Sobre la fundación de Liberlandia, el país más nuevo del mundo

A Liberlandia sólo se puede llegar a través de una serie de sinuosas calles croatas o serbias. Está en un área aislada rodeada de bosques verdes y las aguas del Danubio, en la que el único signo de vida humana es una casa modesta con una bandera ondeando afuera.

Sin embargo, el pasado lunes el político checo Vit Jedlicka y otros dos políticos liberales -o libertarios, como bien aclaran- declararon este terreno ubicado entre Serbia y Coracia, de siete kilómetros cuadrados, como la nueva nación soberana de Liberlandia.

Jedlicka es un miembro del Partido de Ciudadanos Libres de República Checa (que profesa una ideología libertaria), que vio una oportunidad de declarar la independencia de esta nación gracias a la disputa fronteriza de Croacia y Serbia, que ha dejado en un vacío legal ese pedazo de tierra ("terra nullius", el término latín usado para definir que legalmente es "tierra de nadie")

El político asegura que ni Croacia ni Serbia u otro país reclamó la tierra como suya y que por lo tanto su fundación no interfiere con la soberanía de ninguna nación. Agregó, según un artículo del Guardian, que una nota diplomática será enviada a Croacia y Serbia con un pedido formal de reconocimiento.

A pocos días de que Liberlandia anunciara su creación e invitara a posibles residentes a unirse al proyecto, el país recibió 200.00 aplicaciones de ciudadanía desde todos los rincones del globo.

Una de ellas fue la del periodista Gerardo Sotelo, que se animó a "jugar" con esta idea pese a que el proyecto tiene propósitos serios y buscará legitimarse en las próximas semanas.

Estos "nuevos ciudadanos" -mayoritariamente liberales- están ofreciendo a Jedlicka asesoramiento en todas las áreas, desde planificación urbana a energía solar, con el objetivo de poblar el territorio (aún vacío).

Terra Nova

"Me encontré con una idea tan original, con la posibilidad de desarrollar una utopía libertaria desde cero y en una tierra que es de nadie, que me encantó, más allá de que tenga algo de juego virtual", explicó Sotelo a Montevideo Portal. "¿Qué es lo significativo? Es un territorio que nadie reclama. La vieja tragedia del ser humano, de matar otros seres humanos para defender un pedazo de tierra que se considera propia acá no existe: se plantea que hay un pedazo de tierra que nadie quiere como suya y que no le importa a nadie".

"Que lo haga en base al principio de ‘vivir y dejar vivir' al prójimo significa en definitiva que hay una carta de principios contra la que no puede ir ni la Constitución ni las leyes en una sociedad auto-gestionada", agregó.

Obviamente Sotelo no pretende mudarse a Liberlandia, pero la experiencia le parece un buen laboratorio para imaginar el tipo de sociedad en el que desea vivir. "Supone reflexionar sobre cuáles son los verdaderos principios y valores que deberían regir una sociedad según mi modelo utópico", reflexionó

"La dimensión del Estado nos viene dada y es algo que parece inmutable. Cada país tiene un Estado con sus dimensiones y en todas las naciones se arroga derechos que vulneran innecesariamente las libertades de los ciudadanos, que son los verdaderos dueños de la soberanía. Jedlicka plantea lo inverso: siempre van a mandar los ciudadanos y no habrá ninguna ley que vaya contra los principios de autonomía", explica Sotelo sobre el concepto de esta sociedad con tan poca participación del Estado.

"Exhorto a todos los ciudadanos uruguayos a que consideren la posibilidad de Liberlandia, por las dudas", bromeó al final

Libertarios, uníos

Los únicos requisitos que pide el gobierno de Liberlandia -encabezado por Jedlicka- para obtener la ciudadanía es que los interesados respeten los derechos individuales, las opiniones y la propiedad privada, y no tengan antecedentes como miembros de partidos comunistas o nazis, o antecedentes criminales. La petición está disponible aquí.

"Decidimos empezar de cero y demostrar cuán poco del Estado se precisa para que una sociedad funcione. Los medios nos llaman de derecha, pero no lo somos: no estamos acá para los ricos o los pobres, estamos para todos. Este proyecto tiene algo para todos y eso es lo fantástico", explicó su flamante presidente, que "fundó" el país en la fecha de nacimiento del estadounidense Thomas Jefferson e instauró el lema "Vive y deja vivir".

Pese a las reflexiones de Sotelo, que considera Liberlandia un ejercicio político, sus fundadores van en serio y pretenden ser reconocidos por las naciones circundantes, enfrentadas en un conflicto territorial que puede hacer más complicada su misión. Al fin y al cabo, cualquier terreno adquiere importancia cuando alguien se fija en él.