Contenido creado por Lorena Zeballos
Entrevistas

Todas son una

Con Mariana Smilevitz, a propósito de la obra “Encuentro femenino de culturas”

La actriz, clown y docente presenta su espectáculo el 29 de enero en el Centro Cultural La Paloma. Hablamos de la obra y del poder femenino en el arte.

21.01.2018 15:04

Lectura: 5'

2018-01-21T15:04:00-03:00
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Miariana Smilevitz es argentina pero desde 2011 reside en Rocha, donde coordina e imparte talleres de expresión y artes escénicas en centros educativos en Rocha, en la escuela Nº 83 de La Pedrera y en el Club Social La Pedrera.

El espectáculo Encuentro femenino de culturas forma parte de su camino como artista independiente y está enriquecido con las voces de artistas internacionales que la autora ha conocido mientras transportó la obra por Latinoamérica.

Con clave de humor cuatro mujeres encarnadas en una sola actriz cuestionan temas como la cultura y el rol de la mujer. El cuestionamiento paródico que propone Encuentro Femenino de Culturas de diferentes paisajes culturales y del raciocinio con que los seres humanos pretendemos comprender nuestro mundo, es en realidad una pregunta y una búsqueda de la esencia que nos hace iguales como humanos, más allá de nuestras diferencias culturales y vulnerables, ante nosotros mismos, y ante todo aquello que creemos construir sólidamente.

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¿Cómo se te ocurrió el guión para esta obra?

En realidad se fue armando de a poco. Yo fui creando los personajes por separado para varietés en donde compartíamos el escenario con más actores y actrices, y varios amigos empezaron a decirme que por qué no juntaba mis personajes y armaba un unipersonal con todos (todas), y así fue madurando esa idea. Me puse a observar qué tenían en común y me di cuenta de que eran justamente sus diferencias culturales lo que le podía dar unidad a un montaje con todas ellas, y el hecho de que todas eran mujeres. De ahí, "Encuentro Femenino de Culturas", y entonces llegó la presentadora para trazar un hilo conductor entre todas, con esa idea que me divertía, de criticar un poco el discurso más académico, más intelectual, acerca del análisis de "lo cultural", que muchas veces me resulta un poco abstracto y alejado del origen y de la historia concreta de lo folcklorico de cada cultura. Al principio había otra actriz, Nuria Schneller, que interpretaba una asistente de esa presentadora. Después me fui de viaje con el espectáculo y tuve que adaptarlo para hacerlo sola. El guion se terminó de escribir y tomar su forma definitiva al término de ese viaje, con el ajuste sobre la revisión de cada función y la devolución del público y un montón de colegas sudamericanos que me daban su mirada.

En la obra representás a cuatro mujeres. ¿Qué tiene de vos cada personaje?

Creo que con la que más me identifico es con la que aparece última, Trisha Putrefucktion, una cantante punk que estalla de bronca por todo, con pleno desenfado y sin pudor. No es que yo sea así, sino que surgió en un momento personal de mi vida en el que sentía mucho la necesidad de explotar así y descargar mucha bronca, dolor y angustia contenida por cosas que estaban sucediendo a mi alrededor, con seres queridos y situaciones de mi entorno que yo no había elegido. Nació de toda esa energía contenida, como un bálsamo humorístico por el cual descargar esas emociones negativas y transformarlas.

Hay una mujer oriental que narra sin palabras una historia de sometimiento al rol de la mujer-madre y a las tradiciones y apegos materiales. En su momento, nació del deseo de hacer algo sin palabras en donde poder contar una historia y jugar una situación desde lo corporal. Ahora que estoy en otra etapa, más adulta, con hijos y varias cosas que se van estableciendo, mas "institucionalizada", ¡me siento muy identificada con ella a veces!

Después hay una cholita norteña, Zoila Soroila con la que creo que comparto esa sensación de frustrarme frente a un auditorio algunas veces, de no poder transmitir del todo algunas cosas que expresándolas en un juego más privado fluyen con tanta claridad... Y la sabiduría de las abuelas de la pacha mama que a veces tengo el privilegio de escuchar en el viento...

Por último, la presentadora tiene de mí ese bagaje intelectual, de recorrido universitario, la elaboración de pensamientos interesantes, de discursos que a veces se alejan de la realidad queriendo explicarla, y el juego sadomasoquista con uno mismo de la autocrítica voraz, feroz, que es también un mal social, la crítica y el cuestionamiento que imagino que el afuera puede tener sobre mis palabras, sobre lo que expreso. Algo bastante angustiante en verdad, pero en lo que admito reconocerme algunas veces.


Si bien la lucha feminista tiene muchos años, estamos viviendo en un quiebre social en pos del empoderamiento de la mujer. ¿Qué papel creés que desempeña el arte en este camino?

Aunque yo no me siento feminista, me pone muy feliz que las mujeres estemos agrupándonos y frenando colectivamente ciertas situaciones que no dan para más. Pienso que el arte representa un papel fundamental en el empoderamiento de cualquier individuo, porque nos permite encontrar formas para expresar lo que nos pasa, nos espeja y nos muestra a nosotros mismos, nos saca de nuestra cotidianeidad permitiendo vernos de otro modo y revalorizarnos, encontrar otros caminos, aprender a comunicarnos y relacionarnos de otros modos. Es casi una medicina, tanto para una mujer víctima de un caso de violencia doméstica, por ejemplo, como para el hombre que ejerce esa violencia. En ambos casos ayuda a salirse del rol establecido, a vernos y a ver la realidad de otra manera. Y también ayuda a niños y niñas refugiados de guerras o hambrunas, creo que el arte por todo esto debería estar más valorado desde lo político, ser accesible y educar para su apreciación y apropiación porque empodera a cualquier individuo y embellece la vida de todos.

 

*Encuentro femenino de culturas se presenta el lunes 29 de enero, a las 21:30 h, en el Centro cultural La Paloma (Rocha).