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Entrevistas

El alma que canta

Conversamos con el artista olimareño Gastón Martínez

El cantautor se volvió viral en las redes sociales gracias a un video tan sentido como austero.

17.02.2017 15:33

Lectura: 8'

2017-02-17T15:33:00-03:00
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Por Gerardo Carrasco
  gcarrasco@m.uy

Gastón Martínez tiene 26 años, una guitarra, muchos cuadernos y otras tantas historias que contar.

Vueltas de la vida lo llevaron a salir de su Treinta y Tres natal y recalar en Montevideo, donde le tocó bailar con la más fea, o "vivir en situación de calle", como se le suele llamar hoy día a esa condición de náufrago en tierra firme de la que no todos pueden regresar.

Luego tuvo ocasión de recorrer todo el país, conocer nuevos modos de hacer música y de transmitir un mensaje. Hoy está radicado nuevamente en su terruño, y junto a su amigo Maiko formaron ContraPunto Urbano, un dúo que mistura el rap y el hip hop con ritmos autóctonos.

Esta semana, Gastón se convirtió en protagonista de un inesperado éxito, luego de que un video 100% casero se viralizara, haciendo que su talento y emotividad trascendieran las fronteras de su departamento.

En diálogo telefónico con Montevideo Portal. Gastón se muestra cortés y agradecido. Utiliza un lenguaje llano y correcto, y jamás tutea.

Durante la conversación, agradece la difusión de su arte, y habla acerca de la canción que dedicada a su hija Sol, que al momento de redactarse la presente acumula más de 300.000 reproducciones en Facebook y fue compartido más de 9.000 veces. Son cifras muy por debajo de las que alcanzan los ídolos internacionales de la canción, pero muy altas si se tiene en cuenta lo desconocido del intérprete.

Respirar música

"Ese video lo subió mi amigo Maiko, no era pasa subir porque (la canción) la escribí hace un par de días nada más. Yo hace once años que escribo canciones y esta es la primera de 2017. Se la mostré y se emocionó y ya la subió", cuenta el artista, refiriéndose a un hip hop dedicado a su hija Sol.

"Yo no vivo de la música, vivo para ella", aclara de inmediato cuando se le pregunta si su arte le permite parar la olla. "Le debo la vida a la música, me ha curado internamente y me ha hecho crecer conforme a lo que soy, perdiendo muchas cosas que a veces creemos importantes y arriesgándolo todo por un cuaderno".

Para Gastón, el arte "cura cosas que a veces un médico no cura, porque hay carencias, vacíos que no sé si llamar existenciales, emocionales o interiores de cada persona, que no se llenan con cosas materiales".

"La música me ha ayudado a superar ciertos ‘viajes' de la vida que a veces son difíciles de sobrellevar, por eso digo que le debo la vida", enfatiza.

En cuanto a los estilos que frecuenta, asegura haber compuesto "tango, rocanrol, candombe, reggae", etc. Además, circunstancias de la vida le hicieron gustar de nuevos géneros.
"Hace dos años tuve la desgracia de quedar en situación de calle, durmiendo en un refugio en la zona de Tres Cruces, en Montevideo", refiere.

"Más allá de la tristeza de quedar en la calle, tomé la decisión de cumplir con un sueño: viajar por todo el Uruguay. Ahí empecé a conocer a la gurisada que hace hip hop y encontré una gran cultura, pero encontré que estaba siendo mal usada", narra.

Para Gastón, ese potencial artístico de los jóvenes payadores urbanos "no estaba transmitiendo ningún mensaje consciente, sino todo lo contrario, con canciones que decían cosas como ‘te mato, te robo'. Estaban mal usando una gran cultura", lamenta.

A su paso por Rocha, Gastón conoció a jóvenes que practicaban el rap en su modalidad free style, improvisando sobre la música y acumulando rima tras rima. Yo, como escritor, me dije que eso era lo que necesitaba para expresarme", relata.

Efectivamente, el free style se volvió en la herramienta ideal para canalizar su torrente expresivo. "En una canción de cuatro o cinco minutos, llenás dos o tres hojas de palabras, algo que con las otras canciones no me pasaba, podían durar lo mismo, pero eran más melódicas, instrumentales, y no decía todo lo que tenía para expresar", detalla.

"En la calle y en el rap encontré cultura, por eso en los últimos tiempos me dediqué a componer hip hop y rap", subraya.

De regreso a su lugar natal, Gastón encontró a su actual partenaire.

"Maiko desde niño escribía poesía, y hacía ya mucho tiempo que tenía ganas de hacer música. Luego del viaje volví a Treinta y Tres y empezó a arrimarse a casa. Le enseñé a cantar, a entrar en los tiempos, a escribir en prosa, y ahora ya tiene algunas canciones escritas, así que componemos los dos. Yo el año pasado escribí diecisiete canciones, y en lo que va de este llevo una y media", comenta.

Canción para una niña


"A mí hija ya le escribí varias canciones, pero todavía no tenía ningún hip hop, y bueno, surgió. Yo no me siento en casa y digo ‘voy a escribir tal y tal cosa', yo soy un instrumento de la música, la música pasa por mí, no yo por ella, la música llega a mí desde lugares infinitos y se manifiesta, ya sea en la guitarra o en el papel. Entonces, sentí escribirle una canción para cuando yo ya no esté, porque uno no sabe cuándo va a irse".

"Yo estoy separado, no vivo con mi hija, pero gracias a Dios la veo. Con el paso del tiempo uno a veces se dice ‘me hubiera gustado hacer tal cosa, o decirle algo a una persona, decirle ‘te quiero', y por miedo o por lo que fuere, no lo hace. Quiero que el día de mañana cuando mi hija tenga 30 años, esté o no yo en este mundo, tenga la palabra de su padre".


Alcance inesperado


En cuanto al éxito de su video en Facebook, Gastón se manifiesta sorprendido.

"Nooooo, nunca esperé nada de esto", asegura. Yo ni entro a la computadora, pero Maiko viene dos por tres y me muestra. Yo le dije que no la subiera porque no estaba terminada, quería mejorarla, cantarla bien, la había compuesto el día anterior y se notan pequeños errores, yo se la mostré y me dijo que lo dejara filmarla".

Luego, Maiko enseñó el video a "sus compañeras de trabajo", quienes lo alentaron a publicarlo, presión a la que al parecer el joven cedió con gusto y presteza.

"Nuca pensé que pudiera llegar tanto al corazón de las personas. En Facebook han puesto comentarios diciendo ‘me alegraste el día' o cosas por el estilo. Si logro eso, o que un padre abrace a un hijo, eso es la gloria total. Más allá de cuantas reproducciones pueda tener, lo que importa es cuantas son las personas que pueden mejorar un vínculo o reconocer ciertas cosas", dice, resumiendo lo esencial de sus pretensiones musicales en una simple frase: "Que los ayude en algo, eso es lo que importa".

"Mi madre era enfermera y yo le dije que iba a ser enfermero del alma, y a eso me he dedicado, por eso digo que mi gloria no es obtener el ‘me gusta', sino llegar al corazón", insiste.

Sin aditivos ni accesorios

Uno de los elementos más aplaudidos por los internautas que compartieron el video de Gastón, es la austera sencillez del clip, grabado con un teléfono sin ninguna clase de preparación o equipamiento, un "hándicap" que no le impidió viralizarse en las redes.

Para Gastón, la rápida difusión de la sencilla pieza sólo obedece a una causa.

"Es amor, hermano, el amor es muy importante, y si uno hace las cosas con amor, quede tranquilo que va a llegar. Yo lo hago sin esperar nada a cambio", sentencia.

"Una de las canciones que estamos por grabar se llama ‘Como el pobre que soy", y habla de eso. Lo único que espero es que sea libre de pensamiento, de sentir, de sanar, de llenar vacíos".

Para el artista olimareño, la música puede ayudar a otros del mismo modo que lo hizo con él, "a curar esas cosas que tenemos dentro y que a veces cuesta superar y terminamos apelando a psicofármacos, o en manos de psiquiatras, psicólogos, gurúes o cosas medio místicas, para tratar de sanar cosas que nosotros mismo podríamos sanar. Esa es la intención que tengo con el arte", sostiene.

Lo que vendrá

Cuna de grandes artistas, Treinta y Tres no escapa de una realidad común a buena parte del interior del país.

"Socioculturalmente es un pueblo muy chato, muy humilde y a veces cuesta un poquito hacer las cosas. A mí me llevó once años.", cuenta Gastón, sin inquina o rencor alguno, y desde el conocimiento directo de la situación.

"Mi madre me decía ‘nadie es profeta en su tierra, cuando me veía componiendo", recuerda.

Sin embargo, esa coyuntura negativa va cambiando lentamente.

"Gracias a Dios con una canción que escribí para acá, para Treinta y Tres, y que se llama ‘De donde uno viene' , recibí el apoyo de la intendencia", dice. Se trata de una pieza musical "donde fusioné la media serranera (música típica del departamento) con el hip hop".

"A la gente le gustó y está respondiendo muy lindo, y al menos estoy logrando lo que me había propuesto, llegarle al corazón de la gente".

La semana próxima. ContraPunto Urbano dará sus primeros pasos discográficos.

"Vamos a grabar un disquito en la Usina Cultural de Treinta y Tres. Se grabarán las canciones que compuse en 2016, y seguramente la canción para mi hija esté también incluida", concluye.

Por Gerardo Carrasco
  gcarrasco@m.uy


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