Contenido creado por Gerardo Carrasco
Curiosidades

El boca a boca

Destilador australiano crea aguardiente a base de vino escupido

“Besando a un extraño” promete ser una de las bebidas más originales del 2018.

09.01.2018 15:02

Lectura: 3'

2018-01-09T15:02:00-03:00
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Montevideo Portal

Peter Bignell, responsable de la firma Tasmanian Belgrove Distillery, tuvo la idea luego de asistir al festival de Rootstock en Sydney, un evento donde se dan cita referentes mundiales de la gastronomía y la enología, donde se analizan y potencian prácticas sostenibles en la producción de vino.

Allí, Bignell vio a los catadores hacer su trabajo del modo usual: paladear el vino para luego escupirlo dentro de un recipiente. De este modo, pueden probar una enorme cantidad de bebidas sin embriagarse, y sin contaminar sus pailas gustativas por los efluvios de vino ya ingerido. Sin embargo, Bignell consideró que se trataba de un desperdicio, y que lo era más en el marco de un festival que promueve prácticas amigables con el medioambiente.

En ese momento, el empresario decidió hablar y lanzar un reto.

"Ese balde en el medio de la sala, con el vino que todos han escupido dentro, es un verdadero desperdicio y se va a ir por el desagüe", expresó, y agregó luego. "Si yo me lo llevara a casa y lo destilara y trajera el año que viene, ¿quién lo tomaría?", desafió. Para su sorpresa, la mayoría de las manos se levantaron.

"Odio el desperdicio, odio absolutamente el desperdicio", insistió Bignell en declaraciones a la cadena ABC Hobart.

Una vez lanzado y aceptado el desafío, Bignell se puso de acuerdo con los organizadores del festival para llevarse todo el vino desechado, y acumuló la nada despreciable cantidad de 500 litros.
No todo ese vino provenía de la boca de los catadores. "La gente que viene a las catas llena la copa, bebe un sorbo y luego quiere probar otro vino, así que lo deja", dijo el destilador a The Guardian.
Sin embargo, los 500 litros recabados no destacaban por su pureza. "Había trozos de galletas, algo de queso e incluso cerveza", explicó.

Doce meses después, Bignell había transformado el vino escupido en un aguardiente perfectamente apto para el consumo y al que llamó Kissing A Stranger (besando a un extraño) , y con un sabor comparable al del brandy sin añejar. La graduación alcohólica es de 48%.

Bignell cumplió con su palabra y llevó la mayor parte del destilado a la edición 2017 del festival, llevada a cabo en noviembre pasado, pero dejó una parte de la producción en su destilería, añejándose. El aguardiente fue bien recibido por los asistentes al evento, y el empresario volvió a recoger las escupidas para elaborar una nueva partida de Kissing A Stranger.

Algunos consumidores se mostraron preocupados por los eventuales riesgos para la salud que podría conllevar el beber saliva ajena, por más destilada que estuviera, Para salir de dudas, Radio Australia consultó a Tom Ross, docente en microbiología de los alimentos en la Universidad de Tasmania, quien opinó que el producto no debería comportar un riesgo sanitario.

"Lo que más podría preocupar sería la transmisión de microorganismos, gérmenes, pero el calor del proceso de destilación debería deshacerse de la mayoría". En cuanto a los microbios restantes, "deberían ser bastante inofensivos porque eran alimentos antes de empezar; [lo] único que se ha agregado es la saliva. No creo que exista un gran riesgo para la salud ".

Por otra parte, conviene recordar que la saliva ha sido utilizada para elaborar bebidas fermentadas en diferentes culturas.

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