España: estaba en la morgue y listo para la autopsia. . . y se puso a roncar

A primera hora de la mañana del sábado, los celadores de la cárcel asturiana de Villabona procedieron al recuento de rutina y encontraron a Gabriel Montoya Jiménez inerte dentro de su celda. Los agentes dieron la voz de alarma y al instante la ayuda médica se presentó por partida doble, dado que a esas horas el médico de la noche pasaba el turno al de la mañana. Ambos galenos revisaron al recluso y lo dieron por muerto.

Siguiendo el protocolo establecido para estos casos, se envió al lugar una comisión judicial para hacerse cargo del asunto, y la forense que la integraba sumó su firma a la de los dos médicos de la cárcel: al parecer, Montoya estaba muerto y requetemuerto. Así las cosas, se notificó a la familia y se trasladó el cuerpo al Instituto de Medicina Legal.

Sin embargo, todavía no estaba escrita la última palabra. Cinco horas después de que se constatara el supuesto óbito del preso, el personal del Instituto se llevó una gran sorpresa. La bolsa donde se encontraba el cadáver comenzó a moverse, y ese movimiento era acompañado por sonoros ronquidos.

Según informa el periódico El Mundo, el "resucitado" fue inmediatamente conducido al Hospital Universitario de Asturias, donde se encuentra ingresado y bajo custodia policial y se recupera satisfactoriamente.

Ahora, la familia del presidiario amenaza con demandar a la cárcel, cuyas autoridades abrieron una investigación interna sobre el episodio.
De acuerdo con la citada crónica, el preso tiene 50 años y padece "múltiples patologías".