Porque ése es el objetivo tan sencillo como apetecible- de la
presente suma de amigos, que invita a utilizar intensivamente el mejor recurso
renovable del cual disponemos los seres humanos: el entusiasmo. Ahora y en el
dosmil30.
Un entusiasmo abierto a reflexiones procedentes de las más diversas
inteligencias. Necesariamente teñidas de especializaciones profesionales
o laborales, pero predispuestas todas a escuchar y ser escuchadas. Y a formular
propuestas.
Con un único compromiso previo compartido: pensar en el por-venir, no
en el pasado. Cuando sea imprescindible recurrir a la historia, habrá
que ejercitarla como trampolín al futuro; nunca como semillero de nostalgias.
Si hoy en día es pertinente el axioma ''Un mundo mejor es posible'',
cómo no vamos a sostener, convencidamente, que ''Un Uruguay mejor
es posible''. La coyuntura geográfica y política regional
contribuye a avalar este convencimiento.
Cada uno de los lectores puede confeccionar su propia lista para describir
en qué consiste un país mejor. Yo me animo a sintetizar todos
los deseos en uno solo: que los uruguayos podamos recuperar nuestra vocación
de grandeza La que nos destacó en 1815 1950; la que sigue latente en
lo más íntimo de nuestro espíritu, cual brasa de trasfoguero. |