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Guía de viajes: Florida

25.Nov.2016

Terminamos nuestro recorrido por Florida y conocimos varios lugares que nos sorprendieron y valen la pena, aunque las distancias son un poco grandes y las rutas muchas veces no ayudan. Esta es la guía de A la Vuelta para conocer Florida.

Nosotros nos hospedamos en las cabañas del Parque Robaina. Tanto el parque, como el camping están muy lindos y las cabañas muy bien.

A unos metros está el Prado de la ciudad, ese parque que se llena cuando hace calor o hay día de playa. Es una visita obligada de los fines de semana para entender lo que significa vivir en Florida. Dentro del Prado está la piedra fundamental de nuestro país, la Piedra Alta, en donde se dice que se declaró la independencia de Uruguay.

A unos pocos kilómetros se encuentra el aeródromo, donde se reúnen muchas personas a practicar distintas disciplinas aéreas. La que recomendamos nosotros es el parapente: divertido, fácil y a precios muy accesibles. Para coordinar una volada, hay que comunicarse con Guillermo o Hernán a través de su página de Facebook; gente buena onda y que hacen lo que les apasiona.

En el corazón del departamento hay varias cosas para hacer. La primera es ir tanto la Catedral de Florida, como a San Cono. La catedral es impresionante, cuando entramos nos sorprendimos y coincidimos en que vale la pena una visita. Se puede subir al campanario, aunque no lo hicimos.

Alrededor de la catedral está la plaza de Florida, que no tiene nada particular a pesar de prestarse para unos buenos mates. 

De ahí nos fuimos a conocer la famosa capilla de San Cono. Como edificio no tiene ningún atractivo, sin embargo, su museo de ofrendas es impresionante. Hay decenas de miles de ofrendas, desde motos o vestidos de casamiento hasta camisetas de campeones mundiales del 50, cadenas de oro y demás. No da el espacio para seguir guardando lo que la gente trae y no te dan los ojos para apreciar todo lo que se guarda allí. Muy recomendable para entender lo que puede provocar tanta fe.

A la salida de la capilla está el Kiosco de la Suerte. Es jugar y cobrar. Fuimos, elegimos los números (el 03 es el que más se juega), apostamos y obviamente perdimos, pero nos sacamos una foto con quien atiende el local y disfruta de nuestras derrotas. Jugar unos pesos en ese kiosco también se volvió tradición en la visita a San Cono. Así contamos nuestra visita por estos lugares.

En cuanto a recomendaciones alimenticias, el bar Negro el 8 está muy bueno. La pareja que lo atiende te regala muchas historias de los tiempos en que el boliche abría de sol a sol y te sirven comida riquísima. Recomendamos las pizzas, las milanesas y la pasta. El postre tiene que ser sí o sí en la heladería Haití, donde te sirven un helado artesanal gigante y a un precio regalado. En cuanto a panaderías, nuestra elegida es la Nueva Panificadora.

Pero fuera de la capital del departamento hay todavía más por conocer.

Nosotros fuimos al raid de Sarandí Grande, pero está bueno acercarse a cualquiera de los raid de la zona. Hay muchísimos durante todo el año y el clima está especial para acercarse y sacarse las ganas de entender qué quiere decir que los caballos son lo más importante de nuestro país, además de aprovechar para conocer gente, disfrutar de sus bailes y probar las comidas que se arman alrededor de esta fiesta popular. Así contamos nuestra experiencia en un raid.

Empezamos a recorrer el departamento y nos fuimos para los alrededores de San Pedro de Timote. Primero visitamos el casco de la Estancia Santa Clara, una especie de castillo impactante pero nada más que eso, porque su belleza solamente se puede apreciar desde las rejas de entrada. A pocos metros están las antiguas Graserías de Timote. En ellas están las ruinas de las fábricas que trabajaban con grasa hace cientos de años. Tiene buenos carteles explicativos y la visita vale la pena, sobre todo para apreciar un lindo lugar y conocer esa parte de la historia de nuestro país, de cuando se tiraba la carne y lo que valía eran los cueros y la grasa. Así lo contamos nosotros.

De ahí nos fuimos a la estancia de San Pedro de Timote. El lugar es enorme y la visita muy recomendable. Hospedarse no cuesta barato, pero incluye todas las comidas del día, cabalgatas, historias contadas en primera persona por uno de los peones de la estancia que sigue viviendo allí y más. Si hospedarse no es el plan, pasar y conocer la estancia vale la pena. El restaurante está abierto para quienes decidan pasar solamente a picar algo y se come espectacular. Nuestro relato de estas vivencias se puede leer acá.

De camino al norte paramos en uno de nuestros pueblos favoritos, no solo de la zona, sino de lo que vamos conociendo de nuestro país: Nico Batlle. Allá donde un puente une a los pueblos de Nico Pérez y Batlle y Ordoñez duerme una estación de AFE que es un museo viviente de lo que fueron los ferrocarriles de nuestro país y sus estaciones. El escenario es mágico y la historia te atrapa. Además se pueden ver todos los lugares que cerraron cuando el tren dejó de funcionar y charlar con la gente del pueblo es un placer.

Si quieren conocer un club social como los de antes, no duden en pasar unos minutos por el Club Concordia. Con tan solo 110 años, la visita es casi la de un bar-museo, donde las anécdotas traspasan la barra de ida y vuelta. Así lo vivimos nosotros.

Seguimos hacia el norte y llegamos a Valentines, allí nos hospedamos en Los Plátanos. Junto a Andrés y Marina (sus dueños) entendimos lo que significa tener una estancia rural: dedicarse al turismo y a la cría de ganado a la vez, siendo la sexta generación que vive en un lugar hermoso como es el casco de la estancia de su familia. Allí hicimos las mejores cabalgatas, tuvimos las charlas más humanas y como la idea del emprendimiento es pasar en familia, nos contaron de todo, cómo crían a su ganado, cómo mantienen los estándares más altos de ecología, cómo generan carne orgánica, pero también nos relataron cómo es 
vivir en un pueblo, cómo mantienen la casa y crían a sus niñas. Además de la casa, los alrededores y las actividades, la comida es alucinante y casera, hecha por Marina en el horno de sus abuelos.

A unos 15 kilómetros de allí visitamos el pintoresco Cerro Chato, la triple frontera departamental en donde Florida se besa con Durazno y Treinta y Tres. Allí hay que visitar la plaza 3 de julio y la casa en donde por primera vez votaron las mujeres de nuestro país y de toda Sudamérica.

En Cerro Chato también vale la pena ir al salto de agua y sus tres piscinas. La entrada es gratis y en los alrededores andan lagartos enormes e inofensivos que le meten color al lugar. Hay más fotos y relato acá.

Para comer, casi sobre la ruta, está La Lata, el recomendado de A la Vuelta. Si coinciden con el día en el que hay albóndigas con arroz, ni miren el menú. Si charlan con su dueño, Mauricio, les va a contar un poco más lo que significa vivir por esos lares.

De vuelta en la capital departamental nos fuimos rumbo a Veinticinco de Agosto, ese pueblo salpicado de murales. A solo 40 kilómetros del centro de Florida es una visita que vale la pena. Lo que hay para hacer es sencillo, caminar, ver, conocer la historia de la artista francesa que se acomodó en el pueblo para hacer del lugar un inmenso atelier y seguir. Pero además, en una de las últimas calles se encuentra el salón de la pintora y ahí explican un poco más de qué se trata esa locura de pueblo.

También conocimos Cardal, a poquita distancia de Veinticinco de Agosto y coincidimos con la Fiesta de la Leche, pero fuera de ese evento no vimos mucho para ofrecer, más que algunos buenos lugares para tomar mate o bares para comer.

Por último, nos quedó en el tintero Alejandro Gallinal, el pueblo en el que nació el MEVIR, el movimiento a través del cual los empleados rurales de todo el país tuvieron y tienen posibilidades de acceder a una casa. MEVIR significa Movimiento para la Erradicación de Viviendas Insalubre Rural y revolucionó el interior de nuestro país hasta el día de hoy. Con el tiempo, alcanzó a más gente de la imaginada y también permitió el acceso a la vivienda de aquellos que viven fuera de las áreas rurales.

Si necesitás más información, hay oficinas de Turismo en varios puntos de Florida y la gente que lo atiende es espectacular, nos ayudaron muchísimo y hasta nos mandaban mensajes para saber si encontrábamos lo que buscábamos y si precisábamos algo más.

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