Daniel Drexler presenta “Uno”, su nuevo disco, y elige Diez Canciones que dialogan con su trabajo

El cantautor (o cancionista, como gusta llamarse) Daniel Drexler presenta este 23 de noviembre, en la Sala Zavala Muniz del Teatro Solís, Uno, su nuevo trabajo discográfico, una apuesta arriesgada que transita distintos ritmos y líricas inspiradas.

Con esa excusa, y teniendo en cuenta que Uno apela a una paleta estilística bastante amplia, le pedimos a Daniel Drexler que eligiera diez canciones (propias o ajenas) que establezcan links, puentes, o se relacionen de alguna manera con los temas que integran su nuevo disco. Y esta es su explicación al porqué de los temas:

Armé una playlist con diez canciones que hablan de "quemar las naves" siguiendo una epifanía, que puede ser poética, amorosa, metafísica o religiosa.

Hice un poco de trampa, porque una de las canciones es en realidad un popurrí de tres canciones de mi disco, Uno, ya que el tema de esta playlist es un tema recurrente en este nuevo trabajo.

El arte -en este caso la canción- tiene la capacidad de abrirnos las puertas a nuevas realidades que nos permitan evadirnos de la alienación. Busqué diez (doce, en realidad) canciones que nos muestren formas de salir del laberinto, de la rueda de la ardilla, y que nos transporten a una dimensión de conexión con la pasión, con la vida, con el universo.

En la categoría Epifanía filosófica pondría las siguientes canciones: "Desaprendizaje", "Volando voy", "Wow", "Mariposas", "Stay Alive" y "Uno". Creo que estas canciones tienen en común la búsqueda de la conexión con algo que nos trasciende a través del disfrute del presente y de la liberación de lastres.

En la categoría Epifanía religiosa pondría "Andar com fé" y "My sweet lord", porque las dos buscan un plano de reconexión en el sentido de re-ligar con el todo (dios-cosmos-universo-panteísmo o como se lo quiera llamar). Re-ligar es el sentido etimológico de la palabra religión (aunque tantas veces esta palabra sea tan manoseada en cruzadas religiosas que terminan logrando el resultado opuesto).

En la categoría Epifanía amorosa van "It's oh so quiet" y "La misma madera"; la primera porque expresa de una forma maravillosa la algarabía que produce el enamoramiento en su fase inicial y la segunda porque relata de una manera hermosa la búsqueda por escapar de la soledad.

Por último, en Epifanía poética, van "Trivial Polonio" y "Febril Remanso".