavía no llegaron por acá y andá a saber si llegan: Ómnibus, de Elvio Gandolfo; Literatura y otros cuentos, de Martín Rejtman; Adulterios, de Woody Allen; Los Pichiciegos, de Rodolfo Fogwill. Hay de todo. Para todos los gustos. En pdf. Lo mejor de la página de Clarín: el archivo, completísimo y gratuito. Que está bajado todo el contenido del diario. La sección dedicada a los blogs. En el sitio de Perfil tenés buena parte del diario y las demás revistas del grupo editorial. Lo tenés a Lanata editorializando frente a una camarita. Tenés a Bonadeo, a Quintín, a Víctor Hugo y a Magdalena con sus entrevistas (ese es mi orden de lectura, cuestión de gustos). En la zona de tv hay un analista político zarpado que resulta ser un gorila llamado el Mono Rojas. Es más moderno que el sitio de Clarín, aunque menos completo. Entrando dos o tres veces por semana a los dos, quedás al día con la Madre Patria.

(www.clarin.com.ar y www.perfil.com.ar)

Pregunto: ¿nadie se dio cuenta que el médico trucho era un adolescente?

(Sí, nene, todo preso es político)

Es el cuento de nunca acabar. A la salida del canal, los barrabravas esperaban para pegarle a Pedro. Tuvo que esperar un rato largo y salir por el costado. Es la demostración de que el show televisivo fue para la gilada, los que se lo creyeron. Tan para la gilada son este tipo de debates, que terminan por ser evaluados como si fueran un partido de fútbol: perdió éste, ganó aquel otro, fue un empate.

(En este caso, en particular, perdieron los dos. Uno por defender lo indefendible. El otro, porque al final quedó claro que esos ojos mentían. El show televisivo, en cambio, fue excelente)

gustavoescanlar@montevideo.com.uy