“Fernando protestó una mano y después hubo una provocación del asistente cuando le fue a reclamar. Veremos si hay registros televisivos para realizar la denuncia correspondiente”, expresó Wilmar Valdez, presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, a Radio Oriental.
“Si hay una prueba contundente en las imágenes presentaremos la denuncia. De todas formas vamos a elevar una nota con la declaración del jugador si Fernando decide denunciarlo”, agregó el titular de la AUF, quien también se molestó con el error de la organización minutos antes del cotejo, cuando ejecutó el himno chileno en lugar del uruguayo.
“Es una vergüenza. Presentamos una nota al Comité Organizador con copia a la Conmebol repudiando el hecho. Es un insulto a la historia del fútbol uruguayo y al país. Uno no quiere hablar en caliente, pero me duele que la Conmebol haya tenido que festejar el torneo más viejo del mundo en una tierra que no es Sudamérica y con un entorno que no es el de nuestra casa”, concluyó Valdez.
El malestar en la delegación uruguaya no sólo obedeció al accionar del segundo asistente y a lo ocurrido con el himno. Además, no hubo dirigentes de la Conmebol presentes en el partido, y el marco fue complicado para los cientos de hinchas charrúas que se mezclaron entre los miles de mexicanos.
Un ejemplo fue lo ocurrido con la esposa de Carlos Sánchez, quien fue alcanzada por una botella lanzada desde un sector de fanáticos aztecas. El proyectil le generó un corte y tuvo que ser atendida por la sanidad de la selección, dado que no había médicos en el estadio.
“Pagan la cerveza 11 dólares y la tiran”, se quejó el comentarista Pablo Karslian, de Radio Oriental, y explicó que “ante cada gol los mexicanos arrojaron cerveza y otro tipo de proyectiles”.
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