Contenido creado por Agustin Zabala
Locales

Entre el micrófono y la penumbra

La supervivencia de la Escuela Superior de Comunicación Social, que afronta el desafío de renovarse

A cada año, son menos los estudiantes que se inscriben para especializarse en una profesión que cambia al ritmo de la tecnología.

23.10.2017 12:21

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2017-10-23T12:21:00-03:00
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La Escuela Superior de Comunicación Social, la "escuela" o simplemente la UTU de Comunicación vive desde hace varios años en un desafío: renovarse o quedar por el camino. Las autoridades de la enseñanza y de la misma institución no logran proyectar un plan que posibilite la salida a esta crisis y, mientras tanto, un grupo de docentes y otro de estudiantes buscan ponerse la causa al hombro.

La escuela juega en el difícil mundo de una profesión que cambia tan rápido como la tecnología, y que debe acompasarse a estos tiempos de la información.

¿Qué tipos de profesionales queremos formar? ¿Para qué tareas? ¿Para qué sirve, en este mundo, el profesional de la comunicación? ¿Por qué, si toda la información está al alcance de la mano, precisamos a alguien que nos mastique lo que ya anda revoloteando en las redes sociales?

A pesar de estas preguntas apocalípticas que cuestionan a la profesión, hay un grupo de personas que está pensando formas de revitalizar la escuela, cambiarle la cara, aggionarla. Pero se han enfrentado, ya desde hace años, a la poca atención de las autoridades del consejo de la UTU. 

Por ejemplo, desde la Escuela señalaron a Montevideo Portal, que se han ido eliminando cursos en esa institución, y creando otros nuevos, en otros lugares, que le compiten desde la ventaja a la escuela. Es el caso, por ejemplo, del curso técnico en audiovisuales que la UTU instaló en el LATU hace algunos años.

Desde la Escuela sostienen que este curso fue equipado de cero con un local preparado específicamente y con todos los equipos nuevos. Lo mismo sucedió con la creación de la tecnicatura de Apertura y Congreso, que "va captando" a los que en esta escuela estudian

Los cursos impartidos se van quedando sin gente y no logran retener a los estudiantes: para tener una idea, el plan de estudios que se utiliza es del año 1998, sin modificaciones, y en los últimos años algunos de los turnos han quedado sin talleres.

Pero la cosa puede cambiar. En la última reunión que mantuvieron docentes, directores, alumnos y autoridades del consejo se reafirmó la idea de continuar con la Escuela. Se logró mantener, por ejemplo, el taller de Radio para los tres turnos (matutino, vespertino y nocturno) y se comunicó que se continúa trabajando en el nuevo edificio, que unificaría ambas escuelas (Comunicación social y diseño gráfico) que hoy funcionan por separado.

Cursos anuales, horarios extendidos, control de asistencias, etc. La escuela tiene cursos terciarios con una lógica de secundaria. Esta comisión (que ya viene trabajando hace meses con el fin de aggiornar el centro) está pensando en una suerte modificación, que no será fácil.

Se buscará, además de darle una vuelta de tuerca al contenido de los cursos, renovar el plantel docente, que no varió demasiado en los últimos años, y otro conjunto de modificaciones que van a hacer que la escuela se enfrente directamente con su futuro: o se renueva o muere.

La comisión hace un llamado a las decenas de periodistas, comunicadores, publicistas, diseñadores gráficos, relacionistas públicos que pasaron, alguna vez, por la institución, que desde la década de los 70 se embandera con esa proclama, para que se unan a trabajar para buscar una salida.

Agustín Zabala