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Tu cara me suena

SCJ concedió la libertad a Anabella Damasco

En su libro “Las caras del mal”, Raúl Ronzoni escribe: “en el caso de Anabella Damasco el mal tiene la cara de una prestigiosa jueza que, mientras asciende en la escala jerárquica, se beneficia económicamente a través de sistemáticas maniobras fraudulentas”. La ex jueza fue liberada este jueves, luego de ser procesada por apropiarse de dinero incautado en sus investigaciones.

31.10.2014 09:15

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2014-10-31T09:15:00-03:00
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Montevideo Portal

"En el caso de la Anabella Damasco el mal tiene la cara de una prestigiosa jueza que, mientras asciende en la escala jerárquica, se beneficia económicamente a través de sistemáticas maniobras fraudulentas". El texto pertenece al libro "Las caras del mal" (Fin de Siglo), del periodista Raúl Ronzoni.

Este jueves, la Suprema Corte de Justicia (SCJ) concedió la libertad a Damasco, quien fue procesada con prisión por irregularidades en el manejo de los fondos que eran incautados en sus investigaciones judiciales. La ex magistrada se quedó con 35 mil dólares y 14 mil euros de siete casos distintos, en los que fue reteniendo pequeñas sumas de dinero para beneficio propio.

El capítulo dedicado a Damasco se titula: "Damasco, el derrumbe de una infiel".

"Quedó perplejo, de boca abierta. Pocas veces, en su extensa y variada carrera el inspector principal Julio Guarteche había sufrido un sacudón personal de tal envergadura. Transcurrían las primeras horas de la tarde del lunes 31 de octubre de 2011 cuando el juez del Crimen Organizado, Jorge Díaz, en presencia de la fiscal Mónica Ferrero, le informó que estaban investigando a Anabella Damasco, ministra del Tribunal de Apelaciones Penal de Primer Turno por varios delitos de corrupción. Era corrupción no solo en el sentido de la ley penal, sino en el sociológico y moral: abuso de poder, en buen romance. De un poder que le había confiado el Estado y que ella había traicionado", escribe Ronzoni.

Agrega: "A la sorpresa le siguió el desconcierto: ¡Tiene que haber algún error!, seguramente imaginó. No podía creer que el juez le estuviera hablando de la misma persona que él conocía o creía conocer tan bien. Tenía que haber una explicación razonable. Probablemente había ocurrido algo que llevó al error de creer que Damasco era corrupta. Pero Guarteche se equivocaba. No solo era la misma persona sino que había trampeado su larga amistad. Resultaba muy duro tener que admitirlo, pero así era".

Según explica el escritor y periodista en su libro, "era tal su ascendencia, que apenas se hizo pública su infidelidad varios de sus colegas buscaron explicaciones e incluso incursionaron en desarrollar disculpas que se basaron en argumentos de su vida personal y familiar. Algunos, tan desconcertados como Guarteche, diversificaron las justificaciones: estaba divorciada y sin pareja conocida desde 1992 y había tenido que pelear sola en un mundo dominado por hombres. Durante 20 años debió convertirse en el sostén de su hogar, con cuatro hijos y su madre a cargo. Vivía en una casa alquilada en la zona de Villa Dolores, no tenía auto y en sus vacaciones de enero veraneaba en Rocha, siempre en carpa junto a sus hijos. Pero cuando quedó sometida a la investigación, su salario equivalía a casi US$ 5.000. Mucho más de lo que ganan otros en similares condiciones sociales y con mayores angustias económicas".

Pruebas arriba de la mesa

"De los documentos que aparecían agregados en el expediente se deducía claramente que, en teoría, el dinero estaba a disposición del juzgado. Surgía de los antecedentes que la Policía le había entregado el total de lo retenido a Damasco en mano propia, pero en cambio faltaba una constancia formal de que ella los hubiera depositado en el Banco República, como hubiera correspondido. Tampoco estaba en la caja fuerte del juzgado. ¿Qué había ocurrido? De los Santos hizo lo que consideró natural: llamó a Damasco para averiguar, pero se encontró con una especie de muro indiferente. Fue evasiva e incluso altanera. No supo o, lo más probable, no quiso darle explicaciones. 'Esto es muy extraño', pensó alarmada".

"Fue en ese momento que se le encendieron varias luces de alerta y rápidamente comenzó a investigar y a reunir antecedentes, una tarea que por la desprolijidad del juzgado se volvió un verdadero trabajo de hormiga. Poco a poco surgieron otros faltantes: más dólares, más euros y más pesos. Había dinero que figuraba como recibido por el juzgado y que nunca se había depositado; otro tenía un trasiego extraño, incluso un depósito y un posterior retiro de una cuenta personal de Damasco".

Buena conducta

En una decisión tomada tras una visita de la Suprema Corte de justicia, Damasco quedó en libertad. Según explicó el ministro Jorge Larrieux al diario El País, se consideró lo trabajado en prisión y el hecho de que se trata de una reclusa primaria.

La jueza había sido procesada en noviembre de 2011, cuando era ministro del Tribunal de Apelaciones de 1.er turno. Los delitos los cometió como responsable del juzgado penal de 14.° turno y fueron descubiertos cuando dejó el cargo.

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