Contenido creado por Laura Meléndez
Salud

Prende y apaga

Descubren diferencias en el sistema inmune de hombres y mujeres

Un equipo de investigadores estadounidenses empleó una nueva tecnología que les permitió analizar la actividad conmutadora de los genes en pacientes vivos y encontraron diferencias entre hombres y mujeres.

02.08.2015 09:42

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2015-08-02T09:42:00-03:00
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Una nueva tecnología desarrollada y utilizada por la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, permitió a los investigadores estudiar la conmutación genética del cuerpo humano y descubrir que los genes asociados con el sistema inmune conmutan con más frecuencia, y esos mismos genes funcionan de manera diferente en las mujeres y los hombres.

La nueva técnica permite el estudio de moléculas que regulan todos los cambios génicos en personas vivas. Fue creada por la universidad estadounidense y bautizada como ATAC-seq. Su desarrollo estuvo a cargo del equipo de Howard Chang, profesor de dermatología y autor del estudio.

Una de las revelaciones de esta investigación es que los genes que se encienden y se apagan difieren de una persona a otra y están asociados, probablemente, con enfermedades autoinmunes. Otro de los descubrimientos es que existen diferencias entre hombres y mujeres respecto a los genes activos o no, y aunque todavía es demasiado pronto para estar seguro, estas diferencias de actividad podrían explicar la muy alta incidencia de enfermedades autoinmunes como la esclerodermia, el lupus y la artritis reumatoide, en mujeres.

El estudio, publicado en la revista Cell Systems, tomó muestras de sangre de 12 personas sanas para medir cómo ciertos genes se encendían o se apagaban, y cómo la medida variaba de un individuo a otro, además también se observó cuántos cambios ocurrían en diferentes momentos para los mismos voluntarios. Los investigadores se centraron exclusivamente en las células especializadas llamadas células T, las cuales son fáciles de aislar en una prueba de sangre habitual y son un importante componente del sistema inmune.

Uno de los objetivos del estudio era establecer una medida base de cómo esta actividad de conmutación de genes varía entre las personas sanas. De esa manera, cuando otros investigadores hagan medidas similares en gente enferma, tendrán una idea de lo que es normal.

Con los 12 voluntarios sanos, el siete por ciento de los genes estaban encendidos en diferentes patrones de persona a persona. Para cada persona, estos patrones persitieron a través del tiempo, como una única huella digital. "Pero el principal predictor para la tendencia de los genes a encenderse o apagarse era el sexo de las personas. En términos de importancia", reveló Chang. "El sexo era de lejos más importante que otros que observamos". Cuando el equipo midió los niveles de actividad génica de 30 de los 500 genes, los investigadores esperaban que mostraran actividad influenciada por el género, y encontraron que 20 de los 30 genes mostraron actividad diferente significativa entre hombres y mujeres, según reseña el portal Diario Médico.