Contenido creado por María Noel Dominguez
Coaching de crianza

Padre nuestro

Primeros pasos como papá: construyendo una relación para toda la vida

Algunos hombres pueden sentirse ansiosos y puede ocurrir que somaticen, que coman más de lo habitual, que tengan mareos o hasta quizás tengan vómitos.

21.10.2016 09:27

Lectura: 7'

2016-10-21T09:27:00-03:00
Compartir en

Cuando llegan a tener síntomas similares a los de la mujer embarazada, se dice que padecen el Síndrome de Covada. En otros casos a los hombres les cuesta conectarse con lo que se viene y comienzan a ausentarse con más frecuencia, o quizás sigan su rutina habitual como si nada hubiese pasado.

Es necesario saber que a ellos también les cambia la vida. Tienen un nuevo rol que asumir y va a depender de la particularidad de cada uno y de lo que significa "ser padre" en su propia historia de vida, para entender y comprender lo que le está ocurriendo.

Es bueno que la pareja pueda conversar durante esos meses y afianzar las expectativas que tienen como pareja y como familia.

A partir del segundo trimestre será más fácil para el papá "sentir" al bebé ya que los movimientos serán más notorios. Al bebé le encantará oír la voz de papá y sentir su presencia, por lo que ya en esta etapa es bueno que comience a hablarle y cantarle.

Una vez que nace el bebé, el rol del padre es importante desde el comienzo, como sostén y protector del vínculo madre- hijo. El bebé recién nacido necesita inicialmente mucho a su madre, y ella a él, conformándose un vínculo de apego. El padre cumple una función fundamental en poder sostener, cuidar y facilitar para que se constituya un apego seguro entre ambos. Es bueno que pueda ocuparse de tareas de la casa, y liberar a la mamá de las mismas.

Por otra parte, sabemos que el rol del hombre ha variado mucho en cuanto al compromiso y su participación en la crianza del hijo. Cuando eran papás los que hoy son abuelos se limitaban a mirar o entretener a sus bebés por un instante, siempre y cuando el niño no estuviera fastidioso. Hoy los padres asumen responsabilidades con orgullo. Es importante poder darle al papá lugar desde el primer día: que cambie al bebé, lo haga dormir, le de la mamadera.Ya en casa puede asumir la tarea de bañarlo y hacerle unos masajes luego del baño.

Es necesario que las mamás permitan que el papá vaya construyendo una relación con el hijo, haciendo las cosas "a su manera" sabiendo que no serán exactamente las mismas que ella. Pero es la única forma en que se sientan las bases para una verdadera colaboración. Diversas investigaciones remarcan como un aspecto beneficioso para el desarrollo del niño que el papá esté presente de este modo, ofreciéndole al bebé experiencias distintas a las que le ofrece su madre. Con su tono de voz suele ser más grave, los juegos suelen ser más físicos, con mayor movimiento corporal, y todo esto va conformando y ampliando el mundo del bebé. Darle al niño la oportunidad de crecer con dos personas diferentes que lo cuiden y le den su amor será la inversión al futuro.

En lo que respecta a la pareja, puede ocurrir que te sientas raro, desplazado y/o abandonado, en un segundo plano, pues la mujer suele estar mucho consigo misma, pendiente de sus cambios y de las nuevas sensaciones que experimenta. Esto es bueno conversarlo, y saber que a cada pareja le lleva un tiempo diferente "acomodarse". Tampoco debes sentirte preocupado si demoran en retomar el vínculo sexual o si el sexo no es tan apasionado o frecuente el primer año de la llegada de un hijo.

A medida que el niño crece, aparece propiamente el rol de educador y la figura de autoridad del papá. Un tema muy controvertido en los últimos años, en que muchos papás intentan ser amigos de sus hijos y olvidan que su rol es justamente marcar un rumbo, mostrar un camino y para eso es muchas veces necesario decir NO y frustrar al hijo. Saber que una vez satisfechas las necesidades básicas del niño, lo que construye una relación no es la cantidad de cosas materiales que le brindamos, sino las conversaciones que tenemos y los juegos que compartimos. Esos momentos únicos como ir a jugar a un parque los domingos demañana, bajar a la playa a construir castillos aunque sea en otoño o primavera, leer cuentos juntos, etc.

Debemos ser conscientes de lo que implica educar, y para educar con sentido, primero debemos conocernos a nosotros mismos. Y descubrir aquello que hace nuestras vidas únicas, especiales y relevantes. Como plantea Sergio Sinay en "La sociedad de los hijos huérfanos", "...si no tienen claro cuál es el sentido de sus vidas, aquello que las hará significativas, acaso necesiten dedicarse a explorar esa cuestión antes de arrastrar a una vida nueva e indefensa en el torrente de vacío existencial."

Querer a los hijos es importante, pero no suficiente. Y además implica entender qué es el verdadero amor; que es darle al otro lo que verdaderamente necesita, y no darle placer momentáneo para que mi amor sea correspondido. Eso es egoísmo, no amor.

Convertirse en papá, es la oportunidad de replantearse qué tipo de crianza tuvimos y qué crianza queremos brindar. A veces las circunstancias nos llevan a poner excusas para explicar la ausencia o falta de responsabilidad: "A mí me educaron así, no sé hacerlo de otra manera" O "trabajo todo el día y no tengo tiempo para estar con mis hijos todo lo que quisiera". La logoterapia aporta una visión interesante sobre esta problemática. Sobre todo una visión llena de esperanza. Porque la corriente creada por Frankl considera que es el futuro el que determina nuestro presente en contraposición a la psicología predominante -a partir del psicoanálisis- que nos dice que el pasado determina nuestro futuro. Esa interpretación nos limita porque propone que como no podemos cambiar nuestro pasado, tampoco podemos determinar nuestro futuro. Sin embargo la logoterapia propone que somos lo que hacemos con todo aquello que recibimos. Es decir, a veces no podemos modificar las circunstancias, pero podemos modificar cómo actuar frente a ellas.

Uno es lo que hace con lo que hicieron de uno, por lo tanto el enojo con los propios padres tampoco es excusa para no ejercer el rol. Hay un momento que uno debe reconciliarse con uno mismo y con sus padres, saber que a su manera lo hicieron lo mejor que pudieron y determinar cómo quiere que sea su futuro y el de sus hijos. Hoy la ciencia enseña que el cambio es posible, sólo que con voluntad y esfuerzo.

Sinay también explica refiriéndose a la crianza que "transformar esa peripecia en un hecho trascendente y significativo, en un acto pleno de sentido, en una contribución a la mejora de la vida humana y planetaria, en un acontecimiento espiritual que va más allá de lo personal, es un proceso que requiere conciencia, compromiso , responsabilidad y amor."

Responsabilidad es responder. La responsabilidad se trata de una capacidad y de una actitud. El ser humano debe hacerse responsable de su propia vida. Para algunas personas puede significar la dicha de emprender el proyecto de construcción personal y familiar y para otras significará la angustia de sentirse arrojados en un mundo lleno de problemas. De cómo establezcamos la mirada, dependerá también la visión del mundo que transmitiremos a los hijos, por eso ser padre es definir nuestra mirada y transmitirla con amor, sabiendo que algún día los hijos, harán lo mismo con la suya propia.