Contenido creado por Manuel Serra
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Bailando bajo la lluvia

Phil Collins cantó bajo la lluvia e hizo bailar a todo el Centenario

El sábado se concretó la llegada del astro británico, que dio un show memorable por primera vez en nuestro país. Pretenders abrió la velada. Crónica y fotos.

18.03.2018 11:00

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2018-03-18T11:00:00-03:00
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Aunque parecía que se aguantaba, la lluvia cayó a rienda suelta y, lejos de enturbiar la esperada llegada del británico a nuestro país, la regó de un tinte épico e inolvidable. Es que Phil Collins, el indiscutible titán británico, desembarcó por primera vez en estas tierras y lo hizo a lo grande.

Anticipando lo que se venía, a las 19:30, con puntualidad inglesa, debutaron también en esta orilla del Río de la Plata los Pretenders. Los liderados por Chrissie Hynde habían generado una gran expectativa propia, y en la previa no faltó quien dijera que se decidió a ir al show para verlos expresamente a ellos.

Con una formación que alternó entre una y dos guitaras eléctricas - la segunda tocada por la reconocida militante vegetariana -, un bajo, una batería, un teclado y hasta una armónica, los Pretenders no solo cumplieron con lo prometido, sino que dieron una lección de rock and roll, en un sentido estricto del término. En lo musical, y también lo estético: Hynde, que salió al escenario con un llamativo saco rosado, se paró ante el público como lo que es: una verdadera lady del rock and roll, y fue recibida energéticamente.

"Hymn to her", "Back on the chain gang", "Don't get me wrong" y "I'll Stand by You" fueron algunos de los temas mejor recibidos, con palmas y baile incluido. No queda duda de que quedó gusto a poco, y, claramente, no estaría mal un regreso. "We will be back, not today, but we will be there", dejó como flotando Chrissie al terminar su presentación. Ojalá sea cierto.

Con mejor antesala imposible, ahora sí, a las 21 horas en punto llegó al escenario a quien todos habían ido a ver. El ex Genesis, que se había retirado de la música en 2011, llegó en bastón y se sentó en la silla que estaría toda la noche.

Pero la dificultad para caminar de Collins no influyó en nada en lo que fue una velada única. Con un swing inigualable desde el vamos, el británico confirmó el nombre de la gira: Not Dead Yet, y demostró por qué es quien es. Y ya desde el primer tema - "Against All Odds" - hizo bailar a un Centenario que encontró lo que había ido a buscar.

Si algo tiene el baterista y cantante son los hits, y fueron pasando uno a uno como una metralleta de música. "Paradise", "Missed Again", "Separates Lives", y "Heaven" fueron algunas de las canciones que se escucharon hasta que llegó una de las más esperadas: "In The Air Tonight". Y con ella, la lluvia.

Al famoso sonido de la batería lo acompañó la caída masiva de agua, que precisamente estaba "en el aire" desde que había empezado el show y que todos los pronósticos daban como una posibilidad. Pero el público, en lugar de amedrentarse, se tomó más a pecho el espectáculo, y por momentos el Centenario parecía más una discoteca de los ochenta que una cancha de futbol.

Bailando bajo la lluvia, literalmente, sonaron "Dance Into the Light", "Easy Lover" y "Sussudio", con un Collins que se aguantó estoicamente la caída del agua y dejó claro por qué es un gigante. Cuando faltaban minutos para las 23 horas se escuchó "Take Me Home", que quizá como una invitación a todos a guarecerse del clima en la protección del hogar, fue un gran cierre.

Con el espectáculo terminado, la lluvia siguió cayendo toda la noche, pero a quienes tuvieron la posibilidad de concurrir a este memorable concierto no les importó. No hay mejor paraguas que la música. De eso, no hay dudas.

Manuel Serra | @serra_sur