Contenido creado por Lorena Zeballos
Curiosidades

A la voz de aura

¿De dónde salió la tradición de bailar “El Pericón” en 6º año de escuela?

Un gran porcentaje de los uruguayos bailó El Pericón Nacional en su último año de educación primaria. Walter Veneziani analiza su origen.

14.12.2017 16:59

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2017-12-14T16:59:00-03:00
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Un gran porcentaje de los uruguayos ha pasado por la experiencia de bailar el Pericón Nacional en su fiesta de egreso de la Escuela Primaria, las evaluaciones que cada uno hace de esa instancia son variadas, van desde el orgullo y la satisfacción, hasta la vergüenza de cumplir a regañadientes una imposición.

Recogiendo testimonios de personas de diferentes edades que en su momento participaron en esta danza, surge claramente que este hecho marca (aunque sea levemente) nuestra historia personal y siempre nos modifica en algún sentido.

Para muchos implica el único acercamiento que tendrán en su vida con el baile como disciplina de aprendizaje, ya que la danza en ninguna de sus formas posibles está aun integrada a nuestro sistema educativo formal.

Es en sí misma una instancia ritual y de carácter folklórico con sus tradiciones positivas y negativas. La parte más negativa resulta de estar preparado casi siempre con poco tiempo y sin ninguna aproximación o formación previa por parte de los "bailarines", dirigido mayoritariamente por vocacionales sin formación como docentes de danza lo cual les impide comprender el material y pautar las etapas y la trasmisión de valores. Además de contarse con poco material accesible y confiable sobre la coreografía y su contexto, se trasmite entonces, de forma a veces confusa, basándose en apuntes pasados de mano durante años y se ha ido desdibujando a lo largo del tiempo.

A pesar del escaso esmero "oficial" por cuidar este bien patrimonial doble (la coreografía y su ejecución en un contexto determinado) el Pericón de 6º es una tradición popular adherida a un marco institucional, desde hace por lo menos 100 años, aunque muy probablemente se remonte 10 o 20 años más atrás.

No nos ha sido posible encontrar un acto institucional o legal fundante de esta costumbre, ni una ley, ni un decreto, ni una circular generaron (aparentemente) esta tradición.

El dato más antiguo (relacionado a la escuela) lo encontramos en las memorias y recopilaciones del Dr. Roberto Boutón, médico rural que ejercía su profesión en Treinta y Tres durante las primeras décadas del siglo XX. Cambiando muchas veces sus servicios por objetos antiguos o por relatos, leyendas, anécdotas o recetas populares, formó una importantísima colección de bienes materiales e inmateriales, estos últimos fueron organizados y publicados por Lauro Ayestarán años después de fallecido Boutón. En esa publicación habla de la vigencia del Pericón (hacia 1910) diciendo. "Por eso sin duda que se baila en teatros, salones y hasta en los colegios. Ahora felizmente vuelve a entrar en moda."

Esta danza se ha mantenido viva en los intersticios de la sociedad por algún motivo, esta entre muchas otras ha tenido ese privilegio a pesar de que explorando en la historia personal y familiar de los uruguayos que pasan por 6º año, vemos que (especialmente en ámbitos urbanos) difícilmente encontraremos algunos cuyos antepasados hayan bailado el Pericón como simple danza de moda en su tiempo. Cuando esta coreografía era uso habitual en el Uruguay, los antepasados de la gran mayoría de los que nos han brindado testimonio, no habían llegado al país o eran inmigrantes de primera generación con otras costumbres y danzas.

Para comprender por qué tiene aún permanencia e impacto social, debemos conocer un poco de su historia y en particular de su profunda simbología implícita, que la mayor parte de las veces es inconsciente para quienes se vinculan a la danza.

Tenemos en nuestra historia tres grandes danzas corales de fines del siglo XVIII y principios del XIX, son El Pericón, El Cielito y La Media Caña. Las tres son derivadas de la gran danza de moda difundida por los medios que en esa época permitían la circulación de bienes culturales, La Contradanza.

Esta danza, con sus grandes ruedas, cadenas, calles, paseos e intercambio de parejas, recoge una tradición popular inglesa y es llevada a los salones cortesanos como "Country Dance" o sea danza de la comarca o de la gente plebeya. Pasa a la corte francesa y de allí a España ya como Contradanza. Su irradiación es enorme y en todo el mundo occidental genera formas coreográficas sincréticas.

¿Qué cosa le da tanto poder a esta manera de bailar? No es la secuencia coreográfica en sí misma, que puede ser alterada a gusto del "bastonero" que pide se haga la figura que le parece en el momento que él decide. Contiene "figuras" y "formas" que portan contenidos en sí mismas y que están cargadas de simbología popular desde los albores de la humanidad.

La danza circular se remonta a la pre-historia, cerrando una rueda que configura un adentro y un afuera, que une hacia un centro común y que se cerrará tomándose las manos, sellando un vínculo, generando un "nosotros" primigenio, que se complicará luego con las "cadenas" cruzándonos, tomándonos y soltándonos las manos entre los que integramos el círculo y más adelante aún reconociendo parejas e intercambiándolas (endogámicamente) dentro del colectivo.

La noción de pertenencia y de vínculo que genera la danza circular al materializar una ancestral simbología, cooperó sin duda para que en los momentos de la independencia El Cielito (que contiene estos elementos) fuera la canción danzada más popular y la que eligieron algunos poetas - entre ellos Bartolomé Hidalgo - para componer versos patrióticos.

Luego cuando el país se debate en problemas internos y regionales, sumido en guerras civiles entre criollos, estas formas son sustituidas por otras, pero en la época de las grandes oleadas de inmigrantes cuando los criollos antiguos se sienten "invadidos" por el "malón gringo" (es decir nuestros abuelos), Resurge El Pericón en una segunda vida, de la mano del Circo de los Hermanos Podestá, que en nuestro país lo incorpora como final de su "Juan Moreira" (a sugerencia de Elías Regules) y lo difundirán a su paso por toda su vasta región de influencia.

Desde 1885 hasta 1920 la fuerza y el arraigo popular del Pericón es enorme, el chauvinismo popular hace que incorporaciones de figuras con pañuelos de colores patrios como "El Pabellón" sean un éxito perdurable.

En otro contexto, toda esa simbología de colectivo cerrado, de cooperación entre iguales, de "adentro" y "afuera" se adhiere a ceremonia de egreso de la escuela, como una despedida simbólica de un estar dentro y preparase para abandonar.

Otro elemento de peso simbólico muy fuerte y antiguo son los "Puentes" ya sea con pañuelos o con los brazos se generan "arcos" o "umbrales" bajo los cuales se pasa y siempre en la simbología popular un umbral nos remite a un cambio de estado, a un pasaje de una situación a otra, en el "Puente de los pañuelos" se ve con claridad el egreso de un ámbito cerrado (corredor de pares) a uno abierto.

La cultura popular elabora sus conexiones y sus permanencias en base a finísimos resortes que no son caprichos, ni decretos, su comprensión no siempre está en el plano racional y su aporte puede ser maravilloso, puede conectarnos con una herencia de sabiduría popular que va mucho más allá de nuestra propia nacionalidad.


Walter Veneziani