Contenido creado por Inés Nogueiras
Vida en la red

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''Cuanto más usás las redes sociales, más infeliz sos'', dice neurocientífico

Las redes sociales, ideadas para apelar a la aprobación, activan la comparación y, por eso, a mayor uso menor felicidad, afirma un experto en neurociencias.

23.05.2015

Lectura: 2'

2015-05-23T00:42:00-03:00
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Federico Fros Campelo, especialista en neurocienciasy psicología cognitiva, fue entrevistado por La Nación para analizar distintos aspectos sobre las emociones y la cultura del consumo. 

Un pasaje extenso de la nota fue ocupado por el análisis sobre el uso de redes sociales y qué funciones cerebrales activan estas plataformas virtuales.

Según el experto, son cuatro las funciones básicas que "despiertan" Facebook, Twitter e Instagram, entre otras: la búsqueda de aprobación, de autosuficiencia, la comparación y el sistema de deseo sexual.

Fros Campelo destaca que el deseo de reconocimiento de otros surge por un instinro primitivo y sexual, de supervivencia. "Pensá en el hombre de hace 600 mil años que necesitaba llamar la atención de la hembra para dejar descendencia", apuntó. Pero, más allá del deseo sexual, "hay una aprobación inherente a la pertenencia que también tiene que ver con la protección. El cerebro en esa etapa primordial era refinado para medir si estábamos siendo aprobados o no por los pares de la manada, y se siente muy feo no estar reconocidos o incluidos por los pares porque es una forma que encontró la evolución de reparar la distancia", agregó.

Por su parte, la función que según el especialista más han estimulado las redes sociales es la de comparación, que genera competencia. "Las redes sociales nacen como un intento de apelar a la aprobación, y se termina desvirtuando esa intención al activar mucho más la comparación. Está demostrado que cuanto más usas las redes sociales más infeliz sos porque compararte es fuente de felicidad o de infelicidad", sentenció.

"Las redes sociales toquetean directamente ciertas funciones y sistemas que quedan encantados por el estímulo y nos prometen dos cosas mágicas: que siempre te van a escuchar y que nunca vas a estar solo. Tal vez eso sobreestimule cada vez más el creciente temor a la soledad", reflexionó Fros Campelo.