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Una luz que se enciende

Una de cada tres especies está amenazada en Uruguay: entrevista con Vida Silvestre

¿Qué ha hecho que hoy en día una de cada tres especies animales en Uruguay esté amenazada? Hablamos con Gonzalo Cortés y María Nube Szephegyi, de Vida Silvestre, sobre lo que se hace hoy en Uruguay para cambiar esta situación.

12.07.2016 12:27

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2016-07-12T12:27:00-03:00
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Por Martín Otheguy

La organización Vida Silvestre lanzó un comunicado días atrás que revela que el 30% de la fauna autóctona en Uruguay está amenazada, lo que significa que el número de especies que están corriendo riesgo en nuestro país supera las 350. La pérdida de hábitat es la principal amenaza, junto con la caza, el comercio ilegal y la invasión de especies exóticas, aclara el informe.

El estudio fue hecho en colaboración entre MVOTMA, el MEC y otras organizaciones a nivel nacional. Las cifras son reveladas en el documento Especies prioritarias para la conservación en Uruguay, que se puede leer y descargar al final de esta nota.

Sobre los resultados del informe, los riesgos que enfrenta la fauna en Uruguay y el porqué de estas cifras, Montevideo Portal conversó con dos de los integrantes de Vida Silvestre, María Nube Szephegyi y Gonzalo Cortés.

Naciones Unidas y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) declararon el 2016 como un año para trabajar en temas vinculados a la fauna, situación que aprovechó Vida Silvestre para concienciar sobre la situación de las especies en Uruguay.

Según explicaron Gonzalo y María Nube, el informe evalúa distintos grupos, tratando de identificar las especies prioritarias para la conservación y aquellas que están amenazadas, tomando como base criterios similares a los que usa la UICN -de la que Vida Silvestre es parte- en su lista.

En Uruguay, los mamíferos y los moluscos son los más complicados entre las especies amenazadas. Aunque los mamíferos son mucho más conocidos para la población en general, especialistas trabajan para recabar información sobre la situación de los moluscos dulceacuícolas, que enfrentan problemas de contaminación en su hábitat.

"La principal amenaza para los animales es la pérdida de hábitat. En ese sentido hay distintas formas en las que se da esa pérdida, algunas más drásticas que otras, como la sustitución total de un hábitat nativo por cultivos agrícolas o forestación. En los últimos años ello hizo que se reduzcan notoriamente los pastizales, que son los ambientes más fácilmente sustituibles y con menos protección a nivel legal", explicó Cortés, que agrega el dato de que los bosques también se han reducido en los últimos años. Pero además de la pérdida de hábitat por la expansión de los usos agrícolas, hay también degradación.

"El hábitat es un concepto asociado a la especie, y por más que el ambiente siga estando, si esa especie tiene determinados requerimientos -como pasa con algunas aves que necesitan semillas de pastos altos- si esos pastos desaparecen por más que el pastizal sea nativo también se produce la pérdida de hábitat", aclaró.

Cuestión de equilibrio

¿Qué es lo que se puede hacer en un país que cambió su modelo a la agricultura intensiva, responsable en buena parte de la pérdida de hábitat de los animales?

Vida Silvestre intenta trabajar a nivel de ecosistemas, "entendiendo los ecosistemas y su salud como un elemento central para tener un desarrollo humano sostenible". En un contexto como el de Uruguay, se busca promover formas de compatibilizar la conservación de la biodiversidad con la producción, explicaron los especialistas.

Por ejemplo, lo hacen con un programa de refugios que intentan promover la conservación en tierras privadas buscando la compatibilidad con los sistemas productivos. "Los sistemas ganaderos son los más apropiados porque con un adecuado manejo del ganado, las cargas ganaderas y los tiempos de pastoreo se pueden sostener los ecosistemas nativos, en contraposición con otros formas de producción que hacen sustitución de cobertura vegetal", explicó Gonzalo.

Este cambio de mentalidad es un proceso necesario, porque según Vida Silvestre la solución que se ha buscado hasta ahora, que es la de "encontrar áreas protegidas que se cierren a la gente y conserven a la naturaleza intocada, no ha funcionado en general porque tiende a generar conflicto con la población". "Promover un vínculo adecuado entre el ser humano y los ecosistemas es la forma de lograr que las cosas no sean soluciones para hoy y problemas para mañana, que haya un cambio en el vínculo entre la naturaleza y el ser humano", opinaron María Nube y Gonzalo.

En los refugios de Vida Silvestre se busca justamente entender cuáles son los principales conflictos de las personas, cómo trabajan la tierra, qué cosas pueden hacer con su producción para que amenace menos a la biodiversidad, y cómo a su vez la biodiversidad puede ayudarlos en su producción. "No es un trabajo de un día para el otro, pero lo central es la motivación de la gente a formar parte del programa y pensar el vínculo de la naturaleza de otra forma", cuentan.

Otras amenazas

Además del hábitat, la caza es un factor importante para algunas de las especies, aunque no sea tan general como la sustitución de hábitat. Es un gran problema para los mamíferos y también para algunas aves, acotan los integrantes de Vida Silvestre. Por ejemplo, con los mamíferos se genera un conflicto claro con los seres humanos, que hoy en día queda patente en la caza de zorros para evitar problemas con los animales domésticos, como las gallinas -sucede también con las aves rapaces-, y que en el pasado se reflejó en la desaparición de los grandes depredadores. A ello se le suma la cultura de caza, muy arraigada en el interior del país. En el caso de las aves, explica Cortés, el riesgo está asociado a la caza de jaula para el tráfico y comercialización de fauna.

Lo principal en estos casos "es tratar de entender las causas del conflicto y buscar estrategias para que mejore la convivencia", aclaran.

Las especies más complicadas

De acuerdo a lo que explica Szephegy, hay varias especies que por lo restringido de su hábitat están en mayores problemas que otras. En su área de estudio hay un ejemplo claro, como el de la franciscana, un delfín que habita en el Río de la Plata y que se encuentra solo en Uruguay, Argentina y Brasil, y que es una de las especies más amenazadas a nivel acuático. "La franciscana queda atrapada en las redes de pesca y tiene poca resistencia, muere enseguida. Como es una especie compartida, las franciscanas que se mueren en Argentina o Brasil también afectan a las de Uruguay", aclara.

Dentro de las aves, el cardenal amarillo tiene graves problemas porque además de la pérdida de hábitat se le suma el tráfico de fauna. "Para que una especie esté amenazada hay atributos externos, como las amenazas causadas por el hombre, pero también hay características de las especies que las hace más propensas a estar amenazadas. Aquellas que son especialistas, que viven en una sola clase de ambiente y requieren de determinados elementos para su alimentación o nidificación, son más vulnerables", dijo Cortés. Como ejemplos de ello, están el dragón, la loica pampeana y la pajonalera de pico recto.

Un ejemplo paradigmático entre los mamíferos es el venado de campo, "una especie que estaba muy distribuida a nivel nacional, en todo el país". A principios de siglo XX "había tal nivel de exportación de pieles que hoy en día está restringida a dos pequeñas poblaciones, una en Salto y otra más chica en Rocha, en la estancia de Los Ajos", dijo Gonzalo.

Los animales no conocen de límites geográficos políticos, por lo que en Vida Silvestre prefieren no limitarse a las fronteras uruguayas cuando se habla de especies amenazadas. Apuntan al cuidado del bioma Pampa, que es el que Uruguay integra e incluye especies amenazadas de Argentina y el sur de Brasil. Allí sí hay especies endémicas, como aves y anfibios, cuya supervivencia en el mundo se verá en peligro si no se toman medidas a corto y mediano plazo.

Especies Prioritarias Para La Conservación en Uruguay

Por Martín Otheguy