El juez uruguayo Pedro Salazar enviará a Chile las balas que causaron la muerte en 1995 del químico y ex agente secreto chileno Eugenio Berríos para que sean analizadas.
El magistrado pretende que el laboratorio de la Policía Civil de Chile "determine, si puede, el origen o procedencia de las balas, y a partir de ello, todo otro elemento útil", según un comunicado de prensa.
Salazar, a petición de la fiscal Nancy Hagopian, archivó esta semana el expediente por entender que no hay pruebas suficientes que impliquen a militares uruguayos en el asesinato.
Sin embargo, el magistrado en su fallo deja constancia que tiene "discordancias" con la fiscal.
En los últimos meses Salazar citó a declarar a varios militares uruguayos, en actividad y retirados, que ocupaban cargos jerárquicos cuando ocurrió la desaparición de Berríos.
Además, dispuso un estudio de las armas de algunos de ellos para cotejarlas con las balas encontradas en el cadáver de Berríos, con resultado negativo.
Berríos fue un agente de la desaparecida Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) de Chile que ingresó clandestinamente a Uruguay en 1991, supuestamente en una operación conjunta de militares de ambos países para evitar que declarase ante la justicia chilena.
En abril de 1995 el cadáver de Berríos, con dos disparos en la cabeza, fue encontrado en la playa de El Pinar, a unos 25 kilómetros de Montevideo.
En forma paralela a la investigación local, la justicia uruguaya recibió un pedido de extradición de Chile de los coroneles uruguayos Eduardo Radaelli y Washington Sarli, y el coronel retirado Tomas Casella, por su posible participación en el asesinato de Berríos.
El juez uruguayo Gustavo Mirabal concedió en septiembre del 2004 el pedido de extradición a Chile y posteriormente el fallo fue ratificado por un Tribunal de Apelaciones.
El abogado de los tres militares presentó un recurso frente a la Suprema Corte de Justicia, que actualmente está en estudio de los ministros que la integran.
La familia del ex presidente chileno Eduardo Frei tiene la sospecha de que Berríos, considerado el creador del gas sarín, que mata sin dejar rastro, estuvo involucrado en la muerte del ex jefe de Estado.
En Chile fueron procesados como autores del secuestro y homicidio de Berríos los entonces mayores del Ejército Arturo Silva Valdés y Jaime Torres Gacitúa y, por obstrucción a la justicia y por asociación ilícita los generales retirados Hernán Ramírez Rurange y Eugenio Covarrubias, ambos antiguos jefes de la Dirección de Inteligencia del Ejército.
