Contenido creado por Belén Fourment
Entrevistas
Héroes vivos

Con los realizadores de "Maracaná"

El Mundial de 1950 fue mucho más que Maracanazo, y los realizadores Sebastián Bednarik y Andrés Varela decidieron demostrarlo en “Maracaná”. Con ellos dialogó Montevideo Portal, para averiguar detalles técnicos, curiosidades del mito y para conocer, además de la hazaña, la historia de la tragedia brasileña y el poder.

15.02.2014 15:20

Lectura: 12'

2014-02-15T15:20:00-03:00
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"El 16 de julio de 1950 en el estadio Maracaná se llevó a cabo una extraordinaria hazaña, deportiva y humana. Once hombres, once uruguayos, vencieron todos los pronósticos en la final del Campeonato Mundial de Fútbol derrotando al exclusivo equipo brasileño. Este suceso marcaría la vida social y política de ambos países hasta nuestros días".

La storyline de "Maracaná: la película" es clarísima. Además, quienes hayan leído ya el libro de Atilio Garrido, "Maracaná, la historia secreta", podrán hacerse una idea de este documental que se estrenará el próximo 12 de marzo y que está basado en esta obra. Pero basta ver los tres minutos de trailer para encontrar las diferencias: la piel se eriza, la emoción aflora, y las ganas están ahí. ¿Pero cómo contarle al mundo una historia que ya conoce? Ese desafío lo aceptaron Sebastián Bednarik y Andrés Varela, que dialogaron con Montevideo Portal al respecto.

La voluntad está

"Maracaná" comenzó a formarse hace tres años. Atilio Garrido, con el libro casi pronto, los llamó, se los leyó prácticamente entero, y les dejó un bichito picando. Bednarik y Varela, que en sus espaldas ya tenían "Mundialito", se habían sumergido en el mundo de la selección y algo había quedado dentro de ellos que les indicaba que había una historia que explotar. Sólo surgía una duda: ¿con qué se hacía? A 60 años de jugada aquella Copa del Mundo, conseguir material suficiente para hacer una película podía ser un enorme dolor de cabeza.

Pero bastó investigar un poco para terminar de convencerse que había que arriesgarse. Ahora, agotados, dialogan con Montevideo Portal acerca del producto más logrado que han hecho en la historia de Coral Cine, madre también de "La Matiné" y "Cachila".

"El primer copión tenía un 50 por ciento de carteles de cosas que teníamos que encontrar, que suponíamos que existían pero no las teníamos ni las habíamos visto", recuerda Sebastián. "Y eso se está rellenando hasta el día de hoy". Pero la clave estuvo en encontrar un material que se creía extinto (el archivo en el que estaba en Brasil se quemó en la década de 1960), que apareció casi mágicamente en Cinemateca: siete latas de 10 minutos cada una, en 35 mm, con imágenes de todos los partidos de Uruguay en la competencia. "Además apareció un material de un ex árbitro, Nobel Valentini, que era una especie de Gorzy de los 50 que los seguía a ellos con una cámara de 16 mm, y eso compone gran parte de la película", agrega.

Claro que parte de esos registros, considerando las diferencias con la actualidad, tuvieron que ser restaurados por ser de baja calidad: así fue que hubo que lavarlos, literalmente; luego se los escaneó en un laboratorio argentino y se los digitalizó en full HD, y finalmente se realizó el trabajo minucioso de sacar ruidos e imperfecciones de la cinta, para hacerlos lucir.

Antes de conseguir todos esos archivos, la dupla ya había definido, partiendo de la investigación, "que la película tenía una voz, que es un poco la fijación que tiene Sebastián: la película te habla", señala Andrés entre risas. "Es parte de sus delirios; él te empieza a decir que la película te habla y vos empezás a construir en base a esas imágenes que van corriendo, ¿y qué elegís para poner ahí? 'Mundialito' es una película que tenía mucha cabeza parlante; esta película no. Las tiene en muy pocos momentos. Pongo como ejemplo a la mujer de Julio Pérez, que cuenta que él le prometió casamiento si ganaban la final de la Copa del Mundo. Entonces la tenemos narrando cómo tejía mientras escuchaba la final, pensando en todo".

Así, son pocos los personajes que aparecen hablándole a la cámara, porque le dieron prioridad a que lo que se escucharan fueran las voces de los protagonistas. "Se hizo una recopilación de entrevistas de ellos entre el 50 y nuestros días, para que vos fueras, mientras ves las imágenes, escuchando la narración de estos hombres que vivieron esas situaciones". Además, claro, están las voces en off de los historiadores e investigadores brasileños Boris Fausto y Joao Máximo, y de los uruguayos Gerardo Caetano, Eduardo Galeano y el propio Garrido.

Lo otro que se oye en el film es la música, que combina algunas originales, hechas por Santiago Bednarik y Hernán González, con obras de Eduardo Fabini, Abel Carlevaro, Antonio Vivaldi, Rosita De Melo y con el vals 'Desde el alma', dependiendo del clima que se busque crear.

De fútbol y otras historias

Bednarik asegura que tanto él como Andrés Varela son futboleros "medianamente", pero en las dos producciones realizadas vinculadas a este deporte "no es tanto el fútbol lo que nos atrae sino el potencial cinematográfico que tenían esas historias. 'Mundialito' por combinar fútbol y política, y 'Maracaná' por tener toda esa historia humana que es casi como un western, en donde los tipos están constantemente superando adversidades. Está como guionado".

Igualmente, entienden que esta película es la que más elementos de ficción tiene, porque "es una reconstrucción de época hecha con los recursos que la podés hacer en Uruguay. Sería imposible, hoy por hoy, hacer una reconstrucción ficcionada de esta historia. Además todos los archivos que encontramos fueron rodados con una sensibilidad bastante cinematográfica porque ni siquiera existía la televisión. La parte más documental son los testimonios de ellos -que en los 75 minutos están reducidos a cinco".

Rápidamente, Andrés aclara que "la película que nosotros proponemos no está destinada a desmitificar a determinados héroes", porque entienden que efectivamente existieron: el problema son las lecturas posteriores. "Son personajes muy importantes, con grandes dimensiones, pero justamente porque son héroes al estilo tragedia griega, que tienen bien y que tienen mal, y eso va mucho más allá que el discurso repetitivo que se puede haber generado a nivel colectivo. Eso es la realidad, lo que ellos consiguieron concretamente en ese momento de la historia y de dónde venían, teniendo en cuenta que era una selección representante de la clase obrera, que hoy no es la realidad de ningún jugador de fútbol de la clase profesional". Eso trae a colación el hashtag que han usado en las redes sociales para promover la película, #CambiaLaHistoria, "que en realidad es 'conocé la historia'. Y de ahí vos elaborá tus propias conclusiones".

La diferencia de "Maracaná" es que no se centra puntualmente en el Maracanazo, sino que relata todo el proceso, desde 1948 hasta dos años después, recordando también lo que había pasado durante los 20 años anteriores, con un campeonato ganado por Uruguay, dos Mundiales fascistas y otros dos suspendidos a causa de la Segunda Guerra Mundial.

Y eso también los obliga a sentirse bajo constante presión, porque como bien explica Sebastián, "en una película no podés contar todo porque te queda cualquier cosa. Entonces el camino y el punto de vista que elegimos, seguramente despierte reclamos de 'esto no está', o 'esto no fue así exactamente', porque entre los mismos protagonistas hay varias versiones de un mismo hecho".

Una de esas cosas que decidieron mostrar es la historia detrás de la selección brasileña, que arrancó el periplo de 1950 con la presión de escuchar al prefecto de Río de Janeiro decirles "les construí un estadio, ahora ustedes tienen que salir campeones del mundo". "Si te dicen eso a vos, con 20 y pico de años, en el medio del estadio con 200 mil personas, ¿qué podés pretender de la vida?", se pregunta Andrés, que comenta que "además era año de elecciones presidenciales y los tipos, la mañana anterior a jugar la final, no pudieron ni almorzar porque los sacaban para sacarse fotos con los presidenciables".

Durante la investigación, que los hizo desembarcar en Brasil, donde los trataron de maravillas, descubrieron una cara desconocida de aquella selección. "No es que por vanidad salían en los diarios sintiéndose campeones: a los tipos, el poder los hizo campeones. Y ellos después tuvieron sobre sus espaldas la mochila de tener que ir a jugar una final con la obligación de tener que ser campeones. Y la sociedad los tomó de rehenes", lo resume Andrés, que recuerda que, por ejemplo, al arquero Barbosa le prohibían entrar a las concentraciones de la selección por creerlo yeta, o que cuando él llegaba a un restaurante, mucha gente se paraba y se iba.

Aun así, le da la derecha a los norteños: "los tipos son cinco veces campeones del mundo a partir de 1958. Hicieron una lectura muy provechosa del fracaso, que nosotros no sé si elaboramos tan bien esa victoria. Porque siempre las victorias te dejan mucho menos que los fracasos; aprendés mucho más cuando te rompés la jeta que cuando te va bien. Realmente elaboraron ese fracaso de una manera que les dio muchos éxitos, y nosotros nos quedamos festejando infinitamente".

Y otra de esas facetas diferentes que también aparecerá en "Maracaná" es la relación de la huelga de jugadores que inició en nuestro país en 1948 y terminó al año siguiente, con este equipo que disputó el Mundial. Sebastián relata los detalles: los jugadores reclamaban condiciones, porque a los clubes los unía un vínculo casi esclavista; eso hizo que el proceso de preparación para la Copa fuera muy corto y que no se designara a un entrenador sino hasta un mes antes de partir; y que el plantel tuviera que limar asperezas y aceptar a Matías González, quien los había "carnereado" durante la huelga, porque era el mejor hombre para un puesto.

Los pasos finales

Sin saber la suerte que tendría Uruguay, el estreno fue planificado para el año mundialista. "Tendríamos que haberla terminado en noviembre, diciembre; la película nos mandoneó. No fue esa cosa de que uno la domina, porque si vos tenés tres años de estrategia, llegás en diciembre y estás pronto para hacer un estreno", lamenta Andrés, que explica que "si bien tenés la estrategia comercial y no sos ningún negado, se termina priorizando lo que hiciste durante tres años. Vos querés que esté redonda, querés que sea lo que tiene que ser. Eso a veces a la gente le cuesta entenderlo, porque piensa que vos hacés el laburo en dos meses y caes en paracaídas como un oportunista porque se viene el Mundial, y sacamos esto aunque sea en casette TDK. Pero la realidad es que a vos te insume un tiempo en tu vida diaria que vale demasiado como para que el resultado final no te satisfaga por completo". Para suerte de ambos, la satisfacción está asegurada.

El estreno será el 12 de marzo, y llegará a las salas del país el 27 de ese mes. Pero debutará en el Estadio Centenario, una idea que les encantó pero que les exigió un trabajo extra. De hecho, la proyección se hará en una pantalla que se está haciendo en Alemania, de 22 metros por 11, para que desde una punta de la Tribuna América hasta la otra se pueda apreciar bien. "Es una sala de aire libre para 10 mil personas, nada menos", dice Sebastián, que además cuenta que esa misma noche habrá una exposición de material fotográfico inédito, que no pudo ser incluido en la película. Paralelo al estreno en salas, previsto para el 27, la plataforma Efecto Cine, también de la productora Coral, llevará la película desde Artigas hacia el sur, por todos los departamentos que no tienen cine.

El estreno lo esperan con ansias para conocer el resultado, el efecto que provocará en el espectador. Ellos están más que satisfechos. "Supera las expectativas que tenía desde el inicio. Creo que se lograron muchísimos objetivos, que hubo muchísimo trabajo detrás de la película, y sin duda que para mí, en mi vida, esta película ha marcado un mojón importante", reconoce Andrés. Sebastián, por su parte, afirma que es "la película más redonda, más lograda de Coral", extendiendo el mérito a todo el equipo, que también integran Santiago Bednarik, Guzmán García y varias personas más. "Siento las ventajas de la experiencia, en ese sentido".

A pesar de que hace años que trabajan juntos, en terrenos definidos y metiéndose en el del otro, es la primera vez que Bednarik y Varela son codirectores. Eso no hizo que cambiara la relación ente ambos, aseguran. El primero admite que "nos queremos matar el 90 por ciento de las veces", y el segundo reconoce también que "tenemos una relación conflictiva naturalmente dentro del trabajo, pero lo que es muy positivo es que somos medio vigilantes del otro. Cuando uno está como tirando la chancleta el otro le cae; a veces somos medio despiadados en ese sentido. Si bien es medio locura vivir así, los conflictos nos dan energía para rearmarnos".

Mientras comparten risas y aseguran que tienen una relación casi de niños (no visible en ese momento por el cansancio que tienen, dicen), le agradecen a Analía Salinas, allí presente. "Es nuestra mamá, sin ella no podríamos existir. Nos banca, nos aguanta la cabeza". Cabeza que no para, porque a pesar de querer descansar, los proyectos están al alcance de la mano: el estreno de la segunda temporada de 'Boliches', el ciclo de Canal 10; un documental de Santiago Bednarik sobre Hugo Fatorusso; el rodaje de la segunda parte de la segunda película de Guzmán García, que sigue cambiando de nombre (la opera prima de García fue "Todavía el amor", de éxito relativo en el país pero de trascendencia importante a nivel internacional, formando parte de festivales en Ámsterdam, Toronto y demás; "un peliculón", según Andrés), y la coproducción del film brasileño "Manos de caballo". Pero seguramente, a partir de ahora su historia será antes y después de "Maracaná".

Ficha técnica:

Título: Maracaná
Dirección: Sebastián Bednarik y Andrés Varela
Basada en: "Maracaná, la historia secreta", de Atilio Garrido.
Producción: Coral Cine y Tenfield
Coproducción: Arissas Mutlimídia
Duración: 75 minutos
País: Uruguay / Brasil
Idioma: Español / Portugués
Género: Documental
Formato final: HD

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