Desfile celebración (Junio 2004)

El legado de Artigas

El próximo 19 de junio se celebra el 241er. aniversario del nacimiento del héroe de nuestra patria, acontecido en plena Ciudad Vieja de Montevideo, en la casa que entonces existía en la esquina de Colón y Cerrito.

José Gervasio Artigas nació un 19 de junio de 1764. Sus padres fueron Martín José Artigas y Francisca Antonia Pasqual Rodríguez -conocida como Francisca Antonia Aznar- y sus hermanos, al nacer, eran Martina Antonia, José Nicolás y Manuel Francisco.

José Gervasio concurrió al Colegio de los Padres Franciscanos y luego se decidió por la vida en campaña. Los Artigas tenían una propiedad en Sauce, y José disfrutaba mucho las estadías allí.

Descendiente de una de las siete primeras familias que se instalaron en el Montevideo fundado por Zabala, su personalidad recoge los mejores valores de su tiempo y llegada la hora del levantamiento contra el autoritarismo colonial, será convocado y reconocido como líder natural de los insurgentes de su tierra y allí librará – el 18 de mayo de 1811 -, la victoriosa batalla de Las Piedras. El primer triunfo de los patriotas y también, el primer ejemplo real y concreto de “clemencia para los vencidos”, tan excepcional en aquellos tiempos de furia.

Sigue luego el sitio de Montevideo. Pero la ciudad no caería, lo cual generaría, en medio de las peores dificultades, la forzosa alternativa de abandonar el suelo patrio para mantener viva la esperanza de reconquistarlo. Allí Artigas, antes proclamado “Jefe de los Orientales”, asumió la plena condición de conductor de su pueblo, y juntos hicieron que esa dura experiencia del “Éxodo del pueblo oriental” sirviera para afirmar y consolidar un sentimiento de nación. La “redota” – la derrota que entonces sufrían -, se iría convirtiendo en camino de esperanza.

El mencionado sentir de nación empezó a concretarse cuando -retomado el sitio y abierta en Buenos Aires la Asamblea Constituyente - los representantes de los pueblos orientales convocados por Artigas al Congreso de Tres Cruces, fueron recibidos con aquellas palabras de tan profunda significación: “Mi autoridad emana de vosotros, y ella cesa ante vuestra presencia soberana”.

Las Instrucciones del año XIII marcaron el camino a seguir: plena independencia del poder colonial español; provincias constituidas como repúblicas con amplia autonomía e integradas a su vez en un Estado Federal que reconstruyera -en pie de igualdad para sus componentes- la unidad política del viejo Virreinato. Un camino que pronto encontraría sus escollos y que se haría muy difícil de transitar.

Las desavenencias con el gobierno central no se hicieron esperar y se fueron profundizando hasta el momento en que la ruptura se hizo inevitable. Artigas abandonó el sitio de Montevideo en enero de 1814 y dirigiéndose al norte -que él reconocía como “el centro de sus recursos”- comenzó una etapa de difusión y consolidación del ideario republicano y federal en las provincias del norte argentino, también opuestas al centralismo porteño. Se constituyó a partir del triunfo de Guayabos, en enero de 1815, bajo el protectorado de José Artigas -no de su gobierno-, la poderosa Liga Federal.

Vinieron tiempos de lucha desigual y desenlace inevitable. El hombre que había liderado a su pueblo durante una década hirviente, viviría aún otros treinta años en el Paraguay, país al cual se retiró en 1820. Allí le llamarían sus vecinos “el señor que resplandece”. Y con justicia resplandece aún su memoria. Que como ser humano que era, tuvo aciertos y errores, acciones formidables y decisiones controvertibles, pero encarnó como nadie un sentimiento de patria independiente y altiva, republicana y liberal, pero sobre todo, abierta y solidaria con los más necesitados, con “los más infelices”.

Celebremos el 19 de junio como un día de fiesta patria, recordando al prócer y a sus importantes ideales, muchos de los cuales pasibles aún de ser materializados para tener un país mejor.

Por Cecilia González / Maestra