Contenido creado por Agustin Zabala
Entrevistas

Cable a tierra

A un año del funcionamiento de la escuela autosustentable de Jaureguiberry

La construcción de un tejido comunitario, la relación de los niños con el ambiente y nuevos proyectos son algunos de los resultados.

23.04.2017 16:40

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2017-04-23T16:40:00-03:00
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El 17 de marzo del año pasado el balneario de Jaureguiberry inauguraba la primera escuela autosustentable de América Latina. El lugar, ubicado en el kilómetro 79 de la ruta Interbalnearia, acogió al proyecto y éste le supo entregar un impulso para el fortalecimiento de los lazos sociales entre la gente del balneario, la escuela, el medio ambiente y la bio-construcción.

Charlamos con Martín Espósito, coordinador del proyecto, quien dijo que no sólo de mejores calificaciones se nutre el centro, sino también de nuevas matrículas. Es que desde que llegó el edificio hay familias que se instalaron en el balneario.

"Este año vinieron quince familias más, y algunas de esas se mudaron acá por el proyecto", contó, y agregó que esos padres le pidieron que se dieran talleres sobre el funcionamiento de la escuela. "Empieza a haber otro interés en la comunidad".

En un primer momento los talleres estuvieron enfocados justamente a eso; a explicar cómo es el mecanismo por el que la escuela se autoabastece. En ese sentido, Espósito comentó que los niños lo entendieron perfectamente, y lo hicieron suyo.

"Empiezan a entender cómo funciona el sistema de agua, por dónde viene. Empiezan a entender los procesos y empiezan a respetar ciertas cosas", contó. Como anécdota: en las huertas orgánicas internas no hay separación entre lo que es el pasillo y la tierra. "Siempre dudábamos de qué iba a pasar, si los niños se iban a meter en el cantero, iba a tirar tierra; pero ese límite se respeta siempre. Ellos mismos crearon la Cruz Vede, y se van rotando entre ellos para cuidar la huerta y ocuparse del riego".

Una segunda etapa fue la de tomar los temas relacionados con la sustentabilidad que estaban incluidos en los programas educativos. Si bien estos contenidos fueron reforzados, Esposito entiende que hay un debe y que falta "desarrollar mucho más" este tipo de contenido. La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) reconoció esta debilidad.

El tejido comunitario: el balneario y la escuela

Espósito comentó que el balneario tuvo una apropiación de la escuela y el edifico que fue "de menos a más", y que después que tuvo el edificio en funcionamiento "todo el mundo vio su potencial".

En ese sentido, empezaron a haber talleres de bio construcción alrededor de la escuela y actividades, se problematizó la cuestión del espacio público, se plantaron árboles autóctonos en el lugar, se comenzó a cuidar el arroyo Solís. "Hay como otras actividades y otros impulsos en el balneario a raíz de esto".

La conciencia del cuidado ya existía, dice Espósito, y la escuela lo que hizo es darle una "nueva fuerza". "Estaba adormecida y un poco golpeada porque siempre es difícil. El proyecto dio visibilidad y se están haciendo cosas en base a esto".

Expansión a nivel nacional y regional:

Espósito adelantó que ya trabaja con ANEP para expandir esta modalidad a otros puntos del país. En un momento se tomaron un año para analizar los resultados y verificar el funcionamiento del edificio. "Se pudo ver que es lo que se esperaba y que está dando lo que tenía que dar".

"Es muy importante los resultados que está dando en la comunidad. A partir de ahí surge el interés de ver otros proyectos para trabajar, como otros centros, que capaz no sean escuelas, pero sí son centros donde los niños pueden recorrer, tener visitas, talleres", adelantó.

La escuela, y los futuros centros, son una posibilidad para trabajar ese vínculo entre los niños, sus padres, la institución y el ambiente. "Esto sirve como excusa para trabajar las comunidades, que es un debe que tenemos como sociedad. Se va debilitando mucho el tejido comunitario y necesitamos proyectos para que la gente se una en base a algo y encuentre algo en común".

Ashton Kutcher habla de la escuela en las redes sociales y el proyecto viaja por el mundo virtual; al mismo tiempo, Play Ground publica en un video que ya tiene 19 millones de reproducciones y la televisión iraní también promueve el edificio. Todo esto, y la participación que tuvieron el año pasado en los Premios Latinoamérica Verde, hace que Espósito y su grupo ya estén trabajando para instalar un mismo edificio en Argentina.

Allí, en los premios Latinoamérica Verde, pudieron ver diferentes proyectos, como el modelo de eficiencia energética de Costa Rica, o la construcción de championes con neumáticos y restos de tela en Argentina.

"Nunca había ido a un lugar, a un evento, donde se conjugaron tantos proyectos sustentables de toda América en un solo lugar; creo que es una corriente que está creciendo pero que necesita de eventos grandes para que se vea cómo funciona", contó. 

Agustín Zabala I Montevideo Portal