19.08.2010 10:17

Senadora PS-FA

El pasado mes de abril estuvo por segunda vez en nuestro país el fundador del movimiento por el Software Libre, Richard Stallman. En el año 2008 tuve la oportunidad de, café mediante, mantener una larga charla con él, donde termine de convencerme de la importancia que tiene el uso del Software Libre y de formatos abiertos para el acceso sin limitaciones al conocimiento como elemento central para la formación del ciudadano en democracia.

El Software Libre habla de la libertad de los usuarios: libertad de ejecutarlo con cualquier propósito; libertad de estudiar cómo funciona y adaptarlo a sus necesidades; libertad de distribuir copias; libertad de mejorarlo y liberar esas mejoras al público. Tiene dos requisitos, al redistribuirlo otorgar las mismas libertades y permitir el acceso al código fuente.

Con el software privativo -o de código cerrado o software no libre- el usuario tiene limitaciones para usarlo, modificarlo o redistribuirlo ya que su código fuente no está disponible o el acceso al mismo se encuentra restringido por licencias o por tecnología anticopia.

La diputada Daisy Tourné presentó en los años 2004 y 2006 el primer proyecto para el uso de formatos abiertos en el Estado; pero en ninguna de las ocasiones se pudo aprobar. La intención era promover el uso de estos formatos para en primer lugar respetar la libertad de los ciudadanos y en un segundo plano reducir el gasto que el Estado uruguayo tiene en licencias de software cerrado.

Los formatos abiertos facilitan el intercambio de información, mejoran el acceso a datos, reducen costos de producción de software, proporcionan independencia sobre sistemas hardware y sistemas operativos y limitan la formación de monopolios de proveedores. A nadie escapa que los programas de software son periódicamente cambiados, obligando así a que el Estado deba modificar las versiones de software que utiliza para no correr el riesgo de quedar incomunicado.

El uso de formatos abiertos en el Estado sería un gran avance, como lo ha sido para países como España, Alemania, Noruega, Finlandia, China, Cuba, Brasil, entre tantos otros. Incluso la ONU recomienda a sus países miembros el uso de Software Libre.

Es absolutamente necesario que nuestro Estado brinde a los ciudadanos la posibilidad de elegir el software a utilizar y esto implica, en una primera etapa, la incorporación de formatos abiertos en la Administración Pública. El acceso sin limitaciones a la información y al conocimiento, disminuirá la brecha digital y potenciará a la Sociedad de la Información.

Con la visita de Stellman recibimos la grata noticia de que nuestro gobierno se ha marcado como línea de trabajo el uso de sistemas de código abierto. El pro secretario de la presidencia ha dicho que "es un compromiso del Gobierno tener neutralidad tecnológica y brindar al usuario la libertad de comunicarse con el Estado sin la necesidad de utilizar productos que deban ser comprados. Es una obligación darle la libertad a los ciudadanos".

A propósito del uso de software libre y formatos abiertos en el Estado, recientemente en la XII Cumbre Iberoamericana de Ministros de Administración Pública, en Argentina, se presentó el Marco Iberoamericano de Interoperabilidad por parte del Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo (CLAD). El documento -nos comentaba nuestro compañero y especialista en estos temas, Fernando Da Rosa-, reafirma lo correcto del camino que hemos promovido para nuestra administración pública desde el año 2004, cuando se presentó aquel primer proyecto de ley. Allí se sostiene que: "Por otro lado, la interoperabilidad requiere la promoción de estándares abiertos y del software libre, de cara a garantizar la seguridad y la sostenibilidad del Gobierno electrónico en el futuro. Con ello se debe evitar cualquier limitación en el derecho de los ciudadanos a elegir las tecnologías que desee para relacionarse con las Administraciones Públicas. (...)"
Hoy Software Libre ya no es una expresión que "suene mal". Hace un tiempo nadie en la administración pública se hubiera atrevido a usarlo. La incertidumbre sobre el soporte técnico y el temor a violar los acuerdos de propiedad intelectual desalentaban su uso. Eso ha cambiado: el Software Libre está apareciendo en todas partes, tanto en productos de consumo, en bases de datos, en software de negocio, en juegos y como componente de servicios ofrecidos por Internet.

Y en nuestro país, al compromiso del pro-secretario de la Presidencia se suma la realidad del uso de Software Libre en el 99% de las laptop del CEIBAL; en la Junta Departamental de San José, que fue el primer organismo que paso a Software Libre; la Intendencia de Paysandú, la Biblioteca del Poder Legislativo, algunas oficinas de la IMM y algunas del poder judicial. Esto nos lleva a afirmar, que si bien aún falta mucho, vamos por el buen camino.