Contenido creado por Martín Otheguy
Policiales

Dos mentes peligrosas

Para la Justicia, crimen de Odriozola "fue rapiña, aún cuando no llegó a consumarse"

Los responsables del homicidio de Susana Odriozola dieron versiones contradictorias ante la Justicia y uno de ellos intentó incluso retractarse a último momento.

24.05.2017 11:32

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2017-05-24T11:32:00-03:00
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El juez Duvi Teixidor procesó con prisión esta semana a los dos imputados por el crimen de la funcionaria judicial Susana Odriozola por un delito de "homicidio muy especialmente agravado".

De esta manera acató el pedido del fiscal Alfredo Ruiz, que consideró que nunca se manejó la hipótesis de un ajuste de cuentas y que en su criterio se trató de "un arrebato o una rapiña que salió mal".

El expediente judicial del caso revela cuáles fueron los elementos que llevaron a esta conclusión.

A las 18 horas del 19 de mayo, uno de los procesados, Pablo Cedrés, pidió prestada una moto a un conocido supuestamente para ir a comprar medicamentos. Se la devolvió dos horas y media después. Al dueño de la moto le llamó la atención que no le entregara el casco y que la chapa no estuviera colocada (estaba debajo del asiento al momento de recibirla).

Los datos fundamentales para dar con los sospechosos fueron aportados por dos adolescentes. Uno de ellos conocía a Cedrés (que iba como acompañante en la moto) y se lo cruzó a las 9 de la noche "en la esquina de los prostíbulos". Declaró que iba en la moto prestada junto a otro individuo, que manejaba. Cedrés les dijo a los dos adolescentes que no fueran al centro porque habían disparado a una mujer.

En declaraciones a la Justicia, C.F, quien conducía la moto -a quien Cedrés le pidió que manejara, lo que no le resultó extraño porque solía hacerlo cuando iban a comprar droga- aseguró que el procesado se presentó en su casa y le pidió que lo acompañara a hacer un mandado. Mientras cruzaban la calle Sarandí Cedrés le solicitó que detuviera la moto y descendió de la misma. El conductor lo vio "cinchar" con una mujer que iba sola. Sintió un grito, un disparo y quiso arrancar la moto, pero Cedrés con un "fierro" lo obligó a parar. Siguió un trecho con él y luego bajó, mientras Cedrés continuaba con el vehículo.

Declaró que Cedrés quiso tomar la cartera y la mujer se resistió, pero que cuando volvió a la moto tenía solo el arma.

Aseguró conocer a Cedrés de "toda la vida" ya que habían estado juntos en el Comcar. Cuando se bajó de la moto le dijo: "cómo vas a hacer eso, estás loco". También explicó a la Justicia que el autor del homicidio "estaba drogado".

En cuanto a las declaraciones de testigos, dos de ellos dijeron haber visto la moto circulando a contramano, que sintieron el ruido de un disparo y que luego vieron a los dos ocupantes de la moto huir.

Una compañera de Odriozola, que salió con ella del trabajo, afirmó que no estaba amenazada por su labor.

La pareja del homicida declaró que a las 23 horas, mucho después del crimen, ella y Cedrés, que estaba "muy drogado" (había tomado pastillas para dormir y cocaína "cocinada") fueron a casa de un tatuador, de donde el procesado se robó un celular. Además, negó que el procesado saliera a comprar medicamentos ya que ella los había tomado más temprano.

Cedrés, sin embargo, negó todo lo dicho por quien lo acompañaba en la moto y se contradijo varias veces. En primer señaló que no había pedido prestado el birrodado y luego admitió que sí, pero aseguró que lo usó para comprar medicamentos y lo devolvió (y que jamás sacó la chapa).

Negó haber abordado a una mujer en la calle y disparado contra ella. "Nunca dispararía a una mujer", dijo. En el careo entre los dos ocupantes de la moto, ambos mantuvieron sus declaraciones iniciales, pese a la discrepancia entre ambas historias.

Sin embargo, C.F solicitó luego hacer una nueva declaración. En ella contó que, como estaba cumpliendo medidas sustitutivas por un hurto, le habían ofrecido un "negocio" al declarar: que dijera que había sido coautor del hecho y solo iría preso un año, ya que había sido visto y "estaba implicado". En la nueva declaración, señaló que no estuvo en el lugar del hecho y que no sabía nada de la víctima. Su retractación, sin embargo, "no genera fuerza contraria en el decisor", que privilegió la declaración originaria.

Las autoridades policiales aclararon que fue el sujeto que pidió una disminución de la pena a cambio de contarles dónde se encontraba la moto en la que se cometió el delito, todo esto luego de la admisión de su participación en el hecho. "No se le ofreció nada, sólo se recibió información que prestó con intención de recibir un beneficio", aseguraron las autoridades.

La Justicia dio por "probado" que ambos iban en la moto y que fue Cedrés quien bajó del vehículo, intentó robar la cartera de Odriozola y ante su resistencia le disparó. Tanto el relato de los adolescentes que intercambiaron algunas palabras con ellos como el de los otros testigos los ubican en el lugar. También concluye que el móvil fue la rapiña, "aun cuando no llegó a consumarse".



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