Tatuó voluntariamente a niños internados en un hospital para levantarles el ánimo

Casi que por una cosa innata, el artista tiene eso de "querer ayudar" a los demás desde su arte. Así, un tatuador neozelandés tuvo la idea de usar su arte de la piel para levantarle el ánimo a un grupo de niños internados en el Hospital Starship de Auckland (Nueva Zelanda).

Se trata de Benjamin Lloyd, un tatuador que se animó a romper barreras culturales y a ayudar a los que, por momentos, más necesitan de una sonrisa que los divierta y les haga variar los pensamientos. Así, Lloyd tuvo la idea de ayudar a esos niños que "normalmente están aburridos y tristes", según define.

"En cuanto empecé a pintarlos no paraban de reír, estaban emocionados", cuenta a Verne el artista, cuya obra se ha vuelto viral en Facebook gracias a los cientos de personas que lo aplauden.

No obstante, entre las primeras reacciones que aparecieron frente a su actividad solidaria se encontraban varios comentarios agresivos y violentos, por lo que Lloyd tuvo que salir a aclarar la verdad "detrás" de sus tatuajes a los niños. Según explicó, la pintura no es tóxica ni permanente, se va con un lavado y se aplica con aerógrafo sobre la superficie de la piel. "Algunos niños no se quieren duchar en una semana", apunta.

En tan solo un par de días, las fotos de los niños tatuados han cosechado miles de likes y compartidas en Facebook. Y aunque parezca que esta actividad solo divierte a los niños que son tatuados, los padres también disfrutan de ello. "A los padres les encanta. Cuando llegué al hospital no solo los niños corrían hacia mí", cuenta el joven artista de 24 años.

"Mientras los tatúo, los niños miran y les enseño cómo se hace", apunta Lloyd, quien en su publicación de Facebook afirmó: "Nada me da más alegría que estimular la confianza de los niños con un tatuaje especial. ¡50 likes e iré al Hospital Starship a tatuar a todos los niños!".

Y la cifra fue superada ampliamente, por lo que el artista volvió al hospital y promete asistir a otros centros de salud de su país e incluso de otros países; según cuenta, ya lo han llamado de varias partes de Europa.

"Me encanta hacerlo", concluye emocionado el artista, cuya idea de ir al hospital infantil llegó a raíz de haber sufrido el fallecimiento de su hijastro de siete años, al que solía tatuar de la misma manera.