Fiscal formalizó pedido de 45 años de prisión para los asesinos de Valentina Walter

La fiscal de Rivera Verónica Bujarín formalizó este miércoles el pedido de 45 años de prisión para los dos hombres que asesinaron a la niña Valentina Walter en noviembre pasado.

Este miércoles se realizó la primera audiencia pública por el homicidio de la niña, en la que la fiscal solicitó al juez Gaspar Amorín que los dos detenidos por el caso sean condenados a 30 años de penitenciaría más otros 15 años correspondientes a "medidas eliminativas", previstas en el Código Penal por la "excepcional gravedad" de casos de homicidio o violación.

La niña Valentina Walter había desaparecido el 12 de noviembre cuando salió a buscar a su hermano en el barrio riverense de La Pedrera. El hombre, que luego confesó el crimen, había dicho en una primera instancia haber visto a la niña ingresar al monte en busca de su hermana. Luego, se unió la búsqueda de la pequeña como ayudante, pero días después confesó que la había violado y asesinado, con la complicidad del otro imputado.

En su acusación, la fiscal consigna que el imputado, mediante engaños, llevó a la niña a un lugar retirado; en el camino se encontró con J.M.dl.S.M, de 23, quien los acompañó en el trayecto, hasta el lugar donde ocurrió la violación.

En una especie de "sendero natural", que da ingreso al bosque, la niña fue sometida sexualmente por Y, mientras M miraba y la sujetaba. Para la Fiscalía, M cooperó "material y moralmente" en la violación y asesinato, "ya que estando presente no hizo nada para impedirlo (...) advirtiendo que mientras Y vejaba a V, esta decía que le iba a contar a la madre lo sucedido".

Las pericias psicológicas realizadas a M informan que el sujeto "presenta características perversas de tipo sádico, así como esquiso paranoide". "Impresiona no registrar el sufrimiento de otros, tanto en el plano animal, como en el humano".

Luego de percatarse que la niña había fallecido, los hombres cargaron el cuerpo y se adentraron el monte, en un lugar de difícil acceso. Colocaron el cuerpo al borde de una cañada y lo cubrieron con piedras. Luego, ambos "acordaron regresar a sus hogares, como si nada hubiera pasado".