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Dirigente de Defensor Sporting Club en los últimos diez años.
Fundador y Secretario General sector Asamblea Batllista.

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Brasil. Gracias Artigas

29.Oct.2018

La cercanía de las elecciones en Uruguay ha generado que el resultado en el vecino país sea analizado en ese marco. Por lo tanto carece de la objetividad necesaria.

Jair Bolsonaro reúne todas las condiciones para aterrorizar a cualquier mortal nacido bajo cielo uruguayo. Misógino, homofóbico, retrógrado. A lo anterior debe agregársele, como si no alcanzare, su evocación a los regímenes totalitarios.

Ese hombre, Jair Bolsonaro, fue electo presidente de Brasil legítimamente. El quinto país más grande del mundo, la novena economía mundial y sus doscientos millones de habitantes, serán gobernados por él.

Los motivos del pueblo brasileño para la elección de alguien de esas características no descansa de manera exclusiva en la corrupción de los gobiernos anteriores. Brasil es un país cerrado, nacionalista y con idioma distinto al resto de su región. La influencia religiosa, la falta de institucionalidad, la debilidad de los partidos políticos, son también causas de decisiones que - desde la óptica nuestra, no llegamos a comprender. El resultado pues, no tiene solo una causa.

Brasil es un país de contrastes, a la desigualdad estructural se enfrenta la alegría de su pueblo. La debilidad institucional y política desafía a una de las mejores escuelas diplomáticas del mundo: Itamaratí. Hasta podríamos sumar que siendo el país que más veces conquistó la copa mundial en fútbol, jamás lo hizo en su país. La lista de incongruencias en Brasil es larga.

La polarización imperante en Uruguay ha provocado que el Frente Amplio pretenda asociar lo sucedido en Brasil con lo que puede suceder aquí. Allí es donde demuestran su máximo desapego a los valores orientales. No es posible un Bolsonaro en Uruguay, somos países distintos.

En nuestro país, fuerte institucionalmente, no hay posibilidad para que alguien de las características del electo presidente de Brasil alcance significación política. Los cimientos republicanos comenzados por Artigas continuados por Joaquín Suárez, Varela, Batlle y Ordóñez y tantos otros, marcaron el camino.

El Frente Amplio y su desmelenada política exterior, también, nos advierte de los peligros del mantenimiento del comercio con nuestros vecinos. Parece mentira que aún no hayan comprendido que los países no tienen amigos sino intereses. Aún con una gran inestabilidad política, nada ha variado comercialmente que sea atribuible a factores externos al negocio propiamente dicho.

Cabe recordarles que China, régimen totalitario si los hay, es el principal destino de nuestras mercaderías. A Xi Jimping, su presidente, la Asamblea Nacional Popular de China le otorgó - este año - mandato indefinido. La falta de objetividad del gobierno lo lleva a estas dicotomías analíticas, a las observaciones panfletarias, perimidas en el mundo de hoy.

Preocupados en líneas generales - en particular por los ciudadanos uruguayos residentes en Brasil -  esperemos que continúen recorriendo los caminos democráticos que llevaron a Bolsonaro a la presidencia.

 Finalmente, cabe agradecer a nuestros mayores - nombrados más arriba - haber concebido, continuado y profundizado un país de la riqueza institucional del nuestro.