Los aztecas tuvieron un arranque soñado y a los 4’ ya ganaban 1-0. Cuando los equipos todavía no se habían acomodado, cayó un centro de Guardado desde la izquierda sobre el área uruguaya y Álvaro Pereira lo impulsó hacia el arco propio con la nuca y sin referencia de pelota, ya que saltó de espalda para evitar la arremetida de Héctor Moreno.
Lejos de salir de su trinchera, Uruguay se mantuvo replegado y no pudo recuperar el esférico pese al desgaste realizado. México manejó el ritmo, la posesión de bola y las situaciones, y se mostró superior en todos los rubros en la primera etapa. Por las bandas le costó tapar a la Celeste, y sufrió demasiado del lado de Álvaro Pereira con las subidas de Layún.
El equipo de Tabárez amagó a reaccionar poco antes de la media hora, cuando un cierre de Rafa Márquez ante un centro rasante de Carlos Sánchez le impidió a Cavani quedar solo para convertir. Poco después, el salteño dispuso de un mano a mano tras buena combinación entre Lodeiro y Sánchez por derecha, pero ganó el arquero Talavera.
México volvió a llegar con claridad a los 43’, cuando Layún encontró a Chicharito Hernández en profundidad a espalda de Godín y apareció Giménez para cerrar. Uruguay cometía errores de posicionamiento y también en la salida con balón dominado, por lo que le resultaba difícil cruzar la mitad de la cancha.
Para colmo, a los 45’ vio su segunda amonestación Matías Vecino por una dura e innecesaria falta, dejando a la Celeste con un hombre menos. La inferioridad numérica llevó a Tabárez a colocar a Álvaro González en lugar de Lodeiro para el segundo tiempo, que empezó con Uruguay generando mucho peligro con jugadas a balón parado.
Increíblemente el elenco charrúa jugó mejor con 10 jugadores. Con Sánchez, Arévalo Ríos y el Tata González bancando el medio, y Cavani y Rolan arriba, llegó otra situación clara a los 58’, pero Rolan le erró al arco después de una patriada de Godín y buen pase de Cavani. Fue lo último de Rolan, que salió reemplazado por Abel Hernández.
México ya no era el ballet del primer tiempo y apelaba sistemáticamente a la falta para cortar. Así, no sorprendió que a los 73’ fuera expulsado Guardado por doble amonestación, y de esa infracción llegó el empate. Sánchez ejecutó al área y Godín conectó un soberbio cabezazo para el 1-1, que a esa altura era merecido.
Como era de esperarse, Uruguay se replegó tras la igualdad y volvió a su campo. Los aztecas salieron con la misma decisión del primer tiempo pero sin la precisión en velocidad que habían mostrado, y además dejaron espacios atrás para el contragolpe. No obstante, la Celeste no aprovechó y lo pagó caro.
Luego de un entrevero en el área uruguaya, el experimentado Rafael Márquez conectó un derechazo que infló a los 85’ la red del arco de Muslera y puso el 2-1 del elenco de Osorio. Uruguay volvió a ir al frente con el escaso resto que le quedaba, pero Herrera liquidó el pleito de contragolpe a los 92’ con golpe de cabeza.
Estuvo a punto de caer el 4-1 sobre el final, lo que hubiese sido un castigo excesivo para el equipo de Tabárez.
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