Contenido creado por Jorge Luis Costigliolo
Política

Pero blanco, bien blanco

LANZARON UNIDAD NACIONAL

Luis Alberto Lacalle y Francisco Gallinal lanzaron "Unidad Nacional", la alianza que llevará al ex presidente a disputar la candidatura por el Partido Blanco. Ambos líderes criticaron al gobierno, al que acusaron de "improvisado" y de "no creer en las instituciones."

14.07.2008

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2008-07-14T21:58:00-03:00
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Montevideo Portal

En la sede del sector Correntada Wilsonista, el precandidato nacionalista Luis Alberto Lacalle y el senador Francisco Gallinal oficializaron el lanzamiento de "Unidad Nacional", coalición de cara a las internas del Partido Blanco, y que reúne a wilsonistas y herreristas.

En el acto de lanzamiento estuvieron presentes destacadas figuras del nacionalismo, entre los que se encontraban el ex intendente de Maldonado y actual senador Enrique Antía, Luis Alberto Heber, Gustavo Borsari, el intendente de Lavalleja, Herman Vergara, Gustavo Penadés y el politólogo Romeo Pérez Antón.

Flanqueando a los líderes Lacalle y Gallinal, estaban el músico Roberto Montenegro y el periodista Ruben Loza Aguerrebere, cuya presencia sirvió a los políticos para trazar los principales lineamientos de sus discursos, centrados en la libertad de pensamiento y opinión, y en la comparación del gobierno nacionalista con una afinada orquesta.

Ante un auditorio compuesto por gente de mediana edad, Gallinal dijo que el Partido Nacional tiene que volver a ser gobierno "para no vivir en el reino de la improvisación permanente y no caer en el doble discurso, que es la causa de que la esperanza y la ilusión sufrieran un golpe muy duro".

En opinión de Gallinal, "la madre de todas las batallas es la de la cultura y la de la Educación", y adelantó que los nacionalistas "librarán esta batalla desde el 1º de marzo de 2010".

Las palabras de Lacalle

El ex presidente y precandidato nacionalista Luis Alberto Lacalle cerró la oratoria con un discurso de encendidas críticas al Frente Amplio y al gobierno de Tabaré Vázquez.

Comenzó su alocución quitando trascendencia a la alianza que los herreristas, encabezados por el propio Lacalle, urdieron con los wilsonistas, y que fue criticada desde sus propias filas, concretamente por el intendente de San José, Juan Chiruchi, molesto por el lugar que le correspondería en la lista al senado.

"En el Partido Nacional todos hemos estado con todos", expresó, "y eso es un seguro de fraternidad". Para Lacalle, el trasiego permanente de dirigentes de un sector a otro del partido, garantiza que no habrá entre correligionarios "descalificaciones ni radicalismos".

Lacalle "utilizó" al músico Montenegro, para explicar que el gobierno de los blancos se parece a una orquesta, con un buen director que procure que todos los instrumentos suenen afinados.

En otro tramo de su discurso, el dirigente expresó que "el país espera y tendrá un nuevo gobierno del Partido Nacional", y alegó que el partido de Saravia "tiene vocación de representación mayoritaria". "Tras 172 años, el Partido Nacional llega más preparado que ninguno para volver a dejar un trazo, una marca honda", recalcó.

Dijo Lacalle que "hasta el año pasado se discutía sobre la conveniencia de que gobierne el Partido Nacional, y hoy se habla de la necesidad de que gobierne el Partido Nacional, ante lo que escuchamos y vemos azorados que ocurre en el país, todos saben lo necesario que es que gobierne el Partido Nacional", frase que arrancó la ovación de los presentes.

El ex presidente continuó señalando que "azorados, vemos resurgir elementos negativos, perniciosos de tiempos muy pretéritos, que no nos da temor, porque miedo no tenemos, nos da preocupación".

Lacalle puntualizó las contradicciones que existen en el seno del gobierno y en las fuerzas que lo sostienen. Citó a la fuerza mayoritaria del partido de gobierno (en clara alusión al MPP) que "ahora pide no gravar el aguinaldo con el IRPF, cuando fueron ellos mismos los que lo votaron". También criticó la postura de la Central Obrera, de la que dijo que "parece que ni siquiera pensaran en que van contra la inteligencia de la gente".

Las críticas al gobierno arreciaron, y Lacalle estimó que "en el gobierno apostaron a que capaz que la gente aguantaba", y lo hicieron "con una frialdad jacobina". El precandidato ejemplificó con los impuestos que deben pagar los integrantes de una familia tipo, a la que le queda, luego de los gravámenes, "gran parte de su ingreso mensual hipotecado". "Ahora", continuó, "se dan cuenta de que la gente no aguantaba, sin ofrecer una disculpa". El líder blanco vaticinó que "grande será el reclamo que se hará desde la gente al gobierno".

El líder herrerista atacó también al titular de la OPP, Enrique Rubio, y a la gestión del Ministerio de Desarrollo Social. "Hay que ir muy atrás para encontrar algo como lo que dijo Enrique Rubio, de que el Plan de Emergencia tiene que convertirse en votos para el Frente Amplio", y continuó: "un ministerio que resultó ser un comité: el comité de Enrique Rubio". Lacalle dijo que, al principio, creía ver en el gobierno del Frente Amplio "el pecho de un tiempo nuevo", pero que resultaron ser "las espaldas de un tiempo viejo que se va para no volver".

Lacalle dijo que el gobierno "excluye al que le molesta", y citó las críticas a la Suprema Corte de Justicia cuando votó la inconstitucionalidad del IRPF, y defendió al Tribunal de Cuentas, al que el gobierno "castiga cuando le observa gastos". Para el candidato, "vengarse de las instituciones es no creer en ellas".

El discurso de Lacalle finalizó señalando que "la legalidad es una sola", por lo que "es necesario que gobierne Partido Nacional, que tiene la capacidad de aproximar y de conjugar a fuerzas sociales y políticas de diferente signo".


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