Las imágenes de Jonathan Richman en Uruguay

Con su habitual puesta en escena minimalista, Jonathan Richman brindó ayer en La Trastienda un show de poco más de una hora que recorrió algunos temas emblemáticos de su carrera ("Pablo Picasso", "Old world", "I was dancing in the lesbian bar") hasta llegar a los temas más recientes de su discografía ("Because her beauty is raw and wild" o "¿A qué venimos sino a caer?).

Jonathan, conocido por su activismo en contra del volumen elevado en los conciertos de rock, esperó a que terminaran los teloneros Hablan por la espalda para ingresar al recinto, pese a que la banda no estuvo para nada excedida en los decibeles.

Como suele hacer en casi todos sus shows, Richman bailó, tocó y cantó fuera de micrófono, metió pastillitas en español y dejó ver esa expresión de cordero crucificado con la que agradece cada aplauso, como si se sorprendiera cada vez.

Quienes lo conocían lo disfrutaron a pleno, aunque Richman estuvo bastante medido y silencioso en comparación con la mayoría de sus shows, en los que interactúa permanentemente con un público muy activo. Quienes no sabían nada de él se mostraron perplejos ante sus muestras extravagantes de comportamiento, su español torpe pero encantador y sus largas improvisaciones de fraseos de guitarra, desarmando la estructura usual de sus canciones.

Al final, sin embargo, todos lo aplaudieron durante un largo rato en espera de un bis que no llegó. Jonathan se fue igual que como arribó: con la guitarra en la mano y casi desapercibido entre la gente. Los dejamos con una fotogalería del show.