Contenido creado por Martín Otheguy
Locales

La culpa es nuestra

Sobre las encuestas y el antisemitismo en Uruguay

El director de Grupo Radar, Alain Mizrahi, aseguró que no se puede concluir que uno de cada cinco uruguayos sea antisemita, como se dedujo en base a una encuesta de su empresa.

04.05.2015 09:22

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2015-05-04T09:22:00-03:00
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El Grupo Radar realizó una encuesta en febrero sobre racismo en Uruguay. Los resultados del sondeo, que fueron publicados el fin de semana del diario El País, permitían concluir que la minoridad judía era la más discriminada entre otros colectivos. Por ejemplo, chinos, peruanos, negros, armenios y españoles. Ante la pregunta: "¿Le molestaría mucho, algo o nada que un integrante de los siguientes grupos formara parte de su familia?". Un 8% confesó que le "molestaría mucho" tener a un judío en su familia y un 11% respondió que le "molestaría algo". En el caso de los peruanos, los porcentajes respectivos fueron 6 y 9%, los chinos 7 y 8 %, armenios 5 y 9 %, negros 4 y 7 %, españoles 2 y 3 %.

En base a estos datos, el artículo aseguraba en base a fuentes de la colectividad judía que uno de cada cinco uruguayos es antisemita. La encuesta también indagaba en edad, sexo, partido político y nivel socioeconómico de quienes decidían rechazar a estos grupos. Había más discriminación entre mayores de 65 años, votantes de partidos tradicionales, nivel socioeconómico bajo y gente que vive en el interior.

Sin embargo, el director de Grupo Radar, Alain Mizrahi, escribió una nota aclaratoria tras leer el artículo, en el que hizo algunas precisiones sobre antisemitismo en el país. La aclaración fue publicada por el sitio de la colectividad judía, www.jai.com.uy.

"El título de la nota - ‘uno de cada cinco uruguayos es antisemita' - no corresponde al resultado de la investigación de Grupo RADAR: que uno de cada cinco uruguayos afirme que le molestaría mucho o algo que haya un judío en su familia no significa lo mismo que decir que el 20% de los uruguayos es antisemita. Hay un matiz importante", aclaró Mizrahi, que se quejó además de la caricatura que ilustraba la nota -en la que aparecía un judío ortodoxo- y con que se lo haya presentado como "el judío Alain Mizrahi".

"Los uruguayos discriminamos. A lo que venga. Los judíos son, según la encuesta de Radar, los más discriminados (o mejor dicho los discriminados por más personas), pero el porcentaje de la población que discrimina al menos alguno de los colectivos analizados es notoriamente más alto y alarmante. Y también discriminamos a las mujeres, a los homosexuales, al bolso, al manya, al discapacitado, al obeso, al plancha, al cheto, al tatuado, al coreano del Buceo, al blanco, al colorado, al frenteamplista, al esquizofrénico y al pastabasero. Y eso es lo que más debería preocuparnos como sociedad, mucho más que, puntualmente, la discriminación hacia los judíos", explicó el director de Radar.

"Los uruguayos discriminamos por desconocimiento del ‘otro'. Y aquí seguramente quepa un mea culpa que hago como judío: ¿qué es lo que hice y/o lo que no hice para que se me perciba como tan diferente de cualquier uruguayo? ¿Qué cuota de responsabilidad me cabe a mí en que alguien me pregunte con asombro si voto en Uruguay, como si tuviera totalmente asumido que todos los judíos son nacidos en alguna tierra lejana y extraña? ¿Cómo puedo pretender que Juan Pueblo entienda que hay judíos laicos? ¿O que no todos los judíos estamos de acuerdo con la política de Benjamín Netanyahu? ¿O que judío, sionista e israelí no son sinónimos? Y sobre todo que los uruguayos judíos somos eso, uruguayos y judíos, y nos sentimos muy cómodos con ambas identidades y no somos ‘mitad judíos y mitad uruguayos'", agregó.

"Lo que cambió entre antes y después de la guerra de 2014 entre Israel y el Hamás no fue un aumento de la judeofobia en Uruguay. Lo que cambió fue que ahora pasó a ser socialmente aceptado manifestar públicamente el odio visceral hacia los judíos. Hoy cualquiera puede escribir en Facebook que los judíos somos la escoria de la humanidad y que ‘hay que hacerlos jabón', en clara alusión (porque seguramente muchos lectores no judíos no lo saben) al sebo que hacían en los campos de exterminio nazis con la grasa de los cadáveres; y puede postearlo con nombre, apellido y foto de perfil con su familia, y a nadie se le ocurre - ¡hasta ahora! - denunciarlo penalmente. Y esto es gravísimo. La historia está llena de ejemplos de cómo suele terminar eso", opinó Mizrahi.