Denuncian agresión homofóbica física y verbal a tres jóvenes en la Ciudad Vieja

Ovejas Negras, una organización social que defiende la diversidad sexual y promueve los derechos de las personas LGBT, denunció una agresión homofóbica ocurrida el pasado 14 de julio.

Según el relato del colectivo, tres jóvenes -dos varones y una mujer- fueron agredidos verbal y físicamente en Cuidad Vieja. "El hecho sucedió en la madrugada del viernes, luego que desde un auto les gritaran «¡corransé putos!», y tras su respuesta se bajaran un varón y una mujer a golpearles", explicó Ovejas Negras.

Uno de los jóvenes agredidos se llama Brian y es conocido dentro de la colectividad LBGT del Uruguay. "Anoche nos gritaron putos y respondimos. Se bajaron del auto, me pegaron de garrón, un chabón le pegó a Lucky y la tiró al piso", relató a través de las redes sociales. "Si a nosotros nos toca esto, imaginate lo que le debe tocar a pibas y pibes con realidades mucho más injustas. Es un garrón pero de alguna forma estas cosas te suman unas convicciones hermosas. Ni a palos vamos a bajar la cabeza. Nos van a tener que matar para sacarnos lo puto", agregó. Publicó también una foto suya en la que se lo ve con cortes en la nariz y debajo de un ojo.

Poco después, Brian reportó también agresiones a través de las redes sociales por haber publicado la historia del incidente. "No solo nos cagan a trompadas sino que nos agreden también a través de las redes sociales. Recibí abundantes mensajes diciendo que mi publicación era discriminadora. Mensajes de gente que evidentemente no se tomó un segundo para tratar de entender lo que escribí. Pensé que era obvio dado el contexto pero se ve que hay que explicar. Soy varón, blanco y de clase media. Algo que me otorga un lugar muy cómodo en una sociedad heteropatriarcal, clasista, racista, xenófoba. Tengo una ventaja al no ser mujer, pobre, negro, lesbiana, trans. Siento que nos educan para no reconocer estos privilegios y es una mierda re peligrosa, porque nos lleva a pensar que las injusticias son naturales, que la vida es así", dijo. "A nosotros las piñas de la otra noche nos llevaron a pensar sobre nuestros privilegios. Si no les pinta reflexionar no es problema nuestro así que dejen de agredir", puntualizó. Un amigo de Brian explico también que la mujer que iba en el auto "no intentó ni separar, al contrario, se sumó a la golpiza".

El apoyo de Ovejas Negras

"Este suceso no es un hecho aislado en la vida cotidiana de gays, lesbianas, bisexuales y trans. Tener una orientación sexual, identidad de género o expresión de género disidente con lo socialmente considerado como «normal» (ser heterosexual, cisgénero y masculino), conlleva el miedo constante a expresar afecto en el espacio público, a circular por la ciudad o a poder mostrarnos como somos (algo tan simple pero a la vez tan importante para cualquier persona)", señaló Ovejas Negras sobre el incidente."

Situaciones como esta nos demuestran que aún nos falta mucho para lograr pasar de las conquistas jurídicas a la igualdad social. Una sociedad libre de discriminación depende de la lucha diaria de cada una de nosotras y de nosotros, en todos los ámbitos: el hogar, los centros educativos, el trabajo, la calle. Cabe resaltar que sólo lograremos el respeto a los derechos de todas las personas una vez que el sistema educativo se comprometa con la promoción del reconocimiento y respeto de la diversidad sexual, aportando así a la transformación cultural, proceso mucho más lento, que supone enfrentarnos a siglos de aprendizajes y sentidos dados como «normales» o «naturales». El poder derribar tabúes y desinformación, a través de un abordaje de igualdad de género y derechos humanos, es fundamental para cambiar la forma de concebir la temática para todas las generaciones", explicó el colectivo.

Para Ovjajs Negras, también "queda en evidencia, una vez más, la falta de una ley contra toda forma de discriminación eficaz, que proteja a los colectivos socialmente vulnerados mediante acciones reparatorias y medidas compensatorias de carácter civil, y no meramente punitivas como en la actualidad (situación que lleva, además, a su prácticamente nula aplicación por parte del Poder Judicial)".

"Ante una sociedad que violenta nuestros cuerpos y subjetividades, que invisibiliza nuestras identidades y nos condena a la exclusión, seguimos luchando desde el orgullo de ser y contra quienes nos quieren nuevamente en los armarios del miedo. El silencio es complicidad. ¡Basta de homo, lesbo, bi y transfobia! ¡Por una sociedad libre de discriminación!", concluyen.