" /> Una oportunidad - Ricardo Piñeyrúa / Columnistas - Montevideo Portal
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Sobre el autor

Profesor de Educación Física. Analista deportivo desde 1986, Conductor y director del programa Fútbol & Cia. (ex 13ª0) en FM Del Sol, responsable de deportes de “Informe Capital” en TV Ciudad y columnista del Informativo Central de Televisión Nacional.

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Una oportunidad

24.Ago.2018

"Los jugadores que jueguen y los dirigentes que dirijan" era el argumento contundente que esgrimían en su momento los dirigentes y periodistas que se oponían firmemente a la huelga de jugadores del 92, provocada por la suspensión de Bazañez y la influencia que ganaban en nuestro fútbol Francisco Casal y los llamados "Italianos" que no eran otros que los uruguayos que jugaban en el exterior.

Con el paso del tiempo, asociado con varios de aquellos "Italianos" Casal adquirió los derechos de televisión del fútbol, es decir, finalmente los jugadores impusieron condiciones y codirigieron y muchos se guardaron su frase opositora, para sumarse al proyecto Tenfield y pasar a ser sus caras visibles y principales defensores.

Más allá de ser una anécdota en época de nostalgias, es una repetición de la historia, casi Hegeliana, y aunque los protagonistas son otros, las acusaciones son casi las mismas, con alguna exageración como denominar Gregorio Alvarez al futuro interventor o llamar golpistas a los jugadores y árbitros que pidieron la intervención.

Aquellos jugadores de ayer acusan a estos jugadores de hoy, apoyados por algunos periodistas que toman partido por su patronal, mientras que al igual que en aquella época, los dirigentes dudan el camino a tomar.

Sé que es una lucha de intereses, disculpen que ponga algo obvio, siempre es por intereses, todos los conflictos del tipo que sea son por intereses, la discusión debería ser la ética de esos intereses.

Y no estamos discutiendo eso, en vez de aceptar que hay que cambiar para adaptarnos al mundo del que somos parte y mayor equidad entre los protagonistas, tratamos de destruir a los que promueven esos cambios y frenar lo que se viene que es inevitable.

No me declaro amante de FIFA ni mucho menos, sé la imposición y la prepotencia de los poderes centrales, de la falta de consideración con los débiles, pero también sé que en nuestro fútbol se replican esas contradicciones; hay empresarios millonarios, que se llevan juveniles todos los días empobreciendo a los clubes y jugadores que ganan 40 mil pesos cuando les pueden pagar, en un mundo donde el fútbol da cada vez más plata.

Entonces, la discusión debería ser si esos intereses que defienden los jugadores de hoy, los árbitros y también algunos dirigentes, no son los intereses éticamente correctos.

Quizás, en vez de ver la intervención como un mazazo, un atentado a una supuesta soberanía, debería verse como una oportunidad de cambiar o empezar el cambio necesario para mejorar algo que todos queremos. Es nuestra gente la que sufre y goza con el fútbol, eso que es parte de nosotros y de nuestra forma de ser y todo lo que signifique mejorarlo debería ser al menos analizado.



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