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África nuestra

Corresponsal español Julio Alonso dio charla en la Escuela Militar

"En Congo, Uruguay es sinónimo de seguridad", afirma el corresponsal y cooperante español Julio Alonso, de visita nuevamente en nuestro país.

11.08.2015 21:53

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2015-08-11T21:53:00-03:00
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Por Gerardo Carrasco
  gcarrasco@m.uy

Valenciano radicado en Madrid, Julio Alonso forma parte de una generación de periodistas europeos que en las últimas cuatro décadas se jugaron el pellejo en un mundo que -de momento y por fortuna- ya no ofrece vastas conflagraciones como las de la primera mitad del siglo XX, pero cuenta con una variada y permanente oferta de conflictos menores, distribuidos por todo el mapamundi.

Alonso se curtió en el infierno balcánico de la década de 1990, y luego su labor de corresponsal y cooperante lo llevó a África, donde jugó un papel no menor para lograr que el presidente de Sudán, Omar al Bashir, fuera acusado por la Corte Penal Internacional, bajo cargos por genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en la región de Darfur desde 2003.

A mediados de la pasada década, Alonso y su camarógrafo de entonces, Iván Durán, comenzaron a cubrir el conflicto en la República Democrática del Congo, en medio de un panorama complejo y sobrecogedor. Lo primero por lo intrincado de la urdimbre étnica, política y económica que lo generaba, y lo segundo por la violencia desenfrenada que los numerosos grupos armados se obsequiaban entre sí y descargaban sobre civiles inocentes.

En ese país, el periodista español se encontró con militares uruguayos que participaban de la misión de paz de ONU. Y a la hora de pedir su ayuda para causas humanitarias, descubrió que a diferencia de lo que pasaba con otros contingentes, estos sudamericanos estaban dispuestos a echar una mano para mejorar la vida de la gente, aunque sus funciones no los obligaran a tomarse tal molestia.

Así nació una sinergia y una amistad que duran hasta hoy, y es una demostración cabal de los opimos frutos que puede rendir el trabajo articulado de militares y periodistas.

Para ello basta con mencionar dos ejemplos: uno de ellos es el dispositivo de patrulla y alerta temprana diseñado en conjunto, y que permitió una mayor protección de la población de las aldeas congolesas. Otro fue el trabajo al alimón para recabar pruebas que permitieran presentar una sólida denuncia internacional contra Ntabo Ntaberi "Sheka", uno de los más siniestros criminales de guerra en un conflicto donde no faltan los líderes brutales.

Para elaborar el documento fue vital la colaboración del coronel -hoy retirado- Gonzalo Mila, y el capitán -ahora mayor- Ramiro González y su compañía "Charlie", que desde la base uruguaya en la aldea de Pinga, tuvo contacto directo con el criminal y su peligrosa cohorte.

El trabajo de estos militares, sumado al realizado por Julio Alonso y los periodistas uruguayos Álvaro Carballo y Armando Sartorotti, culminó en la elaboración de una denuncia harto documentada que viene superando con éxito las numerosas y lentas etapas de la Corte Penal Internacional. Esta denuncia contribuyó a minar el poder de Sheka, que se vio rápidamente abandonado por muchos de sus antes fieles seguidores, y más temprano que tarde "deberá pensar en entregarse o esperar que lo maten", destaca Alonso.

Regreso al sur

Julio Alonso ha visitado Uruguay en varias ocasiones, y en mayo de 2013 fue condecorado con la "Medalla 18 de Mayo de 1811", por su labor altruista y desinteresada.

Ahora se encuentra nuevamente de visita en nuestro país, y este martes ofreció una charla para los estudiantes de la Escuela Militar. La ocasión también fue propicia para el reencuentro con varios oficiales de diversa jerarquía a los que supo conocer en África: los coroneles retirados Marcelo Bilbao y Rivera Helgue, y el general en ejercicio Gerardo Fregossi, entre muchos otros.

El tema central de la exposición del reportero fue la ya mencionada sinergia entres militares, periodistas y también cooperantes. A modo de ejercicio, los jóvenes cadetes debieron presentar los resultados de tareas de obtención de datos, encomendadas previamente por Alonso.

"No podemos jugar con la información. Para nosotros puede ser un error y costarnos una bronca de nuestro editor. A vosotros os puede costar la vida", recordó a los estudiantes.

"Al final, en la primera línea, en el frente, a los que encuentro son a los uniformados y a nosotros, los periodistas. Y aunque unos vayan armados y otros no, es lo mismo. Yo puedo parapetarme detrás de un militar para tomar una foto, y ambos estamos expuestos, por ejemplo, a que nos mate un mortero".

"Ambos practicamos profesiones suicidas, y no sólo por el riesgo de que nos maten, sino porque aspiramos a lo mismo: a que se acaben los conflictos, aunque eso nos deje sin trabajo", rió.

En su doble papel de periodista y activista, Alonso entiende que la mochila de un reportero en zona de conflicto no debe incluir sólo la cámara, la libreta y demás insumos para su trabajo. "Tiene que incluir medicinas para ayudar a la gente, artículos de primeros auxilios, juguetes para los niños, lápices. Por suerte, con el tiempo las tecnologías han permitido que las cámaras sean más pequeñas, y hay más espacio para medicinas".

"Esta filosofía mía no es nueva ni nada excepcional, porque yo he visto las mochilas de muchos (militares) que están aquí, y llevabais esas mismas cosas", recordó el corresponsal, valorando la así la actitud solidaria de los soldados uruguayos.

"En Congo, Uruguay es sinónimo de seguridad", afirmó Alonso, subrayando que "de 2008 a la fecha, no habría podido hacer casi nada" de lo que hize, de no haber tenido esa ayuda.

"La colaboración entre las capacidades miliares del Ejército Uruguayo y las capacidades periodísticas de los corresponsales, permitieron lograr cosas que nadie soñaba posibles, desde salvar vidas hasta ir a por los malos, o desde conseguir juguetes a que Papá Noel llegara a la jungla", refirió.

"Lo mejor que me ha ocurrido con el Ejército Uruguayo es la sinergia, porque ahí están los resultados", aseveró.

A su turno, el coronel Yamandú Lesa, vocero del Ejército, destacó la importancia de establecer un vínculo "de confianza mutua entre medios y Ejército", en el entendido de que se trata de "personas con las mismas metas, pero diferente rol en la sociedad".

Por Gerardo Carrasco
  gcarrasco@m.uy