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Entrevista a Joey Santiago

"Volvimos y lo hicimos, ¿sabés? ¿No te gusta? ¿Qué le voy a hacer?, contó a Montevideo Portal Joey Santiago, guitarrista de los Pixies.

19.03.2014 14:01

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2014-03-19T14:01:00-03:00
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Por Martín Otheguy

Joey Santiago está obsesionado con el mate. Los recuerdos que guarda de la anterior presentación de Pixies en Montevideo se reducen al miedo que le dio volar en "un pequeño avión" sobre el Río de la Plata, la amabilidad de la gente, una imagen borrosa de la "playa preciosa" frente al Teatro de Verano y la ubicuidad del mate en territorio uruguayo. "Quiero conseguir esas cosas donde la gente toma té, con lo que parece como una pipa. ¿Cómo consigo uno? ¿Qué gusto tiene?", pregunta.

Cuando los Pixies brindaron su emotivo concierto montevideano en octubre del 2010, Joey Santiago luchaba con el jetlag y todavía estaba un poco desorientado, lo que explica su serie de recuerdos fragmentados en los que el mate de la rambla flota como la única constante. "Ahora definitivamente quiero explorar, quiero conocer más, porque la última vez llegamos y nos fuimos casi enseguida", aclara el guitarrista filipino a Montevideo Portal.

Muchas cosas cambiaron para los Pixies en estos cuatro años. En el 2010 llegaron a Uruguay para perpetuar la sombra de su pasado mágico y cobrar los réditos de los diez años de ruptura, período en el que pasaron de ser el mayor y más reverenciado mito de la etiqueta "alternativa" a convertirse con justicia en una banda masiva. En los últimos tiempos, perdieron a su miembro más carismático y popular (la bajista Kim Deal), echaron a su breve reemplazo Kim Shattuck (tras saltar entusiasmada entre el público en un concierto y recibir luego un frío "Los Pixies no hacen eso") y finalmente dieron a conocer un puñado de esperadísimas nuevas canciones.

Después del legado perfecto que constituye la discografía insuperable de los Pixies, llena de canciones removedoras, deformes y hermosas al mismo tiempo, la reciente edición de EP-1 y EP-2 (se espera un tercer EP en abril) fue recibida con el mismo grado de ansiedad que de inquietud entre los fanáticos y los críticos. La banda de Frank Black (o Black Francis) se enfrentó por primera vez a unas cuantas reseñas hostiles (el sitio Pitchfork llegó a calificar con un 1/10 a EP-1) que revelan más sobre la grandeza intocable de la banda y el peso de la nostalgia que sobre la calidad misma de las nuevas canciones.

A casi 30 años de los comienzos de los Pixies, sin embargo, la guitarra de Joey Santiago no ha cambiado. Sigue sin domesticar, sufriendo los embates impiadosos de un tipo realmente original, que puede transmitir más sentimiento en un par de notas lastimadas que décadas de onanismo instrumental en el mundo del rock.

Además de grabar nueva música con los Pixies, Santiago -que durante un tiempo se ganó la vida componiendo bandas sonoras para el cine- ocupa sus días con su primera experiencia en la actuación. Será uno de los protagonistas de The Bridge, una película dirigida por Bobby Field que tiene entre su elenco a miembros de Ministry, Def Leppard y Thin Lizzy.

El 1º de abril Pixies desembarcan una vez más en el Teatro de Verano para dar vida a la primera fecha del festival Rock and Fall junto a Vampire Weekend, Johnny Marr y Hermanos Láser. En entrevista con Montevideo Portal, Joey Santiago habla sobre las críticas, los cambios en el grupo, sus nuevos proyectos y la imposibilidad de hacer sentir bien a todo el mundo.

¿Te sorprendió el fanatismo por los Pixies que había aquí?

Sí, fue increíble. Era la primera vez en Sudamérica y si uno lo piensa es raro que nunca hubiéramos ido. Aunque al usar las las redes sociales, sobre todo Twitter, vimos que teníamos mucha gente rogando que fuéramos para allí, así que en cierta forma esperaba que fuera de ese modo. La respuesta fue increíble por parte de la gente, fue un fanatismo rabioso.

Los Pixies se transformaron en una banda masiva después de su ruptura a principios de los '90, ¿fuiste consciente de ese cambio a lo largo de los años?

No realmente. Nosotros nos separamos en lo más alto de nuestra carrera y creo que todavía estábamos subiendo. Se sintió como inconcluso para mí, creo que teníamos al menos un álbum más por sacar, o quizá dos. En este momento yo sé que somos capaces de grabar más porque nos estamos divirtiendo en el estudio. Pero en esa época estábamos preparados para pasar a un siguiente nivel de masividad, acabábamos de abrir shows para U2 cuando nos separamos.

Están grabando nuevas canciones ahora. ¿El proceso es similar al de 25 años atrás?

El proceso en realidad no ha cambiado. Todavía hacemos los demos de la forma en que lo hacíamos antes, los mostramos y vamos al estudio bastante preparados. En lo que es un poco diferente es en que Charles (Charles Thompson, más conocido como Frank Black) escribía antes al menos tres canciones nuevas mientras estábamos en el estudio, canciones que no habían pasado por el proceso de demos y que salían de la inspiración. No hemos hecho eso.

¿Por qué?

Creo que nos volvimos más cómodos, más relajados. Pienso que luego de que Kim se fue, tuvimos un proceso de duelo y aceptamos la distinta clase de atmósfera que quedó. Teníamos que probarnos que podíamos hacerlo, sólo nosotros tres.

Los Pixies nunca tuvieron críticas negativas hasta ahora. ¿Te dolió leer algunas de las reseñas bastante feroces de los recientes EPs?

No me afecta. Vamos a grabar un nuevo álbum en algún punto, por lo que para mí esa información es bastante inútil. Bueno, volvimos y lo hicimos, ¿sabés? ¿No te gusta? ¿Qué le voy a hacer? No me siento herido. Y no voy a hacer nada distinto, no podemos hacer nada distinto. Esta es la forma en que somos. Y además esa es una postal de nosotros del momento en que grabábamos las canciones, es sólo un proceso, y pasaremos por otro proceso que sonará de otra forma la próxima vez. Creo que el consenso para la próxima es que realmente vamos a impactar fuerte.

¿Por qué creés que se dieron esas reseñas negativas? ¿En nombre de la nostalgia?

Exactamente. Sentí que algunos de los críticos, y especialmente los fans, ya habían tomado la decisión de que no les gustaba antes de escuchar, y eso está vinculado con la nostalgia. Estaban diciendo "no quiero que hagan otro álbum, eran tan perfectos" y habían prejuzgado. La mitad de su mente ya estaba decidida a no aceptarlo.

Y en tu opinión, ¿las nuevas canciones están a la altura de las viejas?

Bueno, no sé, creo que depende de los estándares. Sí suena un poco diferente, debo admitirlo, pero nos desarrollamos mucho desde Come on Pilgrim o Surfer Rosa a Trompe le Monde, y todos esos álbumes fueron reverenciados y crecieron. Simplemente empezamos a ser más sofisticados. Ahora, ¿cuál es el siguiente paso para nosotros? No lo sé. Sí tenemos un poco de feedback de los fanáticos, sabemos que les gusta "Blue eyed hexe" (del EP-1), "What goes boom" (EP-2), por lo que podríamos partir de ahí para el próximo álbum, pero también les gusta "Magdalena" (EP-2), por lo que va a ser bastante variado, supongo.



Gigantic

La partida de Kim Deal, cuyas líneas sólidas de bajo y voz engañosamente dulce son parte inconfundible del sello Pixies, ocurrió de la forma anodina y desprovista de dramatismo a la que está acostumbrada una de las bandas más introvertidas del rock. Tres de los integrantes de Pixies estaban sentados en una cafetería en Gales -donde estaban grabando- cuando Kim Deal llegó y anunció "Me voy a casa mañana". Se tomó el avión y los demás miembros no volvieron a verla.

Los Pixies no saben ni siquiera sus motivos, aunque Frank Black le dijo a The Guardian que Kim Deal era reticente a grabar un nuevo disco y "no estaba feliz, ya sea con la situación o su vida".

¿Cambió algo emocionalmente en la banda la partida de Kim Deal?

Durante un tiempo sí, pero cuando empezamos a grabar sólo estábamos concentrados en eso. Pasamos por ese período de duelo en el que no sabíamos qué hacer pero después levantamos la cabeza y esos sentimientos se fueron. Haciendo giras definitivamente se fue esa sensación, tenemos otras cosas en mente. Estamos pendientes de tocar, de la hora del show; ese tipo de cosas son las únicas que nos preocupan.

¿Pero recordás que ella pareciera infeliz en el grupo?

No, siempre se mostró feliz. Le encantaba tocar en vivo y disfrutaba estar alojada en hoteles sofisticados. Al menos eso me parecía a mí, pero si uno lo piensa bien era la única mujer entre nosotros, tenía una compañera con ella en las giras, que la ayudaba, lo que le sirvió durante un tiempo, pero supongo que eso fue una pista de que estaba necesitando mayor cantidad de estrógeno alrededor de ella.

La nueva bajista, Paz Lenchantin, parece llevarse bien con el grupo. ¿Qué es lo que falló con el primer reemplazo de Kim Deal, Kim Shattuck?

No es la culpa de nadie, simplemente no éramos compatibles, es todo lo que puedo decir. Cualquier razón que a la gente se le pueda ocurrir para explicar por qué una banda busca cambiar a su bajista, probablemente es cierta, cualquiera de ellas. No quiero mencionarlas, pero son todas ciertas. Cualquiera sea la suposición, es una suposición verdadera.

¿Cuál va a ser tu rol en la película The Bridge?

Estoy entusiasmado con eso. Mi personaje es un bajista que se une a otra banda. Básicamente todos en el grupo dejan al cantante y yo también, me voy a tocar a otro lado. En fin, voy a hacer un intento con la actuación. Yo solía hacer bandas sonoras para películas, pero cuando me toque ver el filme va a ser muy distinto porque será sin música, con un elemento mucho más crudo en la actuación, y en realidad la música es muy importante en ella. Sería lindo que mis escenas no fueran tapadas por las canciones, no quiero ninguna ayuda del compositor (risas). A veces ese es nuestro trabajo, arreglar las performances. Pero mi filosofía en estos días es "sí, sí, sí", de eso se trata el camino. Los callejones sin salida son muy raros, yo prefiero la autopista.

Por Martín Otheguy