Entre lindezas como "travestido", "tarado" y "mentiroso", Pedro Bordaberry y Rafael Michelini protagonizaron un debate televisivo sobre sus padres y con grabaciones secretas incluidas, convirtiéndose en la nueva comidilla de la escena política.
Pedro Bordaberry preparó el anzuelo y Rafael Michelini mordió sin darse cuenta.
En el marco de la causa por atentado a la Constitución del ex dictador Juan María Bordaberry, con motivo de los asesinatos Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz en la dictadura, el programa de Canal 10 Zona Urbana entrevistó a su hijo Pedro, ex candidato a intendente.
Lo que parecía ser una entrevista normal, o todo lo normal permisible para un tema tan urticante, se convirtió sin embargo en un verdadero show cuando apareció el hijo de Zelmar, el senador Rafael Michelini (que también testifica en la causa). Lo que se vivió a continuación fue una sucesión de escenas chocantes y tensas, con espionaje y acusaciones incluidas.
Bordaberry asistió al programa para defender la inocencia de su padre en los asesinatos de Michelini y Gutiérrez Ruiz. Allí anunció que tenía conversaciones grabadas con Michelini hijo y con el secretario de Presidencia Gonzalo Fernández, en las que ambos le manifestaban su convicción de que Juan María Bordaberry no había sido responsable de las muertes citadas. "Que me desmienta ante todos los que están mirando este programa", dijo el ex ministro de Turismo.
Tras este anuncio, el senador Rafael Michelini llamó al programa para anunciar que iba en camino a Canal 10, propuesta aceptada por el propio Pedro Bordaberry.
Bordaberry le dijo a Michelini que si bien él acusaba a su padre de asesino ante la Justicia, en privado le había dicho que no era el responsable del hecho, emitiéndose a continuación la grabación realizada a escondidas.
En ella, Rafael Michelini le decía a Pedro Bordaberry que su padre tenía muchas cosas que explicar sobre lo que había pasado en la dictadura pero declaraba: "Yo no creo que tu viejo emprendiera acción contra papá, estoy convencido".
Al volver a piso, la dura discusión que se había suscitado antes de emitirse la grabación llego a niveles extremos. "¿Usted me grabó a mí?", dijo un Michelini atónito. "Está utilizando los mismos métodos que en la dictadura. Yo pensé que el hijo iba a ser distinto, pero veo que es igual".
"Lo grabé porque sabía que iba a seguir mintiendo", respondió irascible Pedro Bordaberry. "Te debería dar vergüenza , le contestó Michelini. "Me pediste una entrevista sólo para grabarme en privado. Me llamó con voz de cordero, me dijo que quería saber la verdad y me grabó. Es un travestido. ¡Que difícil debe ser cargar sobre las espaldas con un padre dictador!".
"Se pone nervioso porque esta quedando como un tarado adelante de todo el mundo", dijo Bordaberry. "Se te cayó la careta y te está viendo todo el país. Vos lucrás con la muerte de tu padre".
A esta altura las dos voces se mezclaban con distintas acusaciones, a tal punto que daba la impresión de que en cualquier momento alguno de los le iba a aplicar un gancho de derecha al rival. "Ahora públicamente todo el mundo sabe que sos un mentiroso", decía Bordaberry. Michelini, por otro lado, argumentó su postura aclarando que él no creía necesariamente que Juan María Bordaberry haya ordenado directamente la ejecución, pero que sí lo cree su madre y la abogada que lleva el caso.
"La doctora Hebe Martínez representa a las dos familias (Michelini y Gutiérrez Ruiz) y tiene la convicción de que (Juan María) Bordaberry tiene responsabilidad en los hechos. Yo tengo convicción de que el dictador Bordaberry, que tiene otros crímenes sobre sus espaldas, no quería cargarse este tema", dijo el senador.
"¿Sabía que a mi hermana la torturaron siendo su padre dictador? ¿no se enteró de que a mi padre lo mataron siendo su padre dictador?".
Sobre el final del debate, los gritos eran la tónica común y elo conductor Ignacio Álvarez debió dar por temirnado el programa en un clima muy tenso. Ambos políticos se despidieron y afuera tuvieron disintos recibimientos. Mucha gente se acercó para apoyar a Michelini y, naturalmente, Bordaberry debió esperar un poco más antes de retirarse.
